-¡No! -exclamó ella -Eres tan chismoso.

-Lo sé -dijo muy orgulloso de si mismo. Ángela suspiró.

-Bien... fue en las caballerizas. Yo estaba mirando a mi nuevo caballo y él vino a buscarme. Yo le tenía miedo al animal y no me animaba a tocarlo. Él se acerco e hizo que lo tocara. Luego giré para mirarlo y nos besamos. Fue como un impulso.

-Juro que me muero muerto, ese debió ser el beso más romántico de toda la historia de los primeros besos románticos -dijo emocionado.

Ella sonrió levemente.

-Eres un extremista -dijo divertida -Además estoy segura de que ni siquiera se acuerda bien de mí.

-Yo no estaría tan seguro -dijo él alzando un dedo y luego tocando su barbilla en forma pensativa -El bombón campestre parece estar tan perturbado como tú, por tu presencia... Se le notaba a leguas en la manera que te miraba.

-¿Y cómo me miraba según tú? -quiso saber ella.

-Era extraño -asintió él -A veces su mirada decía: wow, no puedo creer que ella esté aquí. Y en otras decía: ¿Por qué demonios está aquí? -Ángela lo miró extrañada. Renato giró y la miró fijo a los ojos -En su mirada había una especie de dolor, Ángelita.

Ángela pensó bien aquellas palabras. Y eran ciertas. En algunos momentos Agustín la miraba con dolor. Creía saber por qué. Ella misma sentía ese dolor sin sentido a veces. Soltó un suspiro y al fin terminó de arreglar todo.

-Voy a ir a la cocina a buscar un algo de tomar, ¿quieres venir conmigo? -le preguntó a su amigo. Renato se dejó caer pesadamente en la cama.

-No, Beauty, ve tú solita -le sonrió con los labios sellados -Pero tráeme algo para tomar aquí.

-Está bien -resopló y salió de la habitación.

Sin hacer demasiado ruido bajó y entró a la cocina. Tenía tantos lugares para recorrer al día siguiente, que se sentía realmente emocionada. Pero a decir verdad tenía muchas ganas de encontrar a Agustín y sentarse a hablar con él.

Se acercó a la cocina y prendió la hornalla. Si, iba a prepararse un té. La puerta se abrió...

-Mamá...

Él dejó de hablar al encontrarla a ella allí parada. Ángela casi sonrió. Al parecer la suerte estaba de su lado.

-Hola -lo saludó.

-Hola -dijo algo tímido -Lo siento, solo estaba buscando a mi madre.

Dio media vuelta para salir de allí. Ángela caminó hacia él.

-No, espera -le pidió. Agustín se detuvo y giró para encontrarla un poco más cerca de él. Su corazón comenzó a palpitar rápido -Tanto tiempo, ¿verdad?

-Si, diez años -asintió -Usted está igual...

'¿Usted?' -pensó esta asombrada.

-En cambio tú has cambiado bastante.

El silencio se hizo algo insoportable entre ellos. Agustín se quedó allí parado, observándola todo el tiempo. ¿Qué podían decirse? Eran unos completos extraños ahora.

El agua comenzó a hacer un pequeño burbujeo, avisando que ya estaba hirviendo. Ángela miró sobre su hombro.

-No he vuelto a tomar té después de que usted se fue -dijo él.

Ella volvió a mirarlo. Y sintió un nudo en el estomago.

-¿Quieres uno? -fue lo único que se atrevió a decirle.

-No, muchas gracias, señorita...

-¿Por qué me tratas de usted? No soy una anciana.

-Respeto.

-Bueno, no tienes por qué. Puedes tutearme.

-No creo que sea correcto.

-Oh, Agus -dijo ella divertida y se acercó a buscar una taza -Estamos en el siglo XXI, no creo que sea necesario que me trates de usted.

-Bien, voy a intentarlo.

-Me alegra saberlo -le sonrió.

Él respiró profundamente. Si, iba a preguntárselo.

-¿Por qué no volviste más? -fue al grano sin rodeos.

El aire abandonó a Ángela. En aquella mirada profunda había mucho reproche. Y si, tenía derecho a reprocharle. Ella le había prometido que iba a volver. Y no lo hizo. Y el por qué era muy tonto. Simplemente se había dedicado demasiado a sus estudios y a su nueva vida en la cuidad.

Se llenó de extravagantes lujos, y numerosos amigos. Pero aún así jamás se había sentido tan bien como en el campo... y con él.

-Agustín...

Él negó con la cabeza levemente, impidiéndole hablar.

-Ya no importa.

Salió de allí sin darle tiempo a nada. Ángela se quedó quieta mirando como la puerta se mecía levemente de un lado hacia el otro. Él volvió a asomarse. Ella se sobresaltó.

-Mañana la espero en las caballerizas a las 7 en punto. Ni más tarde, ni más temprano.

Se fue de allí de nuevo, dejándola totalmente desconcertada.

Holaaa, creo que vamos mejorando, por ahora por lo menos mantuvieron una conversación, ¿Qué querrá Agustín?, lo sabrán en el próximo capítulo, nos vemoss.

Pd: este capítulo no se publicaría hoy pero cómo lo pidieron, acá se los dejo, disfrutenlo.

Wild Horses-Adaptada-Angestín.Where stories live. Discover now