Valiente.

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Esta historia es una continuación de "Había Una Vez" espero que realmente les guste ❤️

"Eres mi flor favorita en un cuento de hadas, eres la frase más bella jamás escuchada"

Unos grandes y curiosos ojos verdes se encontraban directamente con unos marrones los cuales en este instante y desde hace cuatro años, estaban dotados de un amor infinito cada vez que se encontraban entre ellos.

"Eres el frío el calor, eres el miedo el valor, eres la sombra que sale cuando quema el sol"

Después de Ámbar, Simón realmente pensó que nunca iba a poder enamorarse otra vez en lo que le restaba de vida. Pero cuando la conocío, o a decir verdad, las conoció, cayó en la verdadera realidad. Estaba totalmente equivocado.

"Eres un confidente de todas mis emociones, la causa la razón de mis canciones, los sueños la verdad y mucho más... muchos mas"

La observaba y no podía ser consciente de la perfección que poseía, desde su cabello casi rubio hasta sus pies que eran demasiado pequeños, para él verla a ella era toda una obra de arte .

"Eres un mar donde navegan emociones, el cielo en el que flotan corazones. Mi cómplice, mi guía, y mucho más, mucho más. Eso eres"

Los acordes finales de la canción se efectuaron mientras la sonrisa de esa persona especial desaparecía, rompiéndole el corazón, de alguna forma, a Simón.

— ¿Por que paras papi?— un puchero se formó en los labios de esa pequeña mientras cruzaba sus brazos demostrando un claro enojo en su mirada, no solía hablar demasiado, pero cuando lo hacía estaba seguro que era para quejarse con su padre— Canta, porfus.

Simón solamente rió, su hija Mía al parecer amaba la música tanto como a él a su corta edad, y está ya era una parte esencial de su vida a decir verdad, un día que no escuchaba música era un día que su hija realmente se hallaba insoportable. Claramente le encantaba todo lo relacionado con este tipo de arte

Hoy era domingo y estos eran los días familiares para los Alvarez-Smith, desde que ellos habían ido a Los Ángeles trataban de disfrutar cada momento juntos a pleno, este era el día en que ellos podían estar juntos sin importar absolutamente nada y hoy habían elegido realizar un día de campo y por el momento solos ellos dos se hallaban, ya que Ámbar y sus otras hijitas, Allegra y Amaya, habían ido a comprar un helado, mientras que la pequeña Mia había preferido acompañarlo a él y a su guitarra en un momento que consideraba de soledad.

La niña acariciaba las cuerdas de la guitarra con dulzura mientras está se hallaba sobre la manta, cada sonido provocaba una risa efusiva en ella lo que, por inercia, hacía aparecer una gran sonrisa en los labios del hombre. Ahora él se dedicaba a la música, y todas y cada una de sus canciones iban dedicadas a sus hijas o esposa, sentía que cada día se enamoraba más de ellas cuatro.

O cinco a decir verdad.

Ámbar estaba embarazada de casi cinco meses, con tan sólo veintisiete años estaban a punto de tener cuatro hijos. Esta vez, ambos soñaban con tener un niño, pero a decir verdad no les importaba mientras él o ella sean felices como ellos sabían que lo eran sus hijas.

Ámbar, había sido la mejor madre en todo sentido, tanto que sorprendió a absolutamente todos los que la conocían, ya que su carácter había cambiado desde el momento en que había formado su relación con Simón.

"No digas nada solo tomate un tiempo, un tiempo de amor"

Comenzó a cantar en el momento que Mia le permitió tomar nuevamente su guitarra. Para ser sinceros, ella conocía todas y cada una de las canciones de su padre y aunque, no hablaba del todo correctamente, cantaba siempre a su lado y lo hacía a la perfección.

One Shots- Simbar Where stories live. Discover now