—Renato, él es Pedro... es el peón más antiguo de estos campos. Es cómo... el guardián.

El castaño se acercó a Pedro y le tendió la mano.

—Mucho gusto, señor. Soy el mejor amigo de Ángelita... casi como hermanos.

—El gusto es mío, joven —dijo Pedro.

Ángela se acercó de nuevo a Lourdes que estaba muy concentrada limpiando la herida del chico rubio.

Él creía saber quien era esa chica... o eso creía. Una vez, hacía bastante tiempo, había encontrado una foto de ella, cuando era más niña, en la habitación de Agustín. Este casi lo había asesinado por andar revisando sus cosas y luego había guardado la foto en algún lugar que él no supo encontrar más.

—Él es Xabiani, mi sobrino —dijo Lourdes. Ángela le sonrió y le tendió la mano.

—Mucho gusto Xabiani, soy Ángela.

—Ángela, es la hija del señor Torres —le aclaró su tía.

Algo inseguro Xabiani tomó la mano de la morena. Ella le sonrió levemente.

—Es un placer conocerla, señorita —habló algo tímido. 

—Ya —dijo Renato mirando a todos alternativamente —¿Alguien va a decirnos que pasó? Porque no por nada ese muchacho tiene una herida en el brazo y no por nada Marcelito se fue en caballo a toda velocidad no sé a donde.

Lourdes sonrió divertida y sin querer le apretó un poco el brazo Xabiani. Este se quejó y la miró mal.

—No me mires así, jovencito —lo retó. Él dejó de mirarla —Hubo un pequeño problema con los hijos de Montoya...

—¿Con Peter y Alex? —inquirió Ángela.

—Si, con esos mismos —asintió Lourdes.

—Aaagh —resopló Ángela —Siempre me cayeron mal esos dos. Cuando yo era niña no hacían nada más que molestarme...

—Te digo que no han cambiado mucho —le aseguró Pedro —Siguen siendo los mismos inútiles de siempre. Con la diferencia de que ahora se creen los dueños y señores.

—¿Y cuál fue el problema? —quiso saber ella.

—Xabiani está enamorado de Mercedes...

—¡Tía! —exclamó él sin poder creerlo.

Ella lo miró divertida.

—¿Qué? —le preguntó —Solo les estoy contando cómo son las cosas.

Ángela se sentó al lado de Lourdes para mirar a Xabiani

—¿Estás enamorado de la pequeña Mercedes? No la recuerdo mucho porque su padre no la dejaba salir a jugar cuando era una niña.

—Emmm, yo no lo sé. A decir verdad... ella es linda, pero no, porque su padre y... aaagh, no lo sé.

—Aaaw —Renato también se acercó para sentarse al lado de Ángela —Me muero muerto, una historia de amor cómo en las novelas.

Xabiani se puso de todos los colores y Lourdes soltó una estrepitosa carcajada.

—Como les estaba contando...Xabiani está enamorado de Mercedes y al parecer ella también lo está de él. Cosa que puso como loco a Robert, desde que lo supo no la ha dejado salir ni por asomo. La pobre ha estado escapándose a cada rato de su casa. Por eso mismo han mandado a construir esa nueva valla.

—Maldito loco —murmuró Ángela —Pobre niña, debe ser horrible tener un padre así.

—Si —musitó Xabiani —Lo odio.

—Y al parecer Xabiani se acercó a sus tierras... y los Montoya salieron a los tiros. Agradezco a dios que solo la bala lo haya rozado.

—Y por eso su padre ha decidido ir a hablar con el señor Montoya. Está situación no puede seguir así —agregó Pedro. Ángela volvió la mirada a Xabiani.

—¿Cuántos años tienes? —le preguntó.

—19 —contestó él algo extrañado.

—Pareces más pequeño —aseguró. Él la miró con el ceño fruncido.

—Tú pareces más pequeña...

—Xabi —lo retó Lourdes.

Ánge rió por lo bajo.

—¿Por qué lo retas, Lourdes? —preguntó Tato —El muchacho tiene razón. Ángelita tiene 22, pero parece apenas una niña de 15.

—Cállate —le dijo la morena con puntas californianas—Qué sea bajita no significa que parezca de 15.

—En realidad si —asintió Lourdes.

Todos rieron en la cocina y Lourdes terminó de curar bien a Xabiani. Lo mandó a acostarse y descansar, ya que había perdido bastante sangre. Renato se disculpó y se retiró a su habitación para dormir un poco antes de que la cena estuviera lista. Pedro salió para mandar a los demás peones a sus casas. El día ya había terminado.

Ángela se quedó con Lourdes en la cocina, ayudándola con la comida. Luego de unos cuantos minutos decidió salir a tomar un poco de aire.

—Ten cuidado, niña. Mira que por aquí hay muchos mosquitos —le advirtió Lourdes.

Ángela tan solo le sonrió.

—Solo iré a ver a los caballos... tendré cuidado

Holaaaa, ¿vieron que no tarde tanto es actualizar?, ahre, se los debía , espero que les guste el capítulo y nos vemos en el próximo. Ya casi el reencuentro, dicen que lo bueno tarda en llegar <3.

Wild Horses-Adaptada-Angestín.Where stories live. Discover now