La última horda. | Rick Grimes & Tú.

X.

Caminé por las vacías y oscuras calles de Alexandria, ya era de noche y el frío también se estaba haciendo presente. De todas las casas que habían solamente una tenía las luces encendidas, por los ventanales se notaba que la gente ya estaba compartiendo y justamente esa casa era en la cual había despertado. Solté un suspiro de nervios cuando estaba en frente de esta y negué con mi cabeza arrepentida ¿y si no me aceptaban? ¿si por votación decidían que me fuera?

Di un paso atrás y me quedé congelada unos segundos.

- Vamos ____(tn), te están dando una oportunidad así que aprovechala. Vamos vamos.

Hablé para mi misma. Decidida subí las escaleras y abrí la puerta sin tocar pues esta estaba medio abierta.

- Miren, si es mi psicóloga personal.

Dijo Carl apenas puse un pie en la casa. Estaba sentado en la escalera con un vaso de jugo en su mano, solo solté una corta risa y este me invitó a pasar moviendo un poco a la gente para acercarme hasta la "Barra" y poder servirme algo.

- Mi papá en un rato está aquí para comenzar la charla, así que sírvete lo que quieras y siéntete como en casa.

Me dedicó una sutil sonrisa y se retiró del lugar dirigiendo su camino hasta las escaleras. Con timidez miré a la gente, quienes me miraban con gusto y hasta me hacían señas para que me sirviera algo rápido y así pudiera acercarme a ellos. Tenían unas galletas y cosas varias para comer muy por encima, cabe destacar que hasta tenían un botellín de whisky que no dudé en tomar y sacar un poquitín.

- Chica que le gustan los tragos fuertes, me agradas.

Habló Ezekiel estrechando su vaso para que también le sirviera un poco.

- Es whisky, hay que aprovechar.

Dije chistosa y ambos reímos. Luego de servir los vasos este me hizo una seña para que lo siguiera, comenzó a presentarme a cada persona que había allí, eran todos unas personas muy agradables y buenas para charlar. Una pareja de chicos estaban de la mano, y luego de que me "interrogaran" comenzaron a hablar de sus planes a futuro. Como ser papás por ejemplo. No evitaba reír o emocionarme con cada cosa que decían, hablaban tan a gusto de cada plan que tenían que hasta sentía que a mi me pasaría.

Mientras conversábamos sentía un tipo de ¿presión? en mi espalda. Sentía como alguien tenía la mirada fija en mi. Carol, quien estaba a mi lado, me dio un leve pellizcón haciendo que me volteara a verla sin entender o comprender lo que hacía. Ella hizo un gesto disimulado en sus ojos lo que me hizo voltear aún más.

Era Rick. Un Rick muy diferente al que había visto hace unas horas. Un Rick sin barba, bien vestido y bañado. Tenía la mirada fija en mi, y que apenas se dio cuenta de que lo observé tomó un sorbo de su vaso de whisky que al finalizar la acción alzó solo un poco su vaso murmurando el típico "Salud." Con el vaso en mis manos, le devolví el gesto que hizo y le sonreí dándome una media vuelta para seguir conversando con la pareja.