Mistake ; Jeon Jungkook

23

Me lo pasé el resto de la hora distraída, Jihyun y Minsoo solían hablarme pero solo me limitaba a asentir sin siquiera saber sobre que platicaban.

Cuando al fin llegó el primer receso, salí después de las chicas, montando mi mochila al hombro caminé entre los estudiantes para lograr alcanzarlas, pero ya ni siquiera las veía.

—Ven conmigo —oí la voz de Jungkook cerca de mi.

Levanté la mirada buscándolo de inmediato a mi alrededor, y lo vi caminando hacia las escaleras.

Di una media vuelta y lo seguí sin que fuera muy notable.

Al llegar a la azotea, lo vi con las manos en los bolsillos de su pantalón, caminando de un lado a otro.

—Hola —saludé, captando su atención.

Una sonrisa se formó en sus labios y se aproximó hasta mí para saludarme.

—No te vi ésta mañana.

—Uh si, Byeol se quedó dormido y tuve que esperarlo —respondí, intentando usar mi tono normal.

—Mírame —pidió, sujetando mi mentón— Estás extraña, ¿te sucede algo?

—No es nada —respondí, rodeando su cintura con mis brazos. Dejé caer mi cabeza sobre su pecho y suspiré.

Quería quedarme así un momento, pero él no dejó pasar ni cinco segundos y volvió a apartarse.

—Me asustas —murmuró. Reí de manera leve— Está bien si no quieres decirme, pero voy a quedarme aquí contigo hasta asegurarme de que estés bien.

—Lo estoy.

—Mentirosa —murmuró. Unió su boca a la mía, sujetando mis caderas con sus manos, y sin poder evitarlo, rodeé su cuello con mis brazos profundizando el beso.

Al terminar, succionó mi labio inferior  de una manera tan excitante, y finalmente se apartó.

—¿Estás mejor?

Reí golpeando suavemente su pecho y asentí.

—Debiste decir que no. Así habría podido intentarlo otra vez ¿no?

—Nadie te está impidiendo hacerlo de nuevo —le dije. Él sonrió sobre mis labios y nuevamente me besó.

Jungkook realmente me hacía sentir cosas inexplicables. Cosas que antes no me habían sucedido con otros chicos.

Deseaba tanto que pronto todos supieran sobre nosotros y así al fin poder tener una relación tranquila, sin tener que ocultarnos de nadie.

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Hoy Jungkook había decidido cancelar la clase que teníamos, insistí diciéndole que no era necesario, pero dijo que yo no estaba bien y que tal vez descansar era lo que necesitaba.

Realmente era un amor.

Había llegado a casa primero que Byeol, porque él no había llegado al paradero de autobuses hace unos minutos y yo no podía continuar esperando.

—¡Voy a salir mamá! —le oí gritar desde el pasillo.

No quería ser una chismosa, pero terminé corriendo hacia mi puerta para oír mejor lo que decían.

—¿Con quien? —preguntó, mamá y ahora oía perfectamente sus voces.

—Ah, unos amigos del equipo —respondió.

—Sales todo el tiempo con ellos, Hanbyeol —le recordó mamá— No creo que te haga mal faltar a su salida una vez.

—Pero mamá, las reuniones de papá ni siquiera son divertidas —se quejó.