15 don't leave me now

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El techo temblando, los azulejos cayendo, Frank estira sus brazos, atrapando los mosquitos que vuelan alrededor de toda la recepción, la voz de Morrison ceniza. El drogadicto suelta una carcajada, balanceando su cuerpo en la cascada que tiene debajo, vuelve a estirar los brazos, tratando de tomar los mosquitos: son rojos, otros morados, la cascada lleva un torrente de agua tan rápida que lo hace caer al ataúd. Ve sombras, personas sin ojos, y entre ellas, un punto rojo.

― ¡Imbécil de mierda!― la voz de Jack se ve molesta, su imagen se escucha gigante. Frank enfoca su mirada en sus brazos, donde larvas de mosca entran y salen por su piel, estira sus dedos y siente la misma textura en su cara, rasca, riendo y llorando.

― ¿Por qué no me quieres, Gee-Gee?― las larvas crean orificios en sus brazos, están llenos de líquido viscoso y pus, sus brazos tan llenos de agujeros que parecen un panal de abejas, hay sangre, pus, agujero, larva, cruash, cruash, cruash.

Imbécil de mierda.

Basura.

Mierda.

Imbécil. Tarado. Inútil, inservible, ahógate entre las larvas, te comen, te atraviesan. Basura, basura, basura. Muere, muere, muere. Ya lárgate de aquí.

― ¿Gerard? ¿Gee? Amor, no seas así.

Las paredes ríen, las sombras respiran, el punto rojo cambia y Jack se derrite. Los mosquitos vuelan, las arañas danzan, las larvas se comen la piel, rascan profundo, crean surcos de sangre, duelen, pican, líquido, pus...

― ¡No! Yo me lo llevo, es mi culpa.― la voz de Gerard flota, Frank suelta una carcajada, los pocos presentes le ven con miedo, pues el drogadicto se retuerce, en medio del llanto y la risa, haciendo muecas desagradables.

― ¡Cómanme! ¡Arpías! ¡Las larvas!― Frank suelta una sonora carcajada, el señor Black voltea a ver a Gerard, quien con una mueca de preocupación, aprieta los labios.

―Sácalo de aquí.― el pelirrojo ni vacila, se apresura a cargar a Frank sobre su hombro, ignorando la mirada de los cuatro huéspedes que le observan a unos metros de distancia, el tatuado ríe, estremeciéndose. ― Dile que no quiero volver a verlo aquí jamás.― Gerard muerde sus labios, conteniendo todos los insultos que tiene en mente, al lograr su cometido, toma el morral del tatuado y carga a Frank, que parece querer derretirse, y sale del hotel.

― ¿Lo conoces?― pregunta la rubia con la que ha follado anoche, mientras Frank se perdía en su propia mierda, Gerard aprieta los labios.

―Claro que lo conozco, es mi novio, puta― con hostilidad, pasa a un lado de ella, empujándola con el hombro, llega al estacionamiento, abre la puerta trasera de su Audi y mete a Frank en él, Way sube al asiento piloto.

Su cabeza no deja de repetirle que es un imbécil egoísta, pues Frank está drogado por su culpa, odia también mandar a la mierda todo anoche y no haberse levantado a las seis para ir por Frank a la recepción antes de que Jack llegara, odia haber dejado a Frank solo, porque ahora lo han visto varios huéspedes en medio viaje, y su propio jefe, ¿qué clase de amigo es Gerard?, ¿son amigos, amantes?, son una porquería juntos, más bien.

Mientras conduce, escucha a Frank reír, moverse bruscamente y decir cosas sin una pizca de sentido, Way se arrepiente, se siente tan mierda como cuando le decía a Michael que podía joderse, que estaba solo. Cuando menos acuerda ya está fuera de la casa de Frank, toma al hombre de nuevo, lo sienta en el suelo para sacarle las llaves de la casa, suspira de alivio cuando Frank ya no se mueve como un loco, pues ya son casi las nueve, y el viaje está llegando a su fin...

*

El abrir los ojos y ver el techo de su casa, lo hace maldecir al instante, coloca su brazo sobre sus ojos, el dolor de cabeza insoportable, los ojos arden y la sala con vueltas.

― ¿Gee? ― alza la voz, la cual tiene pastosa, muerde sus labios cuando no escucha respuesta, mas cuando está por moverse, el sonido de varios pasos entrando a la sala le tranquiliza, voltea en dirección a los pasos, viendo a Gerard recargarse en el marco de la puerta entre la cocina y la sala.

― ¿Qué pasa?

― ¿Qué hora es?

― Dos de la tarde. ¿Tienes náuseas?

―No lo sé, no me quiero mover.

―Lamento mucho haberte llevado a esto― susurra, estirando su brazo para acariciar la mejilla del tatuado, quien ni se mueve al tacto.

―Lamento ser un maldito drogadicto.

―Frankie, Jack te vio― el castaño estira sus brazos para tallar su rostro, suspirando.

― ¿Él y cuántos más?

―Un par de personas.― el tatuado ríe, ignorando las náuseas que suben por su garganta.

― Bueno, conocerás a la tía Lucy y supongo que lograste lo que querías, porque ella me obligará a ir a un centro de rehabilitación si no quiero perder esta casa; dime que tienes un bote aquí al lado porque quiero vomitar.― Gerard asiente, estirando su mano con el bote, Iero suspira, incorporándose, la sala de estar se mueve con él, las náuseas ganan y sólo puede vomitar en el bote. Gerard se levanta, estirando un brazo para palmar la espalda del muchacho.

―Lo lamento.― murmura, esperando a que el tatuado se limpie la boca con el dorso de su mano antes de voltear a verlo.

―No lo hagas― sonríe de lado, levantándose completamente del sofá, camina a la cocina, Gerard le sigue, mordiendo sus labios.

― ¿Por qué no?― ve a Frank lavarse la boca en el fregadero, el pelirrojo se coloca detrás esperando a que el drogadicto lo encare.

― Porque tú quieres lo mejor para mí, como todos, pero no me soportas en ocasiones, y en serio, iré a la rehabilitación, porque aprecio demasiado esta casa como para perderla.― Gerard le aguanta la mirada un par de segundos antes de besarlo, el castaño se sobresalta, pero no evita el beso.

― De verdad no te entiendo.

―Yo te ayudo: soy una mierda.

―Una mierda enorme― Frank le toma de la cintura, recargando su cabeza en el hombro del pelirrojo.

―Me gusta que me digas la verdad.

―Bueno, también eres un drogadicto y también te robaste mi corazón y me sorprende la cantidad de daño que puede hacer una relación como la de nosotros.

―Es interesante.

―Mucho― luego ambos levantan la mirada, se observan, sabiendo que ambos son un desastre, luego se besan, y se vuelven a ver fijamente, está bien ser una mierda...

Al menos lo son juntos, y es genial...

hotel bella muerte |frerardWhere stories live. Discover now