La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //4//

**Caramelos**

Odiada Weasley...

Espero que disfrutes de esa pozilga a la que llamáis "casa" y de tus vacaciones. Ojalá hayáis conseguido entradas para los Mundiales de Quidditch, aunque se que eso va a ser del todo improbable dada vuestra pobreza.

Estoy impaciente por ver en qué problemas sois capaces de meteros tú, San Potter, la Sangre Sucia y el resto de tu familia.

Espero que no te expulsen ni que termines gravemente herida, no quiero perder a mi más preciada enemiga.

D.M.

Apreté la carta que el Slytherin me había hecho llegar fuertemente entre mis manos con una sensación de ronroneo en mi estómago.

La majestuosa lechuza de Malfoy esperaba pacientemente en mi cuarto, la incomodidad se notaba en su mirada de desprecio.

No vacilé al coger un trozo de pergamino y empezar a escribir la respuesta que más pudiera hacer rabiar a Malfoy.

DRACO P.O.V.

Odiado Malfoy...

Me sorprende que te preocupes tanto por mí. No me lo esperaba.

Agradezco tu preocupación pero me meteré en dónde yo quiera.

Quién debería preocuparte es tu padre, debe estar muerto de vergüenza al ser derrotado por un profesor llorón y dos pajarracos.

Te voy a dar un poco de tranquilidad asegurándote que no te vas a deshacer fácilmente de mí, Platinado.

PD: Deidre 8 : Malfoy 6, que no se te olvide.

D.W.

*No se me ha olvidado, Weasley.*

Suspiré mientras acercaba la carta de la pelirroja a la pequeña hoguera portátil que había en mi cuarto, quemando todo rastro de comunicación entre ella y yo con una leve sonrisa irónica en mi rostro.

A mi familia no le haría demasiado ilusión que me estuviera comunicando por lechuza con una Weasley, tenía que eliminar la evidencia.

DEIDRE P.O.V.

En la carta que Malfoy me había mandado pude detectar un fuerte perfume caro que me desagradó por completo (suponía que era el perfume de la misma carta) y, bastante escondido, estaba ese olor a manzanas verdes característico del Slytherin.

-¿Diddy? ¿Qué haces? ¿De quién es esa carta?- justo cuándo estaba oliendo la carta de Draco Malfoy, Molly entró en mi cuarto con una cesta llena de ropa recién lavada.

-De nadie mamá, de nadie.- dije naturalmente, troceando la carta de Malfoy con una sonrisa en mi rostro.

Esconder la carta que me había mandado Malfoy me hacía sentir... un poco emocionada.

DRADRE P.O.V.

*Se siente como si estuviésemos haciendo algo prohibido, es un poco emocionante...*

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DEIDRE P.O.V.

*¿QUE DIABLOS ES ESTO? ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?*

Caí encima de una rejilla metálica.

Enseguida sentí el peso de mi padre encima de mí.

Pocos segundos después, al peso de mi padre se sumó el peso de Fred.

-¡Ay! No, Fred... Vuelve, vuelve. Ha habido algún error. Dile a George que no... ¡Ay! No, George, no hay espa­cio. Regresa enseguida y dile a Ron...- decía Arthur apresuradamente mientras nuestras mentes intentaban comprender porqué no habíamos salido de la chimenea.