Capitulo ocho

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-Mira, Styles, en serio. Perdete.

Suspiré pesadamente y abrí la gran puerta del teatro.

|| Narra Harry ||

-¿Qué hora es? – me preguntó. Observé mi reloj.

-Las 6 y media. – la miré con curiosidad.

-Bueno adiós. – dicho eso se puso en pie y cerró el teclado.

Luego comenzó a caminar. Una vez más observe sus piernas. ____ tenía un cuerpo bastante llamativo. ¿Quién diría que debajo de esos buzos de mangas largas de casi 4 tallas más y esos pantalones vaqueros de campana, estaría esta hermosura? Podría ponerle una bolsa en la cabeza y me lo pasaría muy bien. Pestañeé varias veces. Me puse en píe y la llamé divertido.

-¡Che! – dije en un tono alto.

-¿Qué queres? – me dijo con desgana. Resopló.

-Tenes unas lindas piernas Maslow. – mojé mis labios. Ella elevó una ceja.

- Mira Styles, en serio. Perdete.

Y se marchó. Me quedé de nuevo observando su figura. Observando el vaivén de sus caderas. Esa corta falda señalando sus largas y doradas piernas. Fruncí el seño. ¿Qué te pasa Harry? Negué con la cabeza. Cerré la puerta y salté los escalones de dos en dos hasta llegar a mi habitación.


|| Narra ____ ||


¿Lindas piernas? ¿Maslow? Fruncí el seño. Subí los dos escalones. ¿Maslow? ¡Arrrgs! Corrí los últimos escalones y llegué hasta la habitación. La cerré y me quedé postrada en la puerta mirando a las chicas. Ellas me miraron rápidamente y se quedaron en silencio.

-Voy a morir. – dije por fin seria observándolas. Luego, estallaron en carcajadas. Me acerqué a mi cama y me tiré en ella prácticamente. Me hice hacia atrás, quedándome acostada y me quité los anteojos. Llevé mis manos a mis ojos cerrándolos con fuerza. Este mes iba a ser horroroso.

-¿Tan mal fue? – preguntó Ash.

-Un horror. Un autentico horror.

-¿Y qué hicieron? – preguntó esta vez Pau.

-Los idiotas. Los auténticos idiotas.

-¿Pero no ensayaron? – me senté.

-¿Ensayar? ¡Con esa persona no se puede ensayar! ¡Con esa persona no se puede hacer nada serio! – dije gesticulando bastante. Ellas volvieron a reír. – Dejémoslo. – Vire los ojos. - ¿Qué hacen ustedes?

-Pintarnos las uñas. – dijo Anahí poniendo sus manos rectas. Observé sus uñas.

-Que lindas. – sonreí.

-¿Queres que te las haga? – dijo Any. Volví a observar sus uñas y miré las mías.

-Bueno. – elevé mis hombros. – Dale.

-Veni. – dijo dando unos golpecitos en su cama. Me levanté y me senté justo al lado.

Después de un rato de risas mientras pintaba mis uñas, giró mi mano. Quedó observando mi muñeca.

-¿Qué es esto? – dijo pasando levemente su pulgar por una de mis marcas. Quité la mano rápidamente.

-Nada. – negué con fuerza. Ella frunció el seño. – Mi gata.

-¿Tenias una gata?

-Sí. – dije algo nerviosa.

-¿Y te arañó ahí? – volvió a preguntar dudosa.

Desafío al CorazónWhere stories live. Discover now