41- Quédate con el "tú y yo"

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LUNES

•ANSEL•
Salí un poco antes de casa para llegar a tiempo al colegio. Esperé en la puerta a que llegase Alena. Necesitaba ver a esa persona que tanto me gustaba.
Allí estaba. Cinco minutos antes de que sonase el timbre vi a una chica morena, con el uniforme de la escuela y el pelo recogido hacia un lado viniendo hacia la entrada. Levantó la cabeza y me vio. Se retiró un mechón de pelo y se acercó a mí.
- Qué raro que estés tú ya aquí. ¿Estas bien? -dijo riéndose.
- Perfectamente. Sólo quería desear suerte a la mejor chica que conozco.
Le di dos besos y aproveché para decirle al oído: ¿vemos una peli tú y yo en mi casa esta tarde?
"No me apetece una peli, otra vez" -me respondió con la intención de picarme. Sabía que se moría de ganas.
"Quédate con el tú y yo de esa frase" contesté.
"Entonces vale" dijo Alena sonriendo.
Sonó el timbre.
- ¿A las 16:00 en mi casa? - le pregunté.
- Allí estaré -contestó antes de entrar en su aula.

•ALENA•
¿Otra tarde con él? Definitivamente esto era un sueño.
"Tenéis cuarenta y cinco minutos para responder a todas las preguntas"
La voz del profesor hizo que mi mente regresase a la realidad.
Respiré e intenté hacer lo mejor que pude aquel examen.

•PAU•
Los nervios podían conmigo. No me acordaba de la segunda pregunta. Pasé a la tercera... Tampoco me salía.

"Soltad los bolígrafos y pasad los exámenes hacia delante"
La suerte estaba echada.

*En el descanso se reencontraron todos en el banco de siempre hasta que el timbre les obligó a separarse de nuevo.
"¿Me esperas a la salida y vamos juntos?" Era N. Pau asintió y con una sonrisa se despidieron.

•N•
Sólo quedaban unas pocas horas más...- Pensé.
Necesitaba volver a estar con ella.

A LA SALIDA...
Allí estaba Pau, con la carpeta cogida entre los brazos y apoyada en un árbol. Me acerqué a ella.
"¿Qué tal, princesa?" Pregunté aprovechando que estábamos solos.
-Agobiada... No he hecho un examen peor en mi vida. Sociales se me resiste... Y no entiendo por qué -contestó enfadada con ella misma.
-Pues te tendré que dar clases particulares, ¿no? Química, sociales... Estoy aquí para todo -contesté guiñando un ojo.
-No estaría mal -dijo mordiéndose el labio.
Salimos por la puerta del colegio. Apenas habíamos llegado al final de la calle cuando un perro se acercó a nosotros.
-Ei pero mira que preciosidad -dije. Amaba los perros- ¿de dónde has salido, bonito?
Me giré y entonces el pánico se apoderó de mí.

"Sueña conmigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora