-Esa ya es vieja

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Esa ya es vieja. ¡Guccio tenía un año cuando saqué esa foto!. -exclama Ashton para luego reír. -Esta creo que es una de mis favoritas con Andreana. -dice y me muestra la imagen.

Antes de que pueda expresar lo hermosas que están todas las fotos y contar porqué Andreana estaba agarrada del horno, escucho un grito de Guccio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Antes de que pueda expresar lo hermosas que están todas las fotos y contar porqué Andreana estaba agarrada del horno, escucho un grito de Guccio. Dejo todo lo que estaba haciendo y salgo corriendo con Massimo y Ennio detrás mío.

-¡Hijo!. -grito desesperada por no verlo en ningún lado. -¡Guccio!.

-¡Mamá!. -grita Andreana. Voy corriendo hasta donde escuché el grito de mi hija.

Me tranquilizo un poco al ver a mis tres hijos juntos y sanos en el patio delantero de la casa. Voy hacia ellos enseguida. Agarro a Dianora en brazos y, antes de que pueda preguntarles qué pasó, mi sangre se hiela al ver dónde mis tres hijos estaban viendo. Bajo a mi hija más chica.

-Vayan adentro. -digo sin dejar de ver la figura masculina con un nene en brazos. -Camillo, Giovanni, llévenselos. -ordeno. Mis otros dos guardaespaldas hacen lo que les digo agarrando a mis hijos: Camillo levanta a Dianora y Giovanni a Andreana, los dos llevan de las manos a Guccio.

-Ennio, Massimo. -digo. -No dejen que de ni un paso más. -ordeno y me doy media vuelta para volver a entrar en mi casa. Me encamino enseguida hacia las escaleras, subo los escalones de dos en dos.

-¿Qué pasó que los hiciste entrar?. -pregunta Jason una vez que me ve dentro de mi oficina junto a nuestros tres hijos.

-Mi otro hermano apareció con un nene en brazos. -digo haciendo que mi prometido me quede mirando asombrado y se acerque más a mí. -No me gusta esto.

-A mí tampoco. -dice. -Amedeo está viniendo pero sin su hijo y novia. Ahora llamo a James que no va a tardar nada en venir.

-Lo hago pasar. -digo ganándome una mirada fulminante de Jason. -¿Qué? Tiene un bebé en brazos.

-Bien. -dice resignado. -Camillo, Giovanni, vayan a traerlo. Se quedan con él todo el tiempo. Díganle a Umberto y a Emilio que también estén allí. -ordena mi prometido. Mazza y Fabreschi hacen los que se les ordena y se van. Jason agarra su celular y hace una llamada. -Agostino Ginoccio está en mi propiedad, registren todo él área en busca de Anetta Petrucci y cualquiera que vean sospechoso. -ordena y cuelga. -Vos no salís de acá hasta que venga tu otro hermano.

-Me quedo con los nenes. -digo seria. -Vos anda abajo. -mi prometido asiente. -Sin violencia. Al menos no delante del bebé que mi hermano tiene en brazos. -pido. Jason asiente y se va cerrando la puerta detrás de él.

-¿Vos también tenes un hermano, mami?. -pregunta Andreana sentada al lado de sus hermanos.

-Sí, el tío Amedeo. -le contesta Guccio.

-Tengo dos hermanos, al igual que ustedes. -les digo mirándolos con ternura. -El tío Amedeo y su hermano gemelo, Agostino. ¿Se acuerdan que les hablé de él?. -les pregunto. Mis dos hijos más grandes asienten.

-Pero no hablas mucho de él. -dice Guccio. Asiento. -¿Por qué?.

-Tuvimos una discusión hace mucho tiempo. -digo. -Cosas de grandes.

-Yo también me peleo con mi hermano, pero nos perdonamos porque nos queremos. -dice Andreana. -¿No queres al tío Agostino?.

-Claro que lo quiero. -digo sonriéndoles tratando de no llorar al frente de ellos. -Lo amo, pero él se fue cuando nos peleamos y perdimos contacto.

-Prometeme que nunca nos va a pasar eso. -dice mi pequeño mirando a su hermana. Ella asiente. -¿Dianora me entenderá si le digo lo mismo?. -me pregunta mirándome. Niego. Él asiente un poco desilusionado. -Prometamos lo mismo con nuestra hermana menor, ¿dale?.

-¡Sí!. -Andreana exclama feliz. -Siempre vamos a ser los tres. ¡Nada ni nadie nos va a poder separar!.

Los quedo mirando con una enorme sonrisa en la cara. Serán chiquitos todavía pero se aman demasiado. Escucharlos decir eso me hace acordar a mí con mis hermanos cuando estábamos siempre juntos. Hicimos la misma promesa, pero al pasar los años, se hizo difícil mantenerla. No quiero que les pase lo mismo a mis hijos.

-Adrienna. -siento la voz de Amedeo llamarme. Me doy vuelta y lo veo ahí parado junto a Ennio y Massimo.

-¿Hace cuánto estás ahí?. -pregunto con una sonrisa.

-El tiempo suficiente para escuchar tu charla con tus hijos. -dice sonriéndome de vuelta. Asiento y voy hacia él. -Vamos.

-Hijos. -los llamo. -Quédense con Ennio y Massimo, ¿si? Mamá ya vuelve. -ellos asienten y me voy con Amedeo hacia la planta baja de mi casa.

A medida que bajamos los escalones mi corazón late más rápido. Hace seis años que no veo a Agostino. Mis hijos lo conocen sólo porque yo les he hablado de él. Mi hermano desapareció de la faz de la tierra, no lo pudimos encontrar nunca y ahora se aparece en mi casa con un bebé en brazos. No me da buena espina todo esto.

-Hola. -nos saluda a penas nos ve poner un pie fuera de la escalera. No lo saludo de vuelta y Amedeo tampoco. Pongo mi mirada sobre el nene dormido que tiene en brazos. -Él es Niccolo. Mi hijo.

-Perdón, ¿qué?. -dice Amedeo mirándolos. -¿Tu qué?.

-Mi hijo. -repite Agostino. -Niccolo Ginoccio.

-Tu hijo y el de Anetta. -dice su gemelo serio y frío como el hielo. Agostino asiente.

-¿Qué haces acá después de seis años, Ginoccio?. -pregunta James.

-Me separé de Anetta porque quiso matar a nuestro hijo y a mí. -dice con la cabeza gacha. Suspira. -Ustedes tenían razón. Anetta siempre quiso matar a Adrienna. Mi ex esposa era la pareja de Donatto.

-¿Por qué quiso matar a su propio hijo?. -pregunto tratando de ignorar lo que me acaba de decir mi hermano.

-Porque quiere eliminar a cada Ginoccio que haya en el mundo. -me mira. -Nosotros tres... y nuestros hijos.

Adrienna. ©   (2º libro) - Editando. Where stories live. Discover now