XXXIV

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Capítulo 34.

"Si todos vieran tu sonrisa, como yo; ningún astronauta volvería a buscar las estrellas" –Anónimo.

Disney Tokio, Japón. 19 de Julio 2019.

—¡Y otra vez!

Nunca me había sentido tan mareado en toda mi vida. Pero ahí estaba mi pequeña amiga, queriendo repetir una y otra vez esa diabólica atracción de los elefantes voladores.

¿Han tenido el estómago en la cabeza? Bueno, espero que no, porque la sensación no es nada placentera.

Los pequeños tenían a los adultos de un lado a otro; habíamos entrado a cada atracción posible y visitado cada rincón del parque temático. Recorrimos el mundo Bazar porque había que comprar las orejitas características de este lugar. Exploramos Tomorrowland, era un lugar increíble con la temática del espacio y tecnología futura, este era mi lugar favorito porque siempre me gustó la montaña rusa de Space Mountain, el Star Tours y la atracción de Buzz Lightyear. También fuimos al Toontown, un lugar tan caricaturesco donde viven los personajes favoritos de cada niño. Fue tan gracioso ver como los niños se preguntaban en como un ratón necesitaba una casa tan grande para vivir; un pato necesitaba un bote si ellos ya nadaban; y las ardillas Chip and Dale eran tan grandes para subir a su casa de árboles. La verdad es que no tenía sentido, pero esto es lo que entretiene a los niños desde tiempo memorables, no por algo es Disneyland, donde los sueños se hacen realidad. O eso es lo que dicen por ahí.

También recorrimos el Critter Country y Westernland, un Mateo por ahí se quería tirar al agua, pero por suerte Daniel es muy rápido y evito cualquier accidente. Los niños disfrutaron las atracciones de Adventureland, más el paseo por el rió con la temática de Piratas del Caribe.

Pero el lugar donde todos estaban más emocionados, fue Fantasyland, justo donde estamos. Ya nos habíamos subido como mínimo, dos en cada atracción, incluyendo el show de Philhar Magic. Pero no era suficiente, pues la niña que jala mi camisa y la está estirando, quiere que me vuelva a subir con ella a las tazas giratorias de Alicia en el País de las Maravillas. ¿No le bastó con las anteriores dos veces?

—¿Y si mejor no vamos a ver las princesas?

—Ya tengo el autógrafo de todas... menos de princesa Devon —se rió cuando dijo eso.

—Ja, ja. Yo no soy la princesa, Sebastian lo es —entonces la pequeña traicionera se sonrojó.

—No, él es un príncipe... es muy guapo —me miró tierna y balanceaba sus pies. ¿Qué creía? ¿Qué le daría la razón porque derrite mi corazón?

—¿Más guapo qué yo? Imposible —me hice el ofendido y puse mi mano en el corazón, como si me hiriera. Pero mi pequeña sólo negó varias veces y sonrió con ternura.

—Nadie es más guapo que tú... —acarició mi mejilla y luego rodeó sus pequeños brazos alrededor de mí—. Eres el más guapo del mundo... por eso eres princesa —me guiñó un ojo divertida—. O eso dice príncipe Sebastian cuando me mostró una foto tuya con...

Ese maldito. ¡Me las va a pagar! Ahora si publicaré el video con su primera borrachera.

Créanme, fue muy gracioso ver como bailaba las canciones de Tina Turner en el bar. Tenía buenos movimientos.

—No lo vuelvas a mencionar —tapé su boca con mi mano.

—¿Qué recibiré a cambio? —quitó mi mano de su boca, y colocó sus manos en sus caderas.

—Te compro un balón de futbol —enarqué una ceja mientras levantaba mi mano para sellar el trato, pero ella sólo movió su pierna impaciente.

—Que sea un nuevo balón y que me compres la rosa de la Bella y la Bestia, si no, no hay trato —esta vez ella levantó su mano y yo acepté.

Hermosa Pertinencia (Beautiful Last Chance)Where stories live. Discover now