Capítulo 46: "Deberías habérnoslo contado antes."

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(***)

Ya me había acostumbrado a que fuera la luz del día la que me despertara cada mañana, incluso la semana que había estado en casa había dejado la persiana de la habitación levantada para sentirme como si estuviera aquí, aunque realmente estuviera a más de 1000 kilómetros.

Me estiré en la cama sin chocarme con ningún otro cuerpo. Miré a mi izquierda y la cama estaba vacía. El miedo empezó a recorrer mi cuerpo. ¿Y si el me había encontrado? ¿Y si le había pegado una paliza a Mike? Tenía que apartar estos pensamientos de mi mente como fuera. Intenté levantarme de cama para poder ir a buscarle, pero mis piernas no respondían, y miles de lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Lo único que pude hacer fue abrazar mis rodillas y quedarme en cama esperando. Esperando a ver si mi sentimiento de miedo y mis horribles pensamientos eran reales o solo una mera ilusión provocada por el estrés que esta situación suponía para mi.

Esperé, esperé a que alguien apareciera, esperé a que alguien dijera algo en alguna parte de la casa, a escuchar algún tipo de voz, algún ruido, algún grito, algo… pero todo era silencio, un silencio ensordecedor.

Salí de la cama sin darle importancia a que fuera o no con mi pijama de Hello Kitty y me dirigí al pasillo. Allí solo había silencio y todas las puertas cerradas. Eso solo quería decir una cosa: los chicos aún dormían. Bajé las escaleras con cuidado de no hacer ningún ruido, mi corazón retumbaba en mis oídos y mis pulsaciones habían aumentado considerablemente. No entendía de donde salía este miedo, yo sabía que el no podría estar aquí, era imposible.

Asomé mi cabeza por la puerta del salón y allí estaba Mike, sentado en su sillón viendo la tele, estaba bien. Suspiré pesadamente, haciendo que el se diera cuenta y girara la cabeza hacia la puerta.

-Buenos días, preciosa.- Sonrió de tal manera que casi podía verle las muelas.- ¿Cómo es que estás despierta tan temprano? No pensé que fueras una chica de levantarse a las 9.

-Yo… me desperté y no estabas y me asusté.- Dije, agachando la cabeza, mientras me acercaba a el para sentarme en el sofá.- Pen…pensé que podría haberte pasado algo.

- Estoy bien.- Dijo, estirando su brazo hacia mi, para que me sentara en sus piernas en vez de en el sofá.- Me desperté pronto y no quería despertarte, necesitas descansar.

-Gracias.- Dije, dándole un beso en la punta de la nariz.

Y allí estábamos ambos. Yo sentada entre sus piernas, el abrazando mi cintura, mi cabeza apoyada en su hombro izquierdo y la tele sonando de fondo. Mike estaba viendo un programa de videojuegos que para mi, era de todo, menos interesante. Por suerte mi pulso ya había vuelto a la normalidad y ya no escuchaba mi corazón retumbar en mis oídos.

-¿Vas a hablar hoy con las chicas?- Me preguntó el, muy cerca de mi oído.

-Si, supongo que en un rato me conectaré a Skype.- Le dije, hasta que me acordé de algo importante.- Erm… Me he dejado el ordenador en casa, ¿me dejas el tuyo?

-No me tienes que pedir nada, tu sírvete preciosa.- Dijo, antes de darme un beso en la mejilla.

-¿Has desayunado?- Mis tripas comenzaban a hacer ruidos extraños. No había comido nada desde la mañana del día anterior.

-Yo si, ¿quieres que te haga el desayuno?- Jo, que atento era.

-No, está bien, ya voy yo.- Le sonreí y me levanté de su regazo para ir a la cocina.

Era increíble que vivieran cuatro chicos solos y que mantuvieran la casa limpia y la nevera llena. Era imposible que ellos solos hicieran esto, tenían que tener a alguien contratado. Abrí la nevera y cogí un yogurt. Realmente tenía hambre, pero no tenía muy claro que mi estómago pudiera digerir algo con todos los nervios que aún tenía encima. Me senté en la mesa, dejando mis piernas caer al borde de esta, de espaldas a la puerta.

You're my only reason. | m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora