Capítulo VII. Hechizada.

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Reino de Camelot.

Sir Lionel, el màs capaz en cuanto a cuestiones políticas, era el encargado de atender asuntos del reino cuando el Rey estaba ausente.

-Ante ustedes el Rey Leofric de Mercia, junto a su esposa Kwenthrith; Rey Edred de Northumbria, los Reyes Athelstan  y Annis de Wessex, y el Rey Cendred de Kent.-anunciaba un señor regordete.

-Sean bienvenidos a Camelot, los esperábamos desde que sus cartas llegaron. -Decía el caballero, esta vez mas bien vestido como un consejero, su tono percibía cierto toque de sarcasmo, debido a que en las cartas se redactaba que llegarían en un día; cómo si a mitad del camino se les ocurriese enviar un mensajero para adelantarse. -Por favor, pasen al gran salón. Tenemos listo un gran banquete, supongo que ha sido un largo viaje.

Pasaron unos minutos para que sus majestades se instalarán en los cuartos asignados, y todos se reunieron en el comedor.

Disfrutando de la variedad musical, los platillos y el entretenimiento, el Rey Cendred se atrevió a abordar el tema de urgencia. El individuo se levantó captando la atención de los presentes.

-Quiero brindar, amigos míos. Por la prosperidad de los Cinco Reinos y la amistad entre nosotros. Agradeciendo la amabilidad de nuestro anfitrión; esperando que el Rey Arturo regrese sano y salvo. -anunció levantando la copa de oro iniciando el Brindis.

- ¡Salud! – dijeron al unísono. El Rey Cendred, era un Rey joven, pero seguramente mayor que Arturo y la misma Reina Elsa. Miro su copa y prosiguió:

-Pero me temo que debemos hacer nuevamente los votos sobre esta Alianza. Nos hemos reunido en Camelot, siendo aquí la sede del inicio entre nuestra unión. Me temo que los enemigos han regresado, las costas de Kent y Mercia han sufrido ataques de hielo. Estamos aquí a nombre de las víctimas de aquel incidente, de nuestros reinos que juramos proteger, pero hemos fallado. No podemos darnos el lujo de tomarlo a la ligera.

-Hable claro, su majestad. ¿Qué quiere decir?

-Exigir que el Reino de Arendelle pague por los daños. El Rey Uther siempre tuvo razón sobre la magia, y aquí están las consecuencias de no actuar a tiempo. Propongo pedir la renuncia de la Reina Elsa como gobernante.

-Por nuestra parte, exigimos arreglar los vínculos con las Tierras Altas. Nuestras fuentes nos han dicho que tiene conflictos con Berk; la princesa ha sido secuestrada. – Exigían los reyes de Wessex.

-Propone reunirnos con el Rey Fergus y pedirle que olvide nuestras ofensas del pasado, que olvide el genocidio de druidas. - dijo sarcásticamente Lionel.

-Propongo algo más serio que un simple papel, propongo un matrimonio. Después de todo es lo que se rumora de nuestros enemigos: otro matrimonio.

- Usted mismo ha dicho que Lady Mérida ha sido secuestrada.

- Ofreceremos ayuda en su batalla, como años atrás. Derrotar a Berk y si todo sale bien, sellar la alianza con una unión.

[...]

Horas después de la partida de Arturo y el exitoso rescate de la princesa, Mérida había logrado entrar por la puerta de la cocina al castillo para evitar ser vista por los sajones.

Luego de instalarse en una alcoba y asearse por completo, volvía a parecer una princesa, esta vez con un típico vestido del lugar. Ginebra le había aconsejado esperar por Arturo, pero eso le desesperó un poco, además, tampoco sabía nada de Eugene.

Tomó su collar, un pequeño regalo del chico dragón. Consistía en una piedra aguamarina y toques rojizos en los extremos, algo único que encontraron en una de sus tantas aventuras.

Corona Rota [Mericcup & Jelsa]Where stories live. Discover now