•19• Confesiones y propuestas

76.8K 4.8K 1.4K
                                    

Jungkook

Después de diez flexiones sus brazos comienzan a temblar por el esfuerzo, y veo la posibilidad de que se desplome sobre mí en cualquier momento. No me importaría demasiado.

-Sigue, que todavía te quedan diez -ordeno.

-Pero no puedo más... -me mira apenada pidiendo piedad, pero sigo mirándola con la misma dureza hasta que al final procede a continuar.

Se siente culpable por no decirme la especie de secreto que guarda, y lo está intentando compensar.

Cada vez sube más lento, presa de su propio peso corporal, y cuando llega a la número veinte su cuerpo se desmorona encima del mío.

-Muy bien -acaricio su cabeza, ahora enterrada entre mi mejilla y mi hombro-. No costaba tanto, ¿a qué no?

Está demasiado ocupada recuperando el aire como para responderme, pero noto sus manos arrugar mi camiseta. Y después de lo que parece una eternidad, rompe el silencio.

-Nunca me he corrido -hay un silencio sepulcral durante unos  segundos-. Me daba vergüenza decírtelo, entiéndelo.

No despega su cabeza de mi cuello en ningún momento, y a pesar de que no le veo la cara, sé que está muriéndose de la vergüenza.

-Mírame -demando. Desentierra la cabeza de su escondite y su garganta se mueve en un violento movimiento: es perfectamente consciente de que la voy a interrogar.

-Jungkook, no me hagas preguntas por fav...-

-¿Nunca?

Tira la cabeza hacia atrás durante unos segundos, pero vuelve a mirarme y niega con la cabeza.

-No...

-¿Nunca? -repito desconcertado, pues es demasiado irreal como para creerlo. Sí, ya sé que Yuri es inocente, ¿pero tanto como para no haber tenido un orgasmo en toda su corta vida?

Flexiono las piernas y las abro, haciendo que su cuerpo caiga  involuntariamente entre estas.

-No es para tanto, estás haciendo un drama de esto -añade nerviosa.

-¿Te has masturbado alguna vez?

A lo mejor me estoy pasando con las preguntas indiscretas

-Jungkook...por Dios.

-¿Eso es que sí?

Rueda los ojos, y resopla antes de contestar.

-Pues claro que me he masturbado, ¿por quién me tomas? -acaba la frase a duras penas entre su nerviosismo y su cara ardiente.

-¿Y cómo es posible que no te hayas corrido ni una sola vez?

Inclino la cabeza estudiando la situación, y todas las posibles hipótesis me rondan la cabeza: ¿no tiene sensibilidad?, ¿tiene algún trauma que no le permite acabar a gusto?

-Yuri, ya sabes que me pone nervioso que no me respondas -mis palabras salen con dureza y con los honoríficos, y es que de verdad quiero saber el porqué de su problema.

Levanta la mirada de sus manos, sorprendida por la formalidad de mis palabras, y eso solo la pone más nerviosa.

-Jungkook, por favor...me da mucha vergüenza -cojo su cara con algo de brusquedad entre mis manos, y me percato de que la diferencia de tamaño es bastante grande.

-¿No me lo vas a decir? -sigo sin quitar los honoríficos a pesar de que ella me hable sin ellos por la necesidad de cercanía en estos momentos. Y soy plenamente consciente de que le estoy haciendo chantaje emocional, pero quiero sonar autoritario y demandante; quiero que siga confesando.

Me da una última mirada antes de hacer un amago de incoporarse y ponerse de pie, pero le cojo las muñecas y hago que caiga sobre mí con un fuerte impacto.

Levanta la cabeza de mi pecho y me mira enfadada, y antes de que pueda decir algo vuelvo a coger su cara y le beso. Muevo mis labios sobre los suyos, ya que al principio no me corresponde por estar desconcertada.

Se aparta de mí y estudia mi cara en busca de un posible enfado, pero también de respuestas.

-¿Estás enf...-

Vuelvo a besarla, y esta vez oigo un jadeo suyo por lo repentina que es mi acción, pero comienza a mover tímidamente sus labios contra los míos. Esta vez no le dejo llevar el ritmo porque quiero comerle la boca de una forma muy poco dulce.

Tiro de su cara hacia mí y profundizo el beso. Acaricio su labio inferior con mi lengua y entreabre los labios con la respiración entrecortada. Mi camiseta se arruga más entre su dedos, y noto cómo cierra las piernas a medida que el beso se va calentando.

Deslizo las manos por su cintura y la aprieto, y no tarda en gemir en mi boca y presionar sus muslos el uno contra el otro, restregándolos de una forma sutil que cree que no noto.

Se está comenzando a excitar

Ralentizando mis manos para darle una idea de adónde las quiero poner, reúno fuerza de voluntad para dejarlas en su espalda baja y pegarla más a mí. Todavía no le puedo tocar el culo, quedaría muy indecente.

Me separo de ella para recobrar la respiración, y sus pupilas están dilatadas para cuando le sonrío burlón.

-¿De qué coño te ríes? -arruga el ceño, seguramente saltando a sus conclusiones. Aprieto sus mejillas fuertemente con una mano, como siempre que hago que habla mal.

-Esa boca -le advierto-, y me río de que te vas a quemar los muslos si los sigues frotando tan fuerte.

No le diloy tiempo a que se avergüence de que la he pillado estando excitada y la beso.

Su pelo cae haciéndome cosquillas en el cuello, y esta vez es ella quien toma el control de la situación. Me toma por sorpresa cuando me coge de la camiseta y me pega al suelo, pero cuando restriega sus caderas contra mi pantalón, me explota el cerebro.

Y no me contengo más

Bajo las manos y amaso su trasero entre mis manos, gimiendo con el tan anhelado toque desde que comencé a tener uso de razón sexual. Yuri no se avergüenza por el toque, pues noto una pequeña sonrisa en sus labios.

Sabe perfectamente que su culo tiene un efecto importante sobre mí.

Y sobre todos los demás hijos de puta del colegio.

Sus shorts sobran demasiado, pues lo único que me apetece ahora es manosearla a mi antojo, pero no lo voy a hacer sin su consentimiento. Ya es demasiado que me esté dejando tocarla de esta forma, no quiero sobrecogerla con mi apetito sexual.

Me separo de sus labios con una idea en mente.

-Si me dejas quitarte los pantalones te dejo que me quites la camiseta -mis palabras salen disparadas y sonrío entusiastamente, pues sé lo mucho que le gusta mi cuerpo.

"Es que tienes un cuerpo muy bonito, oppa..."

Puedo leer su mente como si fuese un libro abierto: se está debatiendo entre hacer caso a su cuerpo o a su razón.

Pero por la mordida que le da a su labio, yo ya sé cuál va a ganar.

Recordatorio de que podéis pasaros por mi perfil si queréis leer más de mí.

Recordatorio de que podéis pasaros por mi perfil si queréis leer más de mí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Spanish unnie

Oppa ; jjk [+18] Where stories live. Discover now