Tres días pasaron como si nada. Y para Ángela, Agustín estaba cada vez más alejado de ella. Ahora apenas compartían un: Buen día.
Él la evitaba a toda costa. Y ella se sentía cada vez peor. No solo por eso, sino que la culpa la carcomía. Su voz había mejorado gracias a Lourdes.
Volvió a darle un sorbo a la asquerosa infusión que la madre del castaño le había estado dando en los últimos dos días. Ya se había acostumbrado al mal sabor.
Renato entró a la cocina y se sentó junto a ella. Ya no peleaban, y su mejor amigo le había pedido perdón por haberse comportado como un niño.
-¿Quieres ir a pasear por ahí, Ángelita ? -le preguntó él.
-No lo sé, Renato -suspiró ella -No estoy de ánimos.
La puerta se abrió y él entró. Los saludó por lo bajo y se acercó al fregadero para buscar un poco de agua. Tan pronto como entró, se fue. Y a Ángela el corazón se le encogió. Odiaba estar así con él. Simplemente lo odiaba.
-¿Sigue enojado? -inquirió Renato .
-Si -suspiró ella y apoyó su taza sobre la mesa -Odio que esté así...
-Entiéndelo, Ánge, heriste su orgullo...
-Yo no herí su orgullo -dijo frunciendo el ceño -Solo estaba enojada...
-Celosa -la corrigió él. Ella lo miró entrecerrando los ojos.
-Lo que sea -volvió a hablar -No quiero que esté así conmigo.
-¿Qué te parece si haces algo? No sé... una carta, una fiesta, lo que sea.
-No, esas cosas no sirven con él. Es terco como una mula.
-Entonces quédate sentada y espera a que se le pase el enojo. No creo que esté así por el resto de su vida.
Alguien volvió a entrar a la cocina. Ambos se giraron a verlo.
-Buenos días, Xabiani -le sonrió la morena.
-Buenos días a ambos -dijo el rubio y se acercó al refrigerador para sacar un poco de leche.
-¿Cómo te sientes? -le preguntó Renato.
-Mucho mejor, por suerte -contestó mientras se servía un poco en un vaso -Ya no siento tanto dolor, y el médico dijo que dentro de poco podré volver a mis actividades normales.
-Tengo algo para ti -dijo Ángela.
El rubio frunció el ceño y la miró extrañado.
-Es una carta de Mercedes -murmuró Tato.
Al instante Xabiani se acercó a Ángela y por poco y le arrebató de las manos el sobre blanco. Comenzó a abrirla casi desesperado pero se detuvo al ver que aun estaba en presencia de Ángela y Renato . Carraspeó un poco.
-Voy... voy a ir a leerla a otro lado.
-¿Por qué? -preguntó Renato decepcionado -Queremos saber que te dice.
-¡Renato! -lo retó ella y golpeó levemente su hombro -No es de nuestra incumbencia lo que diga esa carta -miró a Xabiani -Ve tranquilo, Xabi... pero recuerda que todavía no puedes verla. No después de que su padre vino a buscarla hasta aquí.
-Lo entiendo -murmuró este sin dejar de mirar la carta.
-Si le quieres responder nos dices y nosotros le alcanzaremos la carta a la pequeña...
-¿De verdad? -inquirió sorprendido.
-Si -sonrió Ángela -No te lo había dicho pero ahora voy seguido a la casa de Mercedes a darle clases de piano -le guiñó un ojo -Empezamos justo ayer... hoy tengo que ir de nuevo. Así que si quieres que le lleve algo, apúrate.
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Wild Horses-Adaptada-Angestín.
Teen FictionWild horses. Ángela,quien toda su niñez a vivido en el rancho de su familia,un día se tiene que ir de la ciudad,dejando a su mejor amigo Agustín. ¡Hola,quería aclararles que está historia no es mía,pero me gustó tanto que quise compartirla con usted...