El Nuevo Amanecer (parte II)

En başından başla
                                    

Sin embargo, aquella duda, tenía respuesta. La razón de que ya no pudiese tener esos e sentimientos, era porque scar sin lugar a duda no se había marchado con las garras vacías. Primero había prometido destruir a simba, y otorgarle el poder para que pudiese gobernar el reino, y así emprender un imperio. Sin embargo... algo había dicho kion. Que scar... había utilizado su cuerpo para poder traer de nuevo su alma de la muerte a la vida. En otras palabras... Nattu, o mejor dicho, su cuerpo mismo, eran solo un instrumento para scar. No desea a ayudarlo, no deseaba dejarlo cumplir su deseo. Lo único que pretendía era llegar a kion y arrebatarle el rugido, y así mismo, asesinar a simba.

Pero cuando fallo, cuando kion rugió en contra de Nattu, era evidente que moriría junto a él. Ese era el sacrificio que kion había aceptado. Pero... sin en cambio estaban con vida. Ahora comprendía. Una vez que Nattu dejo a scar entrar en su ser, este le arrebato los sentimientos que lo hacían poseer deseos benignos. Nattu le había arrebatado todo. Incluso a pesar de estar vivo, su alma se sentía muerta. Desolada. Sin embargo, no podía siquiera expresar su tristeza, o dolor interior. No lograba soltar una lágrima, o sentir otra cosa como alegría, compasión, deseos de sobrevivir. Lo único que lograba sentir en ese instante, era un desesperado dolor.

Era como si estuviese ardiendo y aun cuando poseía el agua suficiente para apagar el fuego no pudiese hacer nada al respecto. Nattu miro y busco a kion entre la roca del rey. Con los ojos cansados y hundidos en su soledad contemplo al cachorro que no dejaba de tener la apariencia de un sol radiante.

Ante sus ojos, debía reconocer algo. Kion era realmente merecedor de ser llamado el líder de la guardia del león. Incluso más que eso, realmente apresa de haber sufrido, de haber sido traicionado, perseguido. Incluso cuando decidió renunciar a lo que tanto amaba, cuando huyo de su hogar, abandono a su guardia, y decidió ir por su hermano, tan solo era un león que apenas entendía el valor. Pero en aquel momento, en todo tiempo, a pesar del dolor, siguió adelante.

Pensar que aquel león pequeño había tenido tal valor era impresionante. Y aún más verlo en aquel momento, lo hacía lucir como el guerrero más formidable.

(NATTU)

– No tengo nada que refutar simba –logro decir apenas –, lo único que puedo decir... es que... sin duda debo reconocer que tu hijo... kion, el realmente es un guerrero formidable. Es mi deber morir ante mi vencedor. A sí que... si pretender darme un castigo que penen mis actos, solo deseo una cosa. Que kion... sea el que acabe con mi vida.

Por un segundo el silencio se impregno el en lugar. Kion seguía inhóspito viendo a Nattu, mientras todos lo observaban.

(RAFIKI)

– la ley de las praderas es que debe ser penado a muerte todo aquel que haya traicionado a sus propios hermanos, y gobernantes. Mufasa no denegó aquella ley debido a su padre, y el rey simba ha hecho lo mismo. Sin embargo... la decisión de lo que corresponderá a tus seguidores y a ti, pueden ser revocadas solo si el rey lo decide.

(SIMBA)

– sin embargo... aun cuando me pides esto... no soy yo el que deba decidirlo Nattu. Esta aves... me negare a cumplir la ley de mi padre –mira kion –, que sea tu decisión lo que se haga con Nattu hijo.

Mientras kion se acercaba, no había ojos que no vieran a kion. Por un segundo el rostro de kion se endureció, sin embargo, no era por el deseo de acabar con Nattu. Mufasa le había dicho a kion durante todo ese tiempo, que debía entender el verdadero valor de un líder. El sacrificio que implica el amor por otros. Ahora kion lo entendía bien.

(KION)

– Nattu... al igual que mi padre... al igual que mi abuelo, yo deseo cumplí con la ley. Es por eso mismo que me revele incluso en contra de mi propio padre, y mi madre. Hui del reino, y deje todo por hallar la verdad que me impedía seguir viviendo. Ahora... comprendo, que no necesito acabar con tu vida –hace una pausa –, deseaba acabar contigo. Pero ahora... soy yo el que se niega a poder cumplirte aquel deseo, por la razón de que deberás pagar lo que ha hecho en vida. Desearía creer que te has arrepentido. Pero veo... que solo deseas una cosa. Y esa es que acabe con tu vida, sin importante nada más. A lo que mi respuesta es esta: envejecerás en las fronteras de este reino. Tus seguidores... serán juzgados bajo exilio y serán abandonados bajo las lejanías. No se les será visitados, y no se les vera como amigo hasta que haya probado que no desean más acabar con este reino y ningún otro –mar a zira –, mientras tu... zira, fuiste por mucho tiempo cómplice de Nattu. Atentaste con l ávida de mi hermano, a pesar de que pudiste haberte negado a escuchar a Nattu. Sin embargo... la decisión que depare tu destino no es mía. Sino de mis padres ahora.

EL SECRETO DE LAS PRADERASHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin