EL SECRETO DE LAS PRADERAS

El reencuentro final

Kion mantiene la vista fija en la mirada de Nattu. Sin lugar a duda Nattu no solo lucía diferente, sino que dentro de él, en su mirada, habitaba algo, como si existiera más que un solo ser. El sol aun deslumbra la tierra que pisan, pero aun con los tibios rayos del sol, la guerra, una decisión estaba por confinarse a una resolución. Quizá, la muerte, quizá el renacimiento.

Kion da un paso más adelante. Su corazón aun yacía lastimado, sin embargo, el deseo de salvar a quienes ama, no lo limitaba. Aun si Akanni había a resultado un traidor, aun si perdía esta vez, no se daría por vencido. Mufasa le había recordado algo, que su propósito se extendía aún más allá de esta pelea, aún más allá del propósito de ver a kopa. Todo lo que había pasado, todo lo que aun pasa, es por él, nada más que por él. Y aun si no lograba vivir esta vez, algo dentro del cachorro se alza como una llama ardiente.

(NATTU)

– así que los has decidido kion... debo admitir que es bastante valiente que hayas dejado a tu guardia detrás. Por un momento pensé que se negarían a abandonarte.

(KION)

– Que me siguieran es lo que tu esperabas a pesar de que anunciaste que no deberían seguirme –concluye kion es un tono severo –, si ellos me hubiesen seguido... seguramente tú los habrías intentado asesinar en cuanto pudieras.

(NATTU)

– No se te escapa nada kion –ríe –, pero lamento decirte... que siempre cumplo lo que digo. Así que... si sedes a lo que quiero, te juro que ninguno de tus seres amados será herido. Sin embargo... si tratas de jugar conmigo, esa promesa se desvanecerá. Aun así... debo admitirte que si quería que ellos estuviesen aquí, me hubiese gustado que te vieran rendirte.

(KION)

– ¿Qué quieres Nattu? No he venido hasta aquí solo para hablar. Dame a las chicas... o te juro que aun si muero contigo, no refrenare el rugido.

(NATTU)

– ella irán contigo siempre y cuando aceptes mis peticiones. Sin embargo... si deseas con claridad entenderme... entonces escucha con atención.

Simba corre con fuerza siguiendo la dirección de Kiara, kovu, y vitani. Simba y Nala seguían detrás de ellos, junto a Abijeth, y kenai. Gran parte de la guardia que protege las praderas de aquel reino les seguían. Kiara tenía el olor de kion, por lo que seguirlo no sería un problema. Pero... lo que realmente sucedería, ahora también dependería de las fuerzas de los aliados que traerían Beshte, Ono y jasiri del reino de simba.

Fuli, Hikari y gran parte de los chitas ya estaban en camino, al encuentro con kion. Mientras que en las praderas, aun se encontraban en marcha, rafiki, Makini, junto a la guardia.

Akanni apenas había alcanzado el andar de kion. Se vara ante el pilar de una gran roca, y ve la figura del león ante la luz del sol.

(FULI)

– Debemos apresurarnos –anuncia mientras corre con todas sus fuerzas –, ¡Hikari... tenemos que apresurarnos!

(HIKARI)

– Lo que digas –dice –, ¡padre... debemos apresurarnos! ¡Kion... debe estar ya con Nattu!

En cuanto Hikari lo anuncia, la gran manada de chitas apresura su velocidad. Si seguían tal ritmo, estarían seguramente con kion más pronto de lo que tenían en mente.

(KION)

– dilo entonces.

(NATTU)

– Tu sabes lo que siempre he querido –se detiene –, al principio... solamente deseaba que tú te me unieras. Quería doblegar el reino de tú padre, y así, yo podría tener la oportunidad de ser el nuevo rey de las praderas. Intente... hacer que te pudieras oponer ante simba pero... me di cuenta de que no sería un trabajo sencillo. Kion... con forme pude ver que tiene un espíritu libre, que no permite cualquier falsedad, supe que jama podría convencerte de que te me unieras. Luchar contigo... solo me haría desgastar energía, debido a que jamás te rindes a pesar de todo. Así que... es esa la razón, de la cual no supiste de mi por mucho tiempo –se queda en silencio – conocí a zira desde hace mucho... y supe que ella también tenía un propósito parecido. Vengarme de las praderas. Y por supuesto, tome la mejor arma que ella me ofreció... a tu hermano. Kopa. Al que tanto te has esforzado por buscar.