La última horda. | Rick Grimes & Tú.

XXVIII.

P.O.V ____(tn):

- Carl Grimes, ¿Es tú padre quien está dentro?

Repetí, pero con otras palabras. Carl vaciló con su cabeza para terminar asintiendo con la misma. Mis ojos se cristalizaron y a paso rápido  como un caballo caminé hasta lo que era el hogar de la "doctora."

- Oye no, no vayas. Ella quiere estar sola... ella nos avisará.

Antes de poner un pie dentro de la casa de la misma, Carl posó su mano en mi hombro e hizo que retrocediera algunos pasos. Negué con mi cabeza y mis piernas temblaron, ¿era impotencia? ¿era tristeza?

- ¿Cómo pasó? Si hace solo unas horas estábamos cenando todos juntos... se iba a duchar y a dormir... dios.

Balbuceé y me dejé caer al suelo, sentándome y apoyándome en la pared de la casa. Carl se sentó a mi lado y soltó un suspiro, él sabía lo que había pasado.

- En la tarde le escuché hablar con Daryl, quería venganza por lo que te hizo Negan. Así que planeó salir en la noche e ir donde los salvadores para acabar con él... yo como escuché todo, quise también ir con ellos pero, sigiloso ¿sabes?

Comentó lo último afligido, se escuchó en su voz un tono de culpabilidad.

- ... pues ya cuando estábamos dentro, luego de la paliza pequeña que le dieron, Negan por las espaldas le dio un tiro que terminó pasando su hombro. Por suerte la bala pasó y no se quedó dentro. Pero... estaba distraído y fue por mi culpa, por mi puta culpa.

Negué con mi cabeza rápidamente, posé una de mis manos en su rodilla para así poder alzar mi peso y ponerme de cuclillas frente a él. Su sombrero se lo sacó y revolvió su cabello con rabia, sollozó un poco y dejó caer su rostro hacia adelante, permitiendo no poder ver con claridad el mismo.

- No es tu culpa, ¿si? Tú no fuiste con intención de distraerlo, y ambos sabemos que él no piensa de esa manera.

Insistí, pero tercamente Carl se negaba. Era el momento de dejar la pena atrás, la frustración, la desesperación, TODO atrás.

- Rick es fuerte, ha salido de muchas situaciones aún peores y tanto tú como yo sabemos eso, ¿no es verdad?

Recibí un gesto de su parte, asintiendo a lo que le había dicho.

- Bien... y este es un obstáculo más que él tiene que pasar. Él es capaz de hacerlo. Pero echándote la culpa de algo que obviamente no hiciste ¿crees que sea necesario? Pues no.

Esta vez levantó su rostro, dejándome ver lo rojizo de sus mejillas y punta de la nariz. Tenía parte de tus parpados húmedos, derramó una que otra lagrima.

- Tienes una comunidad que dirigir mientras tú padre está recuperándose, no puedes tirarte abajo. Él no lo hizo, y tú menos lo harás ¿está bien?

Seguí.

- Y aquí me tendrás ante cualquier cosa que pase. Ahora, ve donde Judith que necesita de su hermano que, yo estaré aquí y te avisaré si hay noticias.

El chico de mediana estatura se levantó al mismo momento que yo y me dio un cálido abrazo, de esos que te reaniman ante cualquier adversidad. Refregó sus ojos al separarse y caminó hasta las escaleras del balcón para desaparecer entre las calles de Alexandria, y la multitud que estaba llegando.

Mi corazón estaba apretado, mis músculos estaban tensos y la adrenalina me comenzaba a consumir lentamente de pies a cabeza. Nuevamente todas las emociones se me juntaron, y es que no había momento en el que pudiéramos estar en algo estable.

Desobedeciendo las ultimas reglas del chico, entré sigilosa al hogar de la "Doctora." La chica ya había terminado, estaba reuniendo y echando todas las vendas desechables llenas de sangre a una bolsa. No dije absolutamente nada, solo seguí los pasos hasta el sillón donde estaba quién se había ganado mi corazón, inconsciente recostado.

- Se desmayó por la perdida de sangre, y al parecer y no dudo, entró en un estado de shock apenas venía en el auto con Daryl y Carl.

Habló la misma con confianza, evitaba bulla cuando caminaba con la bolsa en sus manos.

- Convulsionó, por eso digo.

Siquiera me dio tiempo de preguntar, cuando ella ya me había dado la respuesta. Le di una corta mirada y solté un suspiro asintiendo en gesto de agradecimiento. Ahora mi vista volvió a Rick, tenía los ojos hinchados como tal sapo y varios rasguños en su rostro aún medios abiertos. Claro, sin contar la sangre seca que se le había quedado en el cabello arruinando sus perfectos rulos.

Me levanté con cuidado y caminé hasta la cocina, donde le pedí a la chica que me diera un papel húmedo para limpiarle un tanto el rostro. No se negó y no tardó en pasármelo. Nuevamente caminé hasta al lado del hombre apuesto y dediqué aquel papel húmedo para limpiar su rostro que tenía aún sangre seca.

- Eres un idiota por vengarte a solas con Daryl, y carl. ¿Lo sabías?

Le hablé. Aunque sabía que no serviría de nada, no estaba en estado lucido.

- Ahora el chico se siente culpable por que dijo que te distrajiste gracias a él. Dios Rick, te dije que no era el momento de la venganza. ¿Por qué eres tan terco?

Mi voz se quebraba cada que salía una sola palabra de mi boca.

- ¿Qué iba a hacer yo si me despertaba al día siguiente y no estabas en casa? En Alexandria, en general. No pensaste Rick, no pensaste en las consecuencias... pudiste haber MUERTO RICK, MUERTO. Y no fuiste capaz de pensar en Carl y Judith... ni en mi.

Para finalizar, mi voz se quebró por completo. Solté un río de lagrimas mojando su pecho, su corazón latía con lentitud y su respiración apenas se oía y era bastante o demasiado quejosa.

- ...  pensaste en Carl y Judith y en mi, pero no de la manera correcta... amor.

Murmuré con un hilo de voz, y mis manos se apoderaron de su pecho para hacerle unos suaves cariños. Mis ojos se cerraban con lentitud cuando di un fuerte aunque corto brinco, una voz por un altavoz fuera del lugar hizo que reaccionara de esa forma.

- "A ver, todos calmados. Rick estará bien, y respondiendo a sus preguntas de ¿Quién será quien se quede a cargo? Pues seré YO, alguna vez él dijo que si algo le sucedía, el mando quedaría en manos mías..."

Fruncí mi ceño y me levanté del lado de Rick, para dirigirme con ya mis puños cerrados hasta donde provenía el griterío. Suponía era Michonne.