EL SECRETO DE LAS PRADERAS

El misterio de Akanni

Kion aún seguía pensando en aquel león, apenas se había marchado, pero la duda se había adentrado en él, en un sentimiento de curiosidad y tranquilidad. Era como si no hubiese ningún peligro, como si no tuviera nada de que temer.

(KOVU)

– tranquilo. No es alguien de quien debas preocuparte. Es... casi mi hermano.

(KION)

– ¿Qué? –Pregunta absorbido en sí mismo –, ¿es tu hermano?

(KOVU)

– Bueno... te dije que te diría lo que quisieras saber –se aleja y cierra los ojos con fuerza –, creo que ya es hora de que lo haga.

(FULI)

– No está lejos –dice en sorpresa y alegría a la vez –. Estamos cerca...

Al reconocer aquel olor, fuli estaba segura de que pertenecía a kion. Aunque también había otros de los cuales no tenía memoria.

(TIIFU)

– Kiara... talvez ya sea hora de avisar al reino de kenai...

(KIARA)

– Tienes razón –mira a bunga –, bunga... podrías ir en busca de Ono. Debe estar revisando nuestro perímetro.

(BUNGA)

– Lo que tú digas Kiara – exclama haciendo una seña hacia arriba con su mano –, en marcha.

Kion trata de levantarse, y por suerte lo consigue, el dolor se aminoraba poco a poco, haciendo que se sintiera un poco mejor.

(KOVU)

– la última vez que te vimos, mi madre dijo que hallaría una manera de volver a las praderas. Una... que sería una buena y mejor opción que... –se detiene al decir las palabras. El primer propósito que había tenido zira, era destruir a simba a través de Kiara –, bueno... el asunto es que acepte hacerlo. Dijo que te encontrara, y que hablara contigo... y que después te llevara con ella.

Kion se queda atónito. La zira que hablaba kovu, no era ni un poco a la que conocía. A la que había raptado a su hermano, y tratado de matarlo.

(KION)

– Entonces tu madre te mintió– grita –, tu madre... ella... trato de matar a mi hermano – de repente se interpone en su garganta un nudo –. Creí que eras sincero, pero... ella, tu madre, trató de matar a mi hermano. Ella lo tiene, y te juro, que hare hasta lo imposible por llevarlo a casa de nuevo. Así que... dime de una vez donde está, y te prometo que no te meteré en esto.

(KOVU)

– ¿Qué? –Pregunta confundido –, tu... ¿tenías un hermano?

(KION)

– tú ya deberías saberlo. ¡Su nombre es kopa!

(KOVU)

– ¿Qué? ¿Kopa?... kion escucha. No sé de quién hablas... jamás escuche que tuvieras un hermano, y mucho menos mi madre trataría de matar a un... niño.

(KION)

– tenemos diferentes opiniones. Es evidente que no podremos entendernos nunca kovu.

(KOVU)

– solo escucha. La razón por la que ahora estoy aquí... es porque... –se aclara la garganta –, apareció un tal Nattu. La oí charlando con mi madre, jamás lo vi... pero oí algo que me desconcertó mucho –guarda silencio –. Él quiere... hacerle daño a tú familia kion