16.

64.2K 3.5K 293
                                    

Cada voto y cada comentario cuentan :)   

Su madre se sentó en una silla tras haber dado unas cuantas vueltas por la cocina sin ningún objetivo fijo.

—Kim, eh… —Lisa titubeó—. Espero que no te moleste, pero va a venir Andrea para charlar un poco antes de comer.

La chica terminó de masticar el puñado de cereales que se había metido en la boca directamente desde la bolsa (sí, ese era su desayuno) y la miró extrañada.

—¿Y por qué iba a molest… —dejó la frase inacabada, ya sabía por qué—. Ah.

De pronto su estómago se encogió y dejó los cereales de nuevo en uno de los armarios superiores. Así que Marc iba a ir a su casa dentro de un rato… ¡Era horrible!

—Ya sé que ahora habéis intentado llevaros bien, pero tampoco quiero que te sientas incómoda junto a él.

Kim omitió un gruñido rabioso y en su lugar, intentó aparentar tranquilidad, aunque nunca había sido buena aparentando nada.

—Me da igual —farfulló mientras se sentaba en una de las sillas, frente a su madre.

Su madre guardó silencio mientras la miraba, se estaba comportando de una forma un tanto extraña.

—¿Qué pasa, Kim?

La joven decidió cambiar de tema, le parecía que ya era el momento de formular algo que llevaba preguntándose desde el principio.

—Oye, Lisa… ¿Por qué decidiste darle otra oportunidad a Marc? Y no me digas de nuevo que Andrea es tu amiga y no podrías haber hecho otra cosa.

Esa pregunta pilló desprevenida a Lisa. Desde luego no iba a decirle que Andrea confiaba en que, al pasar tiempo con ella, se comportaría un poco mejor, pero tampoco sabía cómo responder exactamente.

—No sé… He visto crecer a ese chico; cuando era pequeño me llamaba tía Lisa y quería visitarme a todas horas. Está claro que ya no es lo mismo, a duras penas consigo sacarle una palabra sincera y… bueno, ya has visto todo lo que ha ocurrido.

Kim alzó sus piernas sobre su silla, doblándolas, las rodeó con sus brazos y apoyó la barbilla en el hueco que quedaba en sus rodillas.

—¿Querías recuperarlo?

Su madre sonrió dulcemente y la miró a los ojos.

—No tanto recuperarlo, sé que eso es imposible porque ha pasado mucho tiempo —De nuevo parecía estar hablando de otra cosa, pero se centró enseguida—. Kim, si hubieras conocido a Marc antes, te habría encantado. Se parecía mucho a ti: era listo, amable... También un gran defensa de los Wolves, el equipo de fútbol del colegio, aunque terminaron echándolo por faltar a los entrenamientos y pelearse con los demás chicos.

—¿Antes?

—Sí, Marc siempre estuvo muy unido a su padre y hace un año… —hizo una pausa—. Bueno, no creo que yo deba ser la indicada para hablar de eso.

—¿Qué ocurrió? —Dijo Kim con interés.

Estaba acostumbrada a oír en la librería comentarios sobre el jefe de policía Tyler y sobre un accidente, pero nunca había sacado nada de eso en claro y realmente, no sabía a quién podía preguntar. Quizás a Simon, pero la verdad era que no quería ponerlo en un aprieto al tener que contestar.

—Déjalo, Kim.

La mirada de su madre se dirigió más allá del cristal, hacia un coche grande y negro que se destinaba a aparcar frente a la casa.
El estómago de  Kim decidió ponerse a bailar cuando vio que el conductor era Marc y no tardó mucho en disculparse para subir a su habitación.

Noche de Fuego. (DISPONIBLE EN PAPEL)Kde žijí příběhy. Začni objevovat