19 Get much higher..

846 137 11
                                    


―Nada de drogas, recuerda, lo prometiste.

Frank gira los ojos, sentándose en el sofá. Gerard tiene que ir a hablar con Jack para negociar sobre el trabajo de Frank, por lo cual deja a Iero en la sala, con el mandado que ambos han ido a comprar al centro comercial.

―Nada de drogas. Gerard, esta casa está irreconocible. Es genial.

―Estuve seis meses solo, y la casa era una mierda, ya empezamos bien, es un lugar nuevo para ti― Frank sonríe de lado, el pelirrojo camina hacia él, le besa los labios. ―Vuelvo en la noche.

―No te vayas― susurra el tatuado, apegando a Gerard por el cuello para volver a besarlo.

―Frank...

―No seas así, te he deseado desde hace meses― gruñe, haciendo a Gerard girar el sofá para quedar sobre él.

―Carajo, pero vas a dejar que tenga el control.― jadea el pelirrojo, dejando que Frank le desabotone la camisa.

― ¿Estando limpio?, ni soñando, Way― sonríe, quitándole la camisa, el pelirrojo también se apresura a quitarle la playera, arrojándola a una parte de la sala.

―Al menos dame un maldito turno.

―Te voy a dar una buena embestida, no un turno― gruñe Frank, moviendo su pelvis contra el pantalón de Gerard, el pelirrojo maldice, apretando entre sus largos dedos el trasero de Frank.

―Mmmierda, déjame hacerlo.― Frank le besa con lujuria, desabrochando el pantalón de su pareja.

―Después de mí― gruñe, levantándose del sofá, Gerard maldice, pero se baja el pantalón mientras Frank se quita el suyo, junto con sus zapatos y bóxer. ―Recuéstate― el pelirrojo lo hace. Frank va a colarse en sus piernas, vuelven a besarse, siendo víctimas de la adicción de ellos mismos. Se acarician, Frank besa hasta lo no besable y a Gerard le importan una mierda los términos de género o sexualidad, se deja hacer, las manos tatuadas le sostienen, sus pálidas piernas se enrollan en la cadera de Frank, entonces, en medio del éxtasis, el tatuado usa saliva para lubricar, y luego penetra al pelirrojo. Empiezan a moverse en un lento vaivén, siendo ambos esclavos de la molécula afrodisíaca, se besan, Gerard gime, Frank jadea.

Después, cambian de posición, es Gerard quien penetra a Frank, el movimiento se acelera, el pecho de ambos baja y sube, haciendo que sus sudorosas pieles choquen con frenesí la una con la otra, sus bocas se unen con fuerza, las manos de Frank aprietan la espalda de Gerard contra sí, las maldiciones flotan, el movimiento se ha vuelto completamente histérico. Mierda, mierda, eso es... Sí, así, mmh... sí, ¡sí! ¡SÍ!

La semilla de ambos explota casi al mismo tiempo, sus bocas vuelven a fusionarse en otro ka-bóm, se manchan, Gerard sale de Frank y vuelven a repetir el acto, esta vez el tatuado penetra, repiten aquella Odisea, la semilla vuelve a explotar, Frank sale del interior de Gerard y ambos caen entre los brazos del otro.

― ¿Ahora sí me dejas retirarme?―pregunta Way, Frank lo abraza por el torso, cerrando los ojos.

― ¿Y si mejor bailamos?

― ¿Vas a bailar con dolor de trasero? Yo no.

―Ganaste esta vez, puedes irte.― el pelirrojo sonríe, pero también se apresura a vestirse. Minutos más tarde Iero ve a Gerard salir de la casa, el muchacho solo aprieta los labios hasta que escucha el motor del Audi prenderse y alejarse, entonces se levanta, caminando escaleras arriba, muerde sus labios. Cuando intenta abrir su cuarto nota que tiene el seguro puesto, saca el conjunto de llaves que Gerard le devolvió y abre la puerta: un hedor terrible le inunda la nariz, ahí se da cuenta del hedor que estando drogado, nunca había notado. Con un escalofrío subiendo por su espalda, entra, todo sigue en su lugar, a excepción de un cajón abierto, el drogadicto se pregunta si siempre ha estado así, sin embargo, cuando se acerca, su corazón empieza a latir más rápido cuando ve el disco de "Para mi futuro qué" encima de todas sus cosas, si de algo está seguro, es que ese disco siempre está hasta el fondo.

hotel bella muerte |frerardWhere stories live. Discover now