23.

59.8K 2.5K 41
                                    

Cada voto y cada comentario cuentan :)   

—Llegas tarde —anunció Marc cuando oyó el sonido de la campanilla de la puerta.

Kim entraba bastante sofocada. Era imposible de creer, pero tras tanto tiempo en Arizona, seguía sin acostumbrarse al calor. Es más, cada vez le costaba más.

—Lo siento, mi madre me ha hecho esperar a que Dan terminara de sacar los libros nuevos de la furgoneta.

El joven alzó la vista del libro que estaba leyendo mientras esperaba a Kim, y suspiró levemente al ver la gran caja de libros que ella acababa de situar en la puerta. ¿Cómo era posible que una librería tan pequeña como esa, pudiera tener tantos y tantos libros?

—¿Qué lees?

—Ya sabes, La Divina Comedia.

Kim sonrió.

—Otra vez —dijo.

—Ooootra vez —secundó Marc, dejando el libro y acercándose para besarla.

—¿Me vas a decir por qué es tu libro favorito o va a seguir siendo un secreto?

Se separó un poco del chico y esbozó una mueca graciosa, sacando la lengua hacia Marc. Él sonrió y se quedó observando sus ojos verdes con una mueca enigmática.

—Seguirá siendo mi secreto. —Susurró.

—Ha vuelto Don Misterioso. Venga, Marc…

Finalmente él apartó la vista de los ojos de la chica. Para ella era muy fácil convencerle, de nuevo lo había hecho.

—¿Es porque Dante hace lo que sea por encontrar a su Beatriz?

Él se puso serio de repente.

—No. Me gusta porque puedo identificarme con alguna de las partes.

Ella lo miró con renovado interés. Al parecer la razón por la que él adoraba ese libro, era mucho más pesimista de lo que Kim había pensado en un principio.

—¿A qué partes te refieres?

—A alguna de las fases del purgatorio, al infierno…Todo lo que se ve y se siente. Cómo la gente ha acabado ahí.

La joven chascó la lengua y tomó la mano del chico, suavemente.

—¿Y el paraíso?

Kim intentó encontrar el contacto visual y de pronto, la mirada azul de Marc se posó en sus ojos. Sonrió casi melancólicamente.

—Supongo que aún no lo he encontrado, o que no voy a hacerlo.

Supo inmediatamente en qué estaba pensando: que ella se iría antes de que acabara el mes y que de nuevo se quedaría él solo, con el recuerdo de su padre incitándolo a volver junto a sus antiguos amigos y perderse para siempre. Kim no podía evitar sentirse vulnerable cada vez que recordaba el poco tiempo que le quedaba con él y por primera vez, se atrevió a tocar un tema que llevaba pensando desde la noche anterior.

—Marc… ¿Qué piensas hacer cuando empiece el curso de nuevo? ¿Irás a la universidad?

Él se separó de ella, no bruscamente, pero sí frunciendo el ceño levemente.

—No… no sé, ¿por qué?

—Quiero decir… yo volveré a Washington y aún no he terminado el instituto, pero… me gustaría no estar lejos de ti.

Se avergonzó un poco al decir eso. No sabía cómo reaccionaría él. A decir verdad, no habían tocado para nada el tema del futuro, es más, lo rehuían.
Pero era un asunto que tenían que arreglar, que estaba allí.

Noche de Fuego. (DISPONIBLE EN PAPEL)Where stories live. Discover now