Capítulo 9

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Camila hojeó el expediente y leyó sus notas, las mismas que había garabateado la tarde del sábado después de encontrar la foto de ella con su madre. El trabajo había sido una pobre distracción ante la tristeza abrumadora que la había invadido, pero se había fijado en la cabeza preparar este caso. No fue así.

"Abogada ¿le gustaría hacer una declaración?" preguntó el juez.

"Sí, su Señoría" Camila fue al estrado, sin dejar de revisar del archivo. Su cliente le observaba con nerviosismo, obviamente temerosa por los cargos de negligencia establecidos por el abogado de servicios sociales "Mi clienta desea expresar su pesar por las condiciones que llevaron a la salida de sus hijos de la casa y ella..."

"Disculpe, estoy un poco confundido" le interrumpió juez "¿Hay más niños involucrados en este incidente? Mi informe sólo menciona un niño de cuatro años, René Flores"

"Sí...sí, eso es correcto" Camila tartamudeó "Y tomando en cuenta el reciente trabajo de la señora Flores..." recorrió sus notas para encontrar las acciones correctivas que había recomendado a su cliente, pero la información no estaba allí "...tomando en cuenta sus recientes esfuerzos, estamos pidiendo que el niño sea devuelto a su madre"

"Srta Cabello ¿está segura de que tiene el caso correcto frente a usted?"

Camila se estremeció ante la posibilidad de haber cometido un desliz importante. Miró rápidamente a su cliente, luego otra vez sus notas, confirmando por sí misma que esta era Silvia Flores, cuya hija había sido sacada del hogar porque un trabajador de la guardería había informado que estaba sucia y hambrienta "Sí, su Señoría"

El juez negó con la cabeza y miró al abogado contrario "¿Es René Flores un niño o una niña?"

"René es un niño, su señoría"

Camila sintió que su rostro se ponía rojo "Sí, por supuesto. Pido disculpas. Creo que puede haberse confundido este caso con otro" presentó a su cliente y permitió que le informara a la corte sobre su éxito en una clase para padres. El juez tomó la información en consideración y programó una segunda audiencia la semana siguiente. En definitiva, fue un buen resultado, pensó Camila. Su confusión sobre el caso no había afectado la obvia satisfacción del juez de que Silvia Flores estuviese tomando todos los pasos correctos para lograr que su hijo regresara.

Lauren había hecho malabares con su horario de trabajo durante toda la semana para poder estar en casa con Camila por las noches, aunque eso significaba dejar la casa cada día a las seis y media de la mañana y traer trabajo a casa por la noche. El tiempo con Camila en San José le había retrasado en el trabajo, así que también hizo uso de sus tardes en casa para ponerse al día, aunque ambas habían prometido no dejar que eso se convirtiera en rutina. Lauren extrañaba sus tiempos de descanso juntas y disfrutaba estar lo suficientemente cerca en el salón familiar para hablar e intercambiar caricias ocasionales. Sólo estar juntas nuevamente hacía que Lauren sintiera como si su nave se hubiese enderezado, que el abismo que sus horas de trabajo habían creado, estaba detrás de ellas.

La única cosa que todavía parecía andar mal era su intimidad. No habían hecho el amor desde el día que fueron a la playa, la única vez desde que Sinuhe murió hacía más de un mes. Los besos de Camila eran dulces y cariñosos pero le daba la espalda tan pronto entraban en la cama.

"¿Estás bien, Camz?" preguntó Lauren, acariciando suavemente el hombro desnudo de Camila desde atrás.

"Sí" Camila pareció sorprendida por la pregunta y rodó sobre su espalda "Casi me he puesto al día con el trabajo después de estar fuera tanto tiempo ¿Y tú?"

"Puede que nunca me ponga al día. Pero te prometo que pronto volveré a tener un horario razonable. Creo que voy a contratar a alguien para que administre el concesionario VW. No puedo estar en dos lugares a la vez. Gracias a Dios los concesionarios en Palm Springs están estables"

SHAKEN: Réplicas. (Parte II)Where stories live. Discover now