28- Patatas, ensalada y huevos...

705 57 2
                                    

•ANSEL•

Sabía lo que Alena quería pero no se lo iba a dar tan fácilmente. ¿Se negaba a darme patatas? ~ahora que lo pienso suena un poco infantil~ Pues iba a tener que esperar un poco más aunque a mí... ganas no me faltaban...

Me senté a su lado. Se negaba a mirarme, sonreí y entonces acerqué mi mano a su mano.

-Lo que quieras -repetí.

•PAU•

Acababa de terminar la película. ¿Por qué esas cosas no pasaban en la vida real? ¿Por queeee?

Salimos de la sala del cine y nos dirigimos a los aseos. Aproveché para echar un vistazo a mi look, me peiné rápidamente y salí. Él ya estaba fuera. Y juntos fuimos a la parada del autobús.

Llegamos a casa. Era la hora de cenar y Jess todavía seguía desaparecido. Mejor.

Entré en la cocina y saqué unos tomates, lechuga y dos huevos.

Escuché unos pasos mientras limpiaba la lechuga. N entró en la cocina.

-¿Te ayudo?

-Como quieras -le respondí mientras él se acercaba.

Estábamos los dos de pie ~esta vez él estaba a mi izquierda~ dispuestos a preparar la cena: ensalada y huevos fritos.

-Vete preparando la lechuga, yo me encargo del tomate- me dijo.

Sacó una tabla de cortar y se giró en busca de un cuchillo.

Noté como una mano rodeaba disimuladamente mi cintura (el cuchillo estaba a mi derecha por eso él movió el brazo rodeándome para cogerlo) y sentí como un escalofrío recorría todo el cuerpo.

-Termina de hacer tú la ensalada. Me voy a poner ya a freír los huevos -dije con miedo de no poder controlarme.

-Vale. ¿Me pasas un plato?

-Claro, aquí tienes.

Y así seguimos los dos, cocinando, sin apenas hablar pero con la cabeza llena de pensamientos.

•N•

¿Había quedado muy falso? Seguro que le había molestado y por eso se puso a cocinar los huevos... La había cagado y el problema era que...

No quería perderla.

•ALENA•

Su mano estaba a un centímetro de la mía...

-¿Lo que quiera?

-Lo que quieras...

Y en ese momento, sonó mi móvil. Mierda.

-Mi padre -dije antes de descolgar.

-Papá, ¿qué quieres...?

-Te recuerdo que a las diez tienes que estar en casa.

Suspiré y cogí aire.

-Ya lo sé -dije mirando mi reloj- aún son las 21:30. Ya estamos acabando. A las 22:00 te prometo que estaré allí. Bueno, adiós. -le corté antes de que siguiese hablando.

Volví a la cama y me senté.

-Bueno... Pues media hora nos queda... -le contesté.

-Habrá que aprovecharla, ¿no? Aunque... Pensándolo bien... Ya no me apetecen patatas -dijo con una mirada de venganza.

Gracias papá-pensé.

-Aunque... Espera que me lo piense mejor... -y se aproximó a mí. Podía notar su respiración y su cara muy cerca de la mía...- Mmm no, no me apetecen, pero gracias.

Y se rió. De verdad que no sabía de dónde sacaba tanto cachondeo, me reí yo también.

- Pues mejor lo dejamos para mañana, que comer tanto es malo -respondí- ¿Haces algo mañana?

-En principio no, pero te llamo después de las clases y lo hablamos.

-Perfecto -volví a mirar el reloj. Me quedaban 20 minutos- me voy a ir yendo que si no me olvido de quedar lo que queda de mes.

-Déjame acompañarte -dijo levantándose y dirigiéndose a las escaleras.

Pasó el primero y a continuación yo. Este idiota había conseguido enamorarme...

Salimos y le indiqué el camino a mi casa.

Nos dimos dos besos al llegar allí y después, con las manos en los bolsillos, regresó a su casa.

•PAU•

Después de cenar nos fuimos al salón. N encendió la televisión y se puso a ver un programa de deportes. ¡Cómo no!

Encendí mi ordenador y me puse a escuchar una canción titulada Dame mientras entraba en internet. Seguía escuchando música española aunque no tanto como antes...

Ninguna novedad. Terminé de escuchar la canción y apagué el P.C.

-Me subo a mi habitación, ¿vale? -le dije a N- estoy agotada.

-Vale. Yo también me iré en cinco minutos. Mañana toca madrugar.

-Hasta mañana entonces y... Gracias. Me lo he pasado genial.

Y a continuación subí las escaleras sin darle tiempo a responder.

Entré en mi habitación. Me quité los pantalones que había llevado esa tarde y me puse unos anchos con los que solía dormir. Seguido me quité la camiseta y me puse un crop top rosa. Fui al baño y me desmaquillé. Al salir escuché como N apagaba la tele y se levantaba.

Me metí en mi habitación con la puerta entreabierta -no me gustaba dormir con la puerta cerrada-, abrí la cama y me tumbé en ella mirando a la pared. Respiré fuerte y cerré los ojos pensando en todo lo que había pasado esa tarde. ¿Por qué me enamoraba de la persona equivocada? Yo simplemente era la chica de intercambio, nada más, pero él para mí lo era todo. Al cabo de un buen rato -aún continuaba pensando en ello- noté que la puerta se abría. Decidí hacerme la dormida.

Alguien se acercó un poco. Era N. Lo reconocía por la colonia.

Estaba allí, de pie, mirándome. Lo notaba. Y entonces pasó...

N susurró algo que me dejó helada:

"Ojalá fuese capaz de decírtelo... Pau, te quiero"

"Sueña conmigo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora