Capítulo 2: Bienvenida a Gusu

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El suave aroma que liberaba su pareja era singularmente dulce, acariciador e insinuante. Lan Zhan amaba despertar y poder llenarse con ese aroma.

Por primera vez sentía esa ligera tentación de seguir arropando a Wei en sus brazos mientras completaba su sueño hasta las nueve. No que tuviera sueño, simplemente ese exquisito aroma le demandaba permanecer a su lado, cuidándole, vigilando que el bebe creciera sano y que Wei se sintiera satisfecho.

Cumplir sus deberes siempre había sido natural en su vida, exceptuando las veces en que Wei Wu Xian estuvo presente. No importaba que tan consciente fuera de lo correcto, su ahora esposo lograba hacerle cuestionar, turbarle y tentarle. Y aun con todo lo malo que habían pasado tenerlo a su lado era satisfactorio, le llenaba y completaba. Ya no tenía en su rutina el realizar deberes vacíos, sino que se sentía sereno de tenerlo a su lado, bajo su protección, no arriesgando su vida en venganzas. Hace muchos años no pudo hacerle llegar sus sentimientos, pero en ese momento finalmente eran una familia y no permitiría que alguien le hiciese daño.

Algunos meses habían pasado desde que se enteraron que el omega estaba de encargo. Todos en Gusu le habían felicitado, incluso su tío Lan Quiren. Quizás había disminuido su antipatía a Wei, en cambio estaba decidido a educar por el camino correcto al pequeño. Wei Ying toleró el largo sermón de cómo ser una correcta madre para un futuro maestro Lan. Él realmente se esforzaba por no hacer perder cara a su marido, aunque a veces era inevitable. Lan Zhan realmente agradecía su esfuerzo.

Y es que era parte de su naturaleza ir contra la corriente. Algo sin lo cual no sería Wei Ying.

Por su lado, omega estaba de acuerdo en que su pequeño se criara como un Lan, pero le aseguró a su marido que no permitiría que los atormenten tanto como lo habían hecho con los jades de niños.

Prevenía enfrentamientos entre su amado esposo y su tío por el menor.

De otro lado, su hermano mayor solo había tenido felicitaciones hacia ambos. Estaba encantado con pronto ver corretear a un pequeño. Había sido principal testigo del sufrimiento de Lan Zhan, así que era más que feliz con la vida familiar de su hermanito y verlo día a día levantarse con una sonrisa y el aroma lleno de plenitud por dormir con su esposo. Aquello era suficiente para agradarle su cuñado.

El futuro hermano mayor, Lan Sizhui, era el más radiante. Había jurado cuidar y ser un correcto hermano para el pequeño. Su declaración solemne causó ternura entre los mayores. Ante tal juramento, Wei sonrío, le atrajo en un abrazo y acarició su cabeza con dulzura. La imagen familiar causó ternura en el alfa mayor, sintiéndose pleno de tener su pequeña familia.

Fue en ese instante que finalmente la regla de su clan tomó sentido: No se había rendido, fue constante en su amor por Wei, le espero año con año tragándose la miseria de la soledad, y al fin cosechaba los frutos de su determinación. La felicidad llegó a sus manos.

Si antes alguien se rehusaba a los encantos de Wei, nadie lo hacía en ese instante. Era tratado como nada menos que un príncipe. Y aquello adoraba, pero sobre todo que Lan Zhan cuidase de él, le mimase y cumpliese hasta el mínimo capricho.

Él estaba encantado de prodigarle cada instante y cada pequeña muestra de amor devoto. Ante sus ojos no existía criatura perfecta para él. Admitía los errores que su amado cargaba, y reconocía los propios, pero estaba determinado en que nadie complementaría al otro de mejor manera. Su amor y deseo por su omega solo aumentaba a medida que el tiempo pasaba. La entrega de Wei Ying lograba caldear su cuerpo en instantes, queriéndose hundir en su marea de fuego.

PEQUEÑO MAESTRO LAN (Hiatus Indefinido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora