Me enseñó el laboratorio, el aula de física y la de matemáticas. Al igual que los servicios y el despacho de la directora por si alguna vez tenía problemas. Fuimos a secretaría y me entregó un par de papeles más que guardé en una carpeta y que luego entregaría a mi madre. Me despedí de la mujer alegremente, cuando el timbre empezó a sonar. 

—Oh, hora del almuerzo. La cafetería esta por allí. —señaló hacía la izquierda. 

Asentí y fui en esa dirección. 

Me quedé petrificada cuando estaba en la puerta de la cafetería y vi a toda esa gente de aquí para allá, o sentados en las mesas conversando y almorzando. 

Caminé lentamente hasta llegar al mostrador, pedí simplemente una manzana, ya que el nudo de nervios que tenía me impedía comer algo más. Me di la vuelta, insegura. 

No pude evitar sonreír cuando vi a Lisa, se levantó de la mesa y vino hacía mí. 

—¡Hola! —me abrazó. 

Me alegró su entusiasmo.

—¡Hola! menos mal que estas aquí, no sabía donde meterme. —dije.

Avanzamos hasta su mesa y vi a dos chicas ahí sentadas. 

—Rebecca, esta es Bianca, la chica de la que te hablé. 

Rebecca se dio la vuelta y me observó sonriente. 

—Hola. —me dio dos besos—. Es un placer. —sonrió. 

—Igualmente. —sonreí. 

—Me encanta tu pelo. —me dijo sonriente. 

—Oh, el tuyo es genial, las mechas californianas hora están muy de moda. —sonreí.

—¿Si, verdad? hace poco que me las hice, dejaré a los chicos muertos. —amabas carcajeamos. Rebecca era muy divertida.

—Ven, siéntate con nosotras. Ella es Marissa. —me presentó a la otra chica que había sentada, algo más cortante.

—Hola, yo soy Bianca Endell —cogió mi mano y la estrechó. Cortés, pero distante.

—Hola. —retiró su mano de la mía y siguió con sus apuntes. Ni siquiera se presentó. 

Estuvimos durante todo el almuerzo charlando sobre cosas sin importancia. Eran chicas agradables y me caían bien, exceptuando a Marissa, que seguía en sus cosas. Cuando sonó el final del almuerzo y, después de descubrir que íbamos a la misma clase, caminamos por el gran pasillo que daba a las clases.

Caminaba con paso firme, con la cabeza alta y mi típico movimiento de caderas. A pesar de mi apariencia, estaba intimidada, todas las personas se giraban a mirarme y susurraban entre sí. Algunas sorprendidas, otras con picardía, otras —la mayoría chicas— me asesinaban con la mirada... Realmente intimidaban. Sin embargo, no perdí mi postura. 

—Aquí es normal que todo el mundo hable sobre ti. Tu familia es muy conocida, y tú no podrías ser menos. —dijo Rebecca, con una mirada confortadora—. Realmente, la mayoría de las personas que te están asesinando con la mirada se mueren de envidia. Aquí funcionamos así, resplandece la superficialidad.  —no supe como tomarme su comentario.

—Mira, esa es Kate Holt, una auténtica atrevida. Todo el mundo la toma así, al menos. Es una arpía. —dijo Lisa.

—Sí, y esa de allí —señaló con la mirada—, es Blake Valí, otra igual, son populares, pero no por algo de admirar. —dijo Rebecca—. Su mente perversa, con audacia para etiquetar y dejar mal a la gente es una de sus especialidades. 

—Blake Valí, ¿la hija de Carlo Valí? —cuestioné. 

—Exacto, aunque ella es la reina de séquito: Amanda Crawford. 

Mi mente se iluminó al oír su nombre y sobretodo, al verla.

¿Amanda? ¡Oh dios!

Estatura media, piel bronceada. Tenía el pelo largo y negro. Ojos verde esmeralda, poniendo la guinda final a su bonito rostro. Amanda, mi mejora amiga cuando era pequeña. ¡Era ella, no lo podía creer! 

Recuerdo que siempre estábamos juntas, veraneábamos con su familia por las costas. Su familia y la mía antes eran muy allegadas y solíamos pasar los veranos juntas, junto a la familia de los Bieber y los Butler. ¡Oh,sí! ¿¡Como me había olvidado!? Amanda siempre se enfadaba conmigo porque Justin, el hijo mayor de los Bieber, siempre estaba detrás mía: pero no para nada bueno, se pasaba la vida molestándome y haciéndome travesuras. Y eso, a Amanda, no le causaba gracia. Aunque eran simples tonterías de niños pequeños. Sonreí al recordarla, lo pasábamos genial. Ambas siempre peleábamos con Ryan, el hijo único de los Butler, y Justin. ¿Que sería de ellos? ¿Seguirían aquí?

Cuando la mirada de Amanda se cruzó con la mía, un escalofrío recorrió mi cuerpo, iba a sonreír, pero su cara tensa y de desagrado me paró. Sus ojos verdes esmeralda estaban fijos en los míos. Se dio media vuelta y desapareció.

—No le hagas caso, mira mal a todo el mundo. —me dijo Lisa. 

—Ya, pero... —lo dejé pasar. 

—Mira, esta es nuestra clase. 

Pasamos el resto de la hora de clase atendiendo a la profesora de física. Era simpática, y muy expresiva. Y, para mi desgracia, me hizo presentarme delante de toda la clase. Me felicitó por mi buen historial académico.

Las siguientes horas fueron igual, algo pesadas y aburridas, aunque mis pequeñas y silenciosas charlas con Lisa ayudaban a entretenerme.

Cuando sonó el timbre nos levantamos, ya que teníamos que ir hacía el laboratorio. 

—Joder, qué estricta. —dije. 

—Es la peor de todas, odio literatura profundamente por ella. Ya verás los exámenes, son horribles. —miró hacía la izquierda—. Oh, espérame aquí, tengo que hablar con alguien. 

Me apoyé en una de las taquillas y saqué mi iPhone. Cuando alcé la vista, un chico alto, con el pelo rubio, y ojos marrón claro me observaba de arriba abajo sonriente. 

—No lo puedo creer. Los rumores son ciertos: Bianca Endell de vuelta en Nueva York. —su sonrisa ocupaba todo su rostro—. Joder, dime que te acuerdas de mí. —se acercó. 

Le miré sonriente, me sonaba tantísimo... ¡Oh dios!

Ese niño —ya no tan niño— había sido mi compañero de luchas contra su hermano. Siempre estábamos juntos y él siempre me defendía de Justin. 

—¡Jaxon Bieber! —me cogió, dándome un abrazo. 

Estaba guapo, y había sustituido su sonrisa tierna y inocente por una atractiva y encantadora. Estaba segura de que era el gen Bieber: todos los miembros de su familia que había conocido o recordaba eran atractivos y tenían un encanto particular. Recordé a Justin Bieber; hacía mucho tiempo que no le veía, tal vez tendríamos nueve o diez años la ultima vez, y allí ya era el más guapo de todos...

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¡Hola, hola!

(En multimédia foto de Constance Billard)

Aquí tenéis otro capítulo y un personaje importante... ¡Jaxon! ¿que opináis de él? Alakhdjskjds. ¡Comentarme algo, no seáis malas! Este fin de semana subo otro capítulo. 

Y no os preocupéis... que Justin va a empezar a dar guerra... ¡Ya de ya! 

Love you!

Love in New York. {Justin Bieber}Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum