δεκαπέντε

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Aparecí en el centro de la sala de los Dioses, los doce estaban a mi alrededor sentados en sus tronos mirandome algunos con odio, otros con sorpresa y otros indiferentes menos mi padre que me miraba a mi y a los Dioses con una sonrisa de diversión y atrevimiento.Yo no encontraba nada de divertido ni feliz a esto, solo tenía ganas de desaparecer de la mirada de todos ellos, necesitaba estar sola.

Antes me hubiera importado bastante aparecerme frente a tantas personas, en especial de los Dioses, de esta forma pero ahora no me importaba parecer una estúpida semidiosa que no merece ser campeona ni tampoco que crean de mi.No me importaba en absoluto ninguno de los presentes pero no iba a llorar frente a ellos, jamás porque odiaba hacerlo en público.

Alex apareció a mi lado con el cuerpo de Chris en sus brazos, bajé la mirada me negaba a poder volver a verlo de esa forma tan débil, tan frágil, tan roto, me negaba de ver su cuerpo sin vida.Mi corazón se rompe cada vez más y más cuando se repite en mi cabeza a la persona que amo agonizando en mis brazos.El morocho dejo el cuerpo frente a Ares y volvió a mi lado con la mirada pérdida en algún lugar de la Sala.

- ¿Que sucedió? - preguntó el Dios viendo a su hijo a sus pies.

- Una arpía - hablé con la voz rota y ronca al ver que Alex no podía hacerlo - Christopher luchó hasta el último momento, Ares.El es el verdadero campeón de este torneo, ni yo ni Alex.

- La campeona eres tú Olimpia, no un muerto - dijo Zeus frío como siempre que se dirigía a alguien que despreciaba con su mirada dura en mi haciendome saber que el que mandaba era el, pero a mi me importaba una mierda quien era el líder aquí.

Fuego se encendió en mi interior quemando cada parte de mi cuerpo pero nada de aquello dolía como lo hacía saber que ahora Christopher era solo un recuerdo para mi, quise acercarme para reprochar las palabras del dios pero Alexander me detuvo sosteniendo mi muñeca.Con ese solo tacto me estaba diciendo "No vale la pena pelearse con el" y tenía razón, Zeus era el peor enemigo que podría tener.

- Las Ninfas los llevarán a curarse y cambiarse para la ceremonia.

Alguien me arrastro lejos de la sala principal, pero yo ya no estaba consciente de mi alrededor, mi alma se había ido con aquel chico que había conocido hace unos pocos meses.Solo queria llorar, quería romper todo a mi alrededor, quería gritar para poder liberarme.No podía seguir soportando aquel dolor tan fuerte, lo que sentía no era nada comparado a esa fractura de costillas, ni a la flecha en mi hombro, ni a ningún dolor físico que haya sentido antes.Este sentimiento era mucho más grande y me superaba.

Las Ninfas hicieron todo por mi, me bañaron, me curaron las heridas y me cambiaron.No escuchaba que decían, no lloraba simplemente estaba ahí dejando que hagan lo que quieran conmigo.Tampoco dije nada cuando me pusieron un vestido de ceremonia negro queriendo hacerme sentir mejor, porque nada de todo aquello iba a subir mi ánimo.

Me paré junto a Hades mientras veía llegar a los semidioses uno por uno, Alex estaba frente a mi con sus ojos llenos de tristeza mirando a todos sabiendo que aquello no tenía sentido para el, tampoco lo tenía para mi porque entendía su dolor mejor que nadie.El cuerpo del castaño ya no estaba más ni tampoco había rastros de que había estado frente al trono de su padre, tampoco había rastros de que haya existido como si todo me lo hubiera imaginado, pero sabía que el había sido real había sido lo más real que había vivido.Ares estaba serio sin ninguna expresión, actuaba como si perder a su hijo no le doliera, pero para el era más importante mantener el papel de Dios de la guerra alguien violento y sin sentimientos que demostrar cuanto le dolía.Me enoje con el por no importarle en absoluto su hijo ni tampoco haberlo defendido ante las palabras de Zeus.Nadie entendía el valor que Christopher tenia en este mundo.

La hija de HadesWhere stories live. Discover now