Narra Lauren
Después de ese fin de semana hermoso que pase con Camz y mis amigas volvimos a la realidad del trabajo, con Camila nos veíamos solo ahí ya que las dos andábamos muy ocupadas con diferentes casos, nos juntábamos a almorzar con los demás socios de la firma de abogado y nada mas, a veces nos sonreíamos y cosas así. Necesitaba un tiempo con ella, después de unas cuantas semanas en esta rutina estaba comenzando a extrañarla.
-Necesito un favor – se acercó después del almuerzo.
-Claro dime – dije mirándola. Mierda sus ojos me estaban derritiendo.
-Deja de mirarme así porque te juro por lo que mas amo que se me es imposible formar palabra alguna – sonreímos las dos.
-Ok – miré a otro lado - ¿Qué paso?
-¿Podrías ir a buscar a Clara? Tengo una reunión ahora.
-Oh claro no hay problema ¿Dónde queda su jardín? – ella me escribió la dirección.
-Toma.
-Gracias, la traigo para acá o algo.
-No, no es necesario pero si quieres tráela.
-Bueno – me acerqué y besé su mejilla - ¿Qué fue eso? – me preguntó.
-Un beso – dije mirándola.
-Así besas a tu novia – reí y ella agarró mi cuello y me besó como no lo hacía hace mucho tiempo – ahora si te puedes ir.
-Vaya extrañaba eso – sonreí.
Salí del restaurante y me fui en mi auto hasta la dirección que me había pasado Camila, llegue unos cuantos minutos antes y me quede afuera esperando a que salieran, realmente hacía un frío horrible, estábamos a punto de llegar a invierno así que no era de sorprender si se ponía a nevar en este mismo momento. Andaba con pantalones de telas, tacos, una blusa blanca, una chaqueta y un abrigo.
Cuando me di cuenta de que las niñas comenzaron a salir salí del auto y espere a Clara apoyada en este. Muchas madres de las que estaba ahí me quedaban mirando con cara de deseo, tenía 32 años y aun podía hacer que jovencitas de 20 se volvieran loca por mí. No podía negarlo eso hacía que mi ego subiera de una manera impresionante.-Lolo – miré hacia abajo y era Clara.
-Hola hermosa – me agaché para quedar a su altura.
-Hola ¿Quién es usted? – levanté la vista para encontrarme con unos ojos azules que reconocía ya de hace bastante tiempo – Vaya Lolo – era Cece.
-No sabía que trabajabas acá – Clara tomo mi mano y Cece nos quedó mirando.
-Ni yo que ahora eras la niñera de Clara.
-No es mi niñera es la novia de mama – respondió Clara y miré a Cece que ahora su sonrisa burlona había desaparecido su cara mostraba decepción.
-Porque no entras al auto Clara hace frío – Clara me quedo mirando y entró al auto - ¿Por qué tu cara? – le pregunté.
-Lauren ¿volviste con Camila?
-Desde hace algunos meses pero formalizamos hace una semana atrás.
-Creí que nunca volverían – sus ojos tenían lágrimas – realmente me gustas.
-Creo que hemos hablado de eso un par de veces Cece, soy mayor que tu...
-Por Dios tengo la misma edad de tu novia – ella interrumpió – pero creo que nunca podré estar a al altura de ella ¿verdad?