La última horda. | Rick Grimes & Tú.

XXIII.

Rick comenzó a dar vueltas en la cama inquieto "no" inquieto, pues nada más lo hacía para molestar un ratito. Cuando este quedo boca abajo y aún así, yo arriba de su espalda, se rió y chilló un par de veces ya que mis manos se encargaron de hacer un suave masaje en la misma.

- Vamos, que hay cosas que hacer.

Dije siquiera sabía si tenía él cosas que hacer. Este habló, pero fracasó en el intento pues la almohada casi ya estaba dentro de su garganta.

- No te oigo, sheriff.

Murmuré. Levantó un poco su rostro y ahora, aunque poquito más serio, procedió a hablar.

- Tenemos mucho que hablar. Tienes bastantes cosas que contarme, chiquilla.

Nada más le hice un puchero y este volvió a la misma posición en la que estaba antes. Posó sus manos en mi cintura y se quedó observándome un rato.

- ¿Que?

Le hablé soltando una risa apenas terminé de preguntar. El se encogió de hombros y sonrió mostrando su dentadura.

- No puedo con tanta belleza frente a mis ojos.

Sentía como mis mejillas ardían, y ni siquiera mis mejillas, MI ROSTRO COMPLETO ARDÍA. Negué con mi cabeza y bajé ahora hasta el punto de estar bien cerca de su rostro. Solté un suspiro y dejé dos cortos besos en sus labios, terminando con un beso en la punta de su nariz.

- El mundo necesita a Rick Grimes.

Sonreí sin mostrar mi dentadura y me levanté de la cama dándole paso para que este se levantara, quién flojo demoró varios minutos en hacerlo. Empezó a colocarse cada una de sus prendas (excepto su camisa) mientras silbaba una canción...

FLASHBACK:

- Negan, ¡Suéltame!

Alcé mi voz cuando este estaba apretando una de mis muñecas.

- ¿Tu crees que te dejaré suelta luego de lo que hiciste? Aja, piensas llevártela vacía... claro, como mi hija es tú amiga piensas que te daré privilegios.

Habló perdiendo un poco... o más bien dicho, perdiendo el poco de conciencia que le quedaba. Este tomó mi muñeca con mucha más fuerza y me jaló dentro de la habitación que me habían dado haciéndome chocar con algunos muebles que estaban allí, en especial la punta de uno de ellos que se incrustó en mi cintura. Cerró la puerta con brusquedad y antes de que comenzara a gritar pidiendo ayuda, este desabrochó su cinturón y comenzó a SILBAR.

- Pensé serías buena chica. 

El habló y el cinturón que ya estaba en sus manos, lo posicionó de tal manera que quedara preciso como un estilo de "látigo."

- Por favor Negan, ya vete y déjame en paz...

Mi voz estaba agitada debido al impacto que había recibido en mi cintura. 

- ¡CARAJO! ¡Tú NO TIENES DERECHO A MANDARME! ¡YO TE MANDO A TI!

Gritó formando eco en la habitación y golpeando con el látigo improvisado la pared. Retrocedí lo que mas pude, pero fracasé cuando ya estaba lo suficientemente pegada a la pared.

- Recuéstate en la cama y atiende las consecuencias.

Me negué rotundamente, pero este en un acto lleno de furia nuevamente me tomó zamarreandome y tirándome a la cama, donde nuevamente recibí un golpe pero esta vez con el "látigo" improvisado de Negan. Solté un grito algo desgarrador, pero este de inmediato reaccionó a tapar mi boca. 

- No me hagas hacer algo que no quiero, ____(tn).

Cerré mis ojos con fuerza e intenté borrar los pensamientos horrorosos que se me pasaban por la cabeza. Y una vez más ese golpe se hizo presente, y justamente en el mismo lugar donde tenía medio amoratado. Exacto, en mi cadera. No dije siquiera pío, pensé que así Negan se aburriría de lo que hacía y se iría ya de una vez... cosa que así fue. 

- ¡Venga! Que buen despejo la puta madre.

El gritó vulgarmente por mientras que ya se ponía de pie. Me acurruqué en la cama y apreté aún más mis ojos. Este tomó aire y antes que dijese algo, una voz conocida hizo eco fuera del recinto de Negan. Puteó por fuera y abrí mis ojos para observarle, este me apuntó con su dedo indice y procedió a hablar.

- La campana te salvó. 

Arregló el cinturón en su pantalón y así mismo salió de la habitación. Negué suave con mi cabeza y ahora todo el llanto que guardé en el poco rato, lo solté con histeria. Aún recostada en la cama logré levantarme lo suficiente para poder ver el daño que en tan solo cinco minutos me había hecho Negan, la cintura... la cintura por sobre todo fue donde más daño tuve. 

FIN FLASHBACK.

- Amor, ¿Ya me pasas la camisa? Mira que los pechotes quedarán marcados y ya veo las bromas por parte de Alexandria.

Habló el hombre de ojos color cielo en cuclillas frente a mi. Solté una carcajada y me saqué esta lentamente para al acabar lanzarla hacia su rostro, este me miró ofendido pero su rostro cambió cuando me vio ya desnuda. 

- No seas desubicado Grimes.

Fruncí mi ceño y este se abalanzó a mi llenándome el rostro de besos, terminó con un corto beso en mis labios y se levantó sin decir nada para ya salir por la puerta de la habitación y seguir con sus quehaceres. Solté un suspiro de alegría y cerré mis ojos. Ahora las cosas si fluirían bien. Recorrí la habitación y antes de que sacara las prendas que me pondría, Rick rápidamente se asomó por la puerta de la habitación.

- Hoy a la noche te vienes a mi casa, sin "peros."

No alcancé a responder cuando nuevamente cerró la puerta y se escucharon sus rápidos pasos bajar las escaleras, negué con mi cabeza y solté una carcajada. Seguido, y ahora sin interrupción alguna, procedí a vestirme con tranquilidad.

Pasaron solo un par de minutos cuando ya estaba saliendo de la habitación bien decidida para hablar con Carol quien preocupada quedó. Llegando al salón me topé con la señorita de frente, me miraba frunciendo su ceño pero ese gesto cambió a un par de buenas carcajadas y con sus ojos bien chinos.

- No puedo creerlo.

Seguía riendo, a lo que yo me sumé a su risa.

- Es que, hubieras visto la cara del sheriff... ¡Hasta la camisa mal abrochada tenía!

Negué con mi cabeza y me acerqué donde estaba. Me senté a su lado y esta controló su risa, la mantuvo moderada.

- ... Entonces, ¿le dirás?

------------------

Perdonen por no actualizar. No estaba en casa y se me hacía difícil escribir, ¡pero ya volví! <3