XIII

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Capítulo 13

Madrid, España. 31 de Octubre, 2017.

Me sentía humillado, usado y despreciado. Ver a la mujer que moverías el mundo entero por hacerla feliz, con otro hombre, llorando y llena de golpes. Sangre en su ropa y hematomas alrededor de su rostro. Pero recuerdas que no eres lo suficiente para esa persona, que para esa mujer, no eres nada, sólo un pañuelo que se tira.

Pero no podía olvidarla de la noche a la mañana, no cuando ella me robó mis pensamientos. Aún estando con muchas mujeres, no podía aceptar el hecho de que Sam se tatuó en mi corazón.

Y no sabía que pensar, en verla así, aquí y con él. Menos en saber porque Thomas venía a golpearme y tenía los puños apretados. Él estaba fuera de sí. Traté de levantarme y la chica que venía conmigo estaba paralizada.

—¡Eres un maldito desgraciado! —cuando el segundo golpe iba a la cara, lo esquive y este se desequilibró, noté lo embriagado que estaba, su olor a alcohol se sentía hasta aquí y su aspecto lucía desalineado—. ¡Te acostaste con mi mujer!

Su noto no notaba tristeza, notaba impotencia. Me quería matar, sus ojos estaban rojos, tenía la mirada de un abusador, un violento.

—Thomas, no hagas esto. Él no tiene la culpa, déjalo en paz —trató de suplicar Samantha, bañada en lágrimas. Thomas al ver que ella se acercaba a él, la empujó, llevándola al suelo, ella tenía un vestido así que cayó contra el pavimento y sangrando de las rodillas.

—¡Tú cállate!—le gritó frico, volviendo a golpearla y jalándole el pelo. Ella se quejaba y suplicaba que parara, una y otra vez. Me fijé mejor y la vi llena de sangre en su rostro. Tenía marcas en el cuello y sus muñecas.

No aguante ningun segundo en quedarme de brazos cruzados y con un dolor en el cuerpo, traté y traté, pero de verla maltratándola delante de mis ojos, y que ella esté indefensa, me late el corazón por mil y quiero reventar la mandíbula a este desgraciado. Y lo hice, le proporcioné un golpe para separarla de ella. Me vio con odio, estaba fuera de sí.

Ni una más, no dejaría que la volviera a tocar.

—No hagas esto Thomas, no le hagas daño. Prometo que volveré contigo pero no le hagas daño a él, házmelo a mí, no a él —suplicaba llorando, hincándose y juntando sus manos cuando Samantha notó que Thomas me iba a golpear, él se detuvo y se giró para verla con asco y escupirle.

Thomas la miraba con desprecio y la pateó, dejándola llorando tirada en el suelo.

No sé qué era lo que más me desconcertaba, sí ella suplicando para que no me hiciera daño o saber el hecho de que Samantha lo abandonó. Pero no podía quedarme parado como idiota sin saber nada.

—¡Tú ni le pongas un dedo encima! —entonces lo empujé y le propinó un golpe en la cara, haciéndolo atrás y caer contra el suelo.

—Eres un maldito Devon, vaya que lo tenías bien escondidito. Tú y esa zorra se acostaron y ella todavía osó abandonarme por ti. ¿En serio Samantha? ¿No pudiste encontrar algo mejor que eso para reemplazarme? Una estrella vacía sin compromisos. Llegará el día en que ese idiota rompa tu corazón y tu ruegues mis golpes por tal de que no lo lastime —este sonrió con malicia y de su espalda sacó una pistola.

Yo me quedé estático en mi lugar cuando apuntó a Sam, por instinto me puse entre ella y él.

—Te lo advertí, te dije que lo dejaras y te casaras conmigo. Pero lo preferiste, ahora cumpliré mi palabra pequeña, lo mataré y tú serás completamente... —y antes que dijera otra estupidez, le di otro golpe, esta vez dejándolo inconsciente en el suelo. El arma todavía yacía en su mano, la alejé y la descargué.

Hermosa Pertinencia (Beautiful Last Chance)Where stories live. Discover now