Capitulo ochenta y tres

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La pequeña me toma de la mano pero me doy cuenta de que Max no camina muy bien. Me acerco y lo tomo en brazos. Él juega con mi cabello y Sofí me dirige escaleras arriba hacia su habitación. Con cuidado abre su puerta y...vaya. Es la habitación que cualquier niña de su edad desearía tener. Todo es de un color rosa claro con tonalidades más fuertes y de un madera roble hermoso. Miles de princesas se divisan encima de los muebles. Una enorme carroza de caballos blancos encima de una pequeña estantería. Todo es hermoso. Ella corre hacia su cama y me da una pequeña varita.


-Mira, este es mi juguete favorito. – me dice mientras la agita como si de repente, peter pan fuera a salir de ella misma.

-Es preciosa. – le digo sonriente.

-Te la presto. – me dice entregándomela.

-Oh. – digo con ternura. – Que linda sos.

Y luego le doy un pequeño besito en la mejilla. Ella sonríe y Max se me escapa de las manos. Camina demasiado lento y se tropieza con casi todo. Camina agarrado de mis manos. No quiero que le pase nada. Mucho menos en mi primer día de trabajo. La pequeña Sofí me enseña la habitación de Max, el cuarto de baño y...

-___, mira, esta es la habitación de mi hermanito. – dice tirándome de la mano.

-¿Qué edad tiene? – pregunto con curiosidad.

-Dieciocho. – suspiro con desgana y ella abre la puerta.

Mi corazón se encoje. Dos guitarras colgadas sobre la pared. Y podrán llamarme idiota, pero en esta habitación capto un olor que me hace sentir débil. Dios no tengas miedo. No puede ser el mismo. Cierro la puerta de la habitación del hermano de los niños. De repente me entra curiosidad. ¿Cómo será? Agito mi cabeza.

-___, tengo hambre. – me dice la pequeña frotándose la panza.

-¿Sí? Vamos a la cocina.

Con Max en brazos y con Sofí de mi mano, bajo las escaleras hasta llegar a la cocina. Leo una pequeña nota que me han dejado.

"Ten cuidado con Max, no sabe caminar muy bien. La comida la tenes encima de la barra de la cocina. Ten cuidado con los niños por favor."

Vaya. Es un ser de pocas palabras. Que amable. La hago una bolita y la tiro a la basura. Sofí me dice que esa nota la escribió su hermano. Así que me doy cuenta que su hermano es un tipo de palabras claras. Además de utilizar mi perfume de chico favorito. Era el que utilizaba Harry. Mierda. Otra vez. Pongo a Max en su trona de comer y Sofí se sienta en una silla de princesas que tiene. Ella es más experta en esto. Mientras yo ayudo a Max con su comida, mientras le digo algunas cosas sin sentido que le hacen sonreír. Después de comer, el niño se duerme en mis brazos y lo dejo dormir sobre el sillón en lo que yo pinto con Sofí en el suelo. Esto es bonito. Yo siempre quise tener unos hermanos.

-___ ¿y vos tenes novio? – me pregunta Sofí sonriendo. Y entonces sucede ese momento en el que no sabes que mierda responder. ¿Harry y yo somos algo? No.

-No, no tengo novio.

-Ah. – suspira.

-¿Qué te pasa? – pregunto llevando un mechón de su cabello tras de su oreja.

-Mi hermanito me contó que tenía una novia que se llamaba como vos. Además te pareces mucho a la chica que aparece en todas sus fotos.

-Sofí, ¿Cómo se llama tu hermano?

-Harry.

-¿Harry? ¿Harry que más?

-Harry Edward Styles.

Desafío al CorazónWhere stories live. Discover now