Descendientes de las olas [Stony AU]

I: El niño irlandés

[Aclaración: En la historia se muestra hechos históricos reales tales como la inmigración irlandesa a Estados Unidos causada por La hambruna de 1851, pero a pesar de esto no se debe tomar como apoyo histórico pues es una historia de ficción con hechos inventados e historias imaginarias. La mayoría de los personajes no me pertenecen, le pertenecen por completo a Marvel aunque salgan un poco OoC (out of character/fuera de personaje) pero se encontraran un par de personajes originales (OC) importantes para la trama.]

Capítulo I: El Niño irlandés

-¡Steve, trae las cantinas de agua que ha dejado tu padre fuera! -Escuchó el chico gritar a su madre- ¡Sé rápido, hijo!

El susodicho soltó los ropajes rotos que tenía en sus manos y los cuales su madre le había ordenado doblar para ella coserles luego, cuando consiguiera la aguja que había perdido. El chico tenía doce años, su pelo era rubio, tenía unos hermosos ojos azules y era extremadamente delgado como casi todos los irlandeses en 1851. Las personas solían decírselo a Sarah, su hijo era su viva imagen y ella lo sabía pero quería que su hijo fuera más como su fuerte padre para que pudiese sobrevivir cuando ellos ya no estén para él.

Steve salió de la pequeña cabaña de madera a la que él llamaba hogar y miró hacia el suelo, buscando con la mirada lo que le había indicado su madre pero solo vio una, la levantó con esfuerzo y casi la arrastró hasta el patio, donde su madre le esperaba, dejando caer pequeñas gotas de agua en todo el camino.

-¿Por qué solo has traído una? -Preguntó la mujer con fiereza-

-Era la única, madre. Parece ser que nos han robado las otras.

-¡Esto ha pasado porque no has sido lo suficientemente rápido! ¿Qué le diré a la Señora ahora? Me ha dicho que dejará pasar el alquiler si le lavaba la ropa, pero es mucha, Steve, es demasiada para lavarla con solo una cantina de agua.

El chico vio la desesperación en el rostro de su progenitora y bajó la cabeza, sintiéndose culpable por la situación aunque sabía que había salido lo más rápido posible.-Discúlpeme, madre.

-Tu padre está trabajando cuidando el ganado del esposo de la Señora, ve y pregúntale en qué puedes ayudarle, yo veré qué hago. -Le habló de forma serena, tranquilizándole- O ayuda a tu tío en las plantaciones de papas, así te ganas unas cuantas para la cena que no tenemos nada en casa.

Él asintió y entró nuevamente a su casa, terminó de doblar las ropas para luego colocarlas en una esquina. Salió y comenzó a correr por las calles por primera vez en dos años que no había salido de casa por su delicado estado de salud. A pesar de que corría notaba como habían personas en las calles, gritando y llorando, con ropas sucias y rotas, aún más delgados que él y le extrañó, era algo que no recordaba. Llegó a las plantaciones de papas de su pequeña colonia y diferente a como lo recordaba, estaba desierto; no habían nada más que cuatro personas y las tierras no estaban abastecidas como solían verse. Miró a su tío, quien cosechaba unas cuantas papas y notó que algunas que su tío sacaba estaban completamente negras.

-Es el fin de nosotros, Aidan, es nuestro fin. -Se quejó amargamente el hombre al lado de su tío y luego tomó unos sacos que parecían llenos de papas y los tiró en una carretilla- Voy a comerles así, hombre. Vamos a comerles así o nos moriremos.

-Si les comemos así moriremos. -Corrigió su tío y pareció no gustarle a aquel hombre, pues se fue haciendo una mueca- Steve. ¿Ya estás mejorado?

-Sí, tío Aidan. ¿Qué les pasa a las papas?

-Parecen enfermas, hace años nacen de esa manera pero cada día salen más así. La familia Harmin fue encontrada muerta y digo que fue luego que Connor llevó de esas papas, ya no me fío ni de las "buenas". No tenemos como alimentarnos sin las papas, pequeño Steve. -Explicó su tío, sacando la mano de la tierra y levantándose mientras se sacudía el sudor- No hay nada para la cena, dile a tu madre.