Capítulo III. Cómo construir una fuerte amistad.

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Hace unos meses atrás...

De nuevo las luces mágicas se encontraban con Mérida en aquellas rocas gigantes que formaban un círculo. Las siguió, sabiendo que encararía a su destino. ¿Qué plan tendrían ahora para ella? Corrió detrás de ellas saliendo de la vegetación hasta que llegó a un acantilado, y las luces cesaron.

-No creo que quieran que me arroje...- Mérida observó hacía abajo y al horizonte. -Mmm, este lugar, creo haber estado aquí antes.

Entre los árboles del bosque era observada por un vikingo y su amigo dragón.

-Mira a esa chica, debe ser escocesa... Es muy bonita. -Salió por accidente de su boca. Su dragón se burló de él.

-Silencio amigo, nos va a escuchar. -Hiccup no quería alterar a aquella chica, en especial por los conflictos con los escoceses. Lo que menos quería era causar pánico con la población de las Tierras Altas.

- ¿Quién anda ahí? -Mérida se acercó un poco a los árboles. Mala suerte.

Inesperadamente, el mejor amigo de Hiccup se movió en dirección a la chica.

-No... Toothless. -Hiccup trató de detener a su amigo, pero fue en vano. Se quedó tras el árbol sólo a observar. Y ella saltó hacía atrás cayendo. Rápidamente se reincorporó.

Mérida estiró su arco en dirección al dragón, atenta a cualquier movimiento. La criatura sólo la miraba, de hecho, bajo la cabeza como una señal de miedo al saber que lo estaban atacando. Hiccup aún no salía de su escondite, pero sabía que si Toothless no comenzaba a gruñir a la chica fue porque algo en ella le inspiraba confianza. Toothless camino lentamente hacia Mérida aún con la cabeza abajo, pero mirando hacia ella con curiosidad; Mérida retrocedió un par de pasos, pero se dio cuenta de lo que pasaba. Así que lentamente bajó su acro, al tiempo que el dragón se acercaba más a ella, quedando a menos de un metro. Fue ahí cuando Mérida levantó su mano para tocarle. La distancia se hizo más corta y ella posó su mano en la frente del dragón, comenzó a acariciarle cariñosamente y sonrió.

- ¿Estás perdido, amigo? Eres realmente precioso en todos los aspectos. Esos ojos... me resultas familiar, ¿te conozco? -Mérida seguía fascinada por el dragón, un dragón el cual no la atacó. Toothless cerró sus ojos y movía la cabeza. Hiccup se decidió a salir, apareciendo tras su furia nocturna. Nuevamente Mérida retrocedió y apuntó con el arco.

- ¿Quién eres tú? -Mérida analizaba cada detalle del chico.

- Tranquila, vine con él, es mi amigo. Me llamo Hiccup. -Mérida sabía que ese nombre no podría ser común en ningún sitio a excepción de uno.

- Eres un vikingo. -Mérida aún no bajaba el arco, de hecho, tensó un poco más la cuerda. No se fiaría de un vikingo.

- Si, lo soy, pero no planeo hacerte daño, no he venido por nada. Sólo vine a explorar. -Hiccup levantó las manos y retrocedió intentando calmarla. Cuando Toothless creyó que era suficiente hizo un ademán con la cabeza para que Mérida no disparará flecha alguna. Se dirigió a donde Hiccup y comenzó a frotar la cabeza en él.

- El dragón confía en ti. -Mérida volvió a bajar su arma.

- Te lo dije, somos amigos. -Hiccup acaricia a Toothless. Mérida sabía de la existencia de los jinetes de dragones en Berk, ¡Vaya!, si la noticia había causado revuelo en los clanes y de seguro en otros reinos. Sin embargo, por su mente pasaba escenas que los dragones era domados a la fuerza, siendo maltratados.

- ¿Qué clase de vikingo eres?

- De la clase que prefiere dialogar... -Ambos se quedaron en silencio por un momento, eso definitivamente sonó ridículo, incluso para Hiccup al saber la fama de los suyos. Y como si estuviesen conectados los dos comenzaron a reír a lo cual Toothless movía la cola.

Corona Rota [Mericcup & Jelsa]Where stories live. Discover now