PAPI MECHÓN (editando)

DIECINUEVE

—¿Qué es lo más importante para ti?

A mi lado, mi hermana llevo una de sus manos a su mentón; adoptando una posición típica de la gente cuando estaba pensando.

Quizás que iba a contestar la hueona indecente.

—Yo diría que mi familia. —respondió, sorprendiéndome completamente— mi papá y mi hermana.

—Que tierna. —mi mejor amiga comentó mientras anotaba en su cuaderno.

—¿Quién eres? —quise saber, con la mirada confundida fija en mi hermana.

No me contestó, simplemente me mostró su lengua y adoptó la pose de un rockstar cuando está siendo entrevistado.

Porque sí, lo que hacían era una entrevista.

Aunque sea lo más raro escuchado jamás; en un taller del colegio nos habían dado la tarea de entrevistar a alguna persona que tuviera nuestra admiración, con las condiciones de que debía ser cercano y el motivo de la admiración debía ser de peso. No cachaba mucho el motivo por el que la Valeria admiraba a mi hermana, sin embargo, lo hacía desde siempre.

Yo por mi parte, apenas empezamos las vacaciones le hice la entrevista a mi papá.

—¿Cómo te ves en veinte años? —siguió con sus preguntas mi mejor amiga.

Recién había vuelto de sus vacaciones de invierno en la mañana y ya estaba metida en mi casa. Incluso había ido a almorzar.

Patúa la cabra.

—Vieja, pero estupenda. Con plata por montones y... —pensó un poco en lo siguiente que iba a decir, pa' luego asentir con la cabeza— tirándome a minos más jóvenes que yo.

Entreabrí los labios.

—¡Amelia! —le dije en tono de reto y seguido de eso miré como mi mejor amiga anotaba la respuesta rápidamente— no puedes poner eso.

—¿Por qué no? —inquirió dándome una mirada confundida— hueona, la entrevista debe ser cien por ciento honesta.

Puse los ojos en blanco.

—¿No podías decir algo más decente? es pa' el colegio. —le pregunté a mi hermana.

—¿Cómo que algo más decente? —se hizo la ofendida mientras llevaba la mano hacia su pecho— estoy siendo sincera.

—Perdón que me meta, pero yo también la veo así en un par de años. —comentó la Vale con una sonrisa orgullosa.

Yo igual la veía así, pero no era necesario comentárselo a todos nuestros compañeros. Aparte, la profe era tan pesá que fijo no tomaba en serio la entrevista de la Valeria.

—Ya, es cosa de ustedes. —elevé mis manos en modo de rendición, no tenía muchas ganas de discutir, así que preferí dejarlo así.

—¿Hay más preguntas? —indagó mi hermana mientras revisaba las notificaciones de su celular— tengo que salir.

—Dos más, pero son para irse en la profunda.

—Mmh, ¿terminamos cuando llegue? —le propuso la Amelia.

—No te preocupí. —la Vale respondió, restándole importancia a la situación— igual me quedan vacaciones.

—Ya bacán, después seguimos entonces.

—¿Para dónde vas? —le pregunté a mi hermana, aprovechando que todavía no huía y ella me dio una mirada pervertida mientras se levantaba del sillón.