-¿¡Justin Bieber!?

Narra Justin.

-El mismo, nena. -sonreí de lado, provocando. Cosa que pensé que surtiría efecto en ella, pero ni se inmutó-. Me alegra verte en otras circunstancias.

Tomé asiento a su otro lado, con la vista fija en sus piernas cruzadas, lastima que la falda impedía mi recorrido visual.

Kate entró en clase regalándome una mirada asesina. No le presté atención, me giré hacía Bianca, acercándome más.

-¿No hay más sitios en los que sentarte? -no pude evitar mirar sus labios cuando hablaba.

-Me gusta este sitio.

-A mi no me gusta que estés a mi lado.

-Una pena. -sonreí.

Bianca miró a Lisa, con la mandíbula tensa. Mientras que Lisa se encogía de hombros.

Ryan apareció por la puerta, sonriendo de oreja a oreja al verme sentado junto a Bianca.

-¿Has tardado poco, eh? -me dijo. Solo sonreí, mientras miraba a Bianca. Intentaba intimidarla, estaba comenzando a pasármelo bien con ella.

Bianca alzó una ceja.

Estoy seguro de que alguno de los dos iba a decir algo cuando la profesora de literatura entró por la puerta. Biancabufó sabiendo que ya no se podía cambiar de sitio. La miré y le guiñé un ojo, a lo que ella respondió rodando los ojos, y centrándose en la pizarra.

Di dos toques en su hombro, y ella se giró, con cara de pocos amigos.

-Soy Justin Bieber. -me acerqué a su oído-. Un placer.

-BiancaEndell. -me miró fijamente. Esperé por un "igualmente" o un "lo mismo digo" pero la chica era dura. Alcé una ceja ante su atenta mirada-. No esperes que responda a eso. A no ser que quieras que sea descortés...

-Te escucho. -reté.

-Para mí -vi gestos de chulería en su bonito rostro-, no es un placer conocerte.

Toqué mi pecho, con fingido dolor. Y escuché como la profesora pedía voluntarios para no sé que.

-Para mí... será un placer verte en acción. -miré a la profesora-. Profesora, la alumna nueva quiere salir. -miré a ______ con chulería. Ella empalideció por unos segundos y después me dedicó una mirada de odio. Vaya, parece que ya le caía bien.

-¡Por supuesto! -la profesora dijo entusiasmada-. Senorita Endell, salga a la pizarra.

Sonreí aún más al saber que me iba a permitir ver esas largas piernas de nuevo.


Narra Bianca.

Con irritación terminé de pedir mi almuerzo en la cafetería y me senté en una de las mesas junto a Lisa, mientras esperábamos a que viniera Rebecca.

Justin no había parado de molestarme durante las tres primeras horas, ya que íbamos a la misma clase. Sus comentarios absurdos me sacaban de quicio y había conseguido irritarme, por más que intentará ignorarle.

No podía creer que aquel niño, con el pelo algo largo y más rubio, delgadito y revoltoso, picaron y estúpido, fuese Justin Bieber ahora. Quiero decir, su personalidad no había cambiado mucho, a pesar de ser algo más madura -no mucho- pero el cambió físico había sido espectacular. Su mandíbula estaba definida, su pelo hacía arriba, y su cuerpo se había desarrollado demasiado bien.

Love in New York. {Justin Bieber}Where stories live. Discover now