Capítulo cuatro.

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Me paré al escuchar a la morena decir aquello.

-Fue solo por la parte de delante del hotel -contestó Morgan- sabía que no debía ir solo -añadió cabreado-

-Hay que encontrarlo -sugirió Reid, algo que era obvio-

-No debe estar muy lejos -intervino Rossi- Rodead el hotel, iremos con las mismas parejas que antes. Puede que se Hotch se haya adentrado al bosque, si decidís hacer lo mismo, antes enviad un aviso y esperad a que lleguen refuerzos, puede ser peligroso, el Sudes sigue libre y no sabemos que es capaz de hacer. -explicó- No os separéis.

Caminé con Rossi lentamente, cada vez nos alejábamos más del hotel. Iba mirando por todos lados con la linterna mientras seguía caminando.

-No hay rastro de Hotch por aquí -hablé rompiendo el silencio que había- Quizá se ha adentrado al bosque y se ha perdido, tenemos que ir detrás de él, no podemos dejarlo ahí -continué hablando-

-Está bien, pero tenemos que esperar a que lleguen los refuerzos -dijo sacando su móvil de su bolsillo, para llamarlos- Reid, traed refuerzos por la parte delatera del hotel, Hamilton y yo nos queremos entrar en el bosque -al decir eso colgó-

-Vamos -repliqué dispuesta a ir al bosque-

-No, hay que esperar los refuerzos -negó-

-Pero si Hotch de verdad está ahí -señalé al bosque- y el Sudes está libre y va armado puede ser mucho más peligroso para Hotch, que está solo. Entramos al bosque, y los refuerzos nos encontrarán. A parte hace muchísimo frío, mírame, yo estoy en pijama. Él igual.

Rossi me miró pensativo. Como si estuviera decidiendo si hacer o no.

-Vamos -corrimos hacía el bosque-

Era de noche y hacía mucho frío. Ese bosque era escalofriante. Los árboles eran muy altos, y habían pocas hojas, se podían ver las ramas gracias a la luz de la luna llena que había.
Lentamente disminuimos nuestra velocidad, íbamos andando lentamente ahora, se oían el crujido de las ramas que habían en el suelo con cada paso que dábamos.

-¡HOTCH! ¡HOTCH! -decía Rossi alzando la voz-

-¡HOTCH! -hice lo mismo que él-

Me pareció un poco mala idea hacerlo, ya que si el sudes estuviera por aquí podría dispararnos, aunque no dejaríamos que eso pasara. O tal vez él saldría corriendo al escuchar a dos agentes del FBI en pijama gritando el nombre de su jefe en plena noche.

Estaba un poco asustada, no quería que le pasara nada a nadie. Cada vez íbamos alejándonos más de la entrada al bosque.
Con mi linterna observaba con atención cada parte de aquel enorme sitio. De la nada se escuchó otro disparo. Se había escuchado bastante fuerte, la persona que había disparado no podría estar muy lejos.

-Rossi, el disparo se escucho fuerte, no debe de estar muy lejos la persona que disparó -afirmé-

-Proviene de ahí -aseguró el criminólogo señalando a mi izquierda-

-Pues vamos hacía allí.

Lentamente nos dirigimos hacía mi izquierda, llevábamos nuestra pistola y la linterna.

"ESTOY AQUI" se oyó un grito de hombre. La voz me resultaba muy familiar.

-¡Ese es Hotch!

Corrimos lo más rápido que pudimos y era cierto. Ahí se encontraba Hotch, mirando a todos lados un poco asustado.

-¡FBI! -se alarmó señalándonos con su pistola-

-Tranquilo, somos nosotros -dije guardando mi pistola, ellos hicieron lo mismo-

-¿Estás bien? ¿Te dispararon a ti? -cuestioné-

-Si, estoy bien. Yo fui el que disparó al cielo, fue para que me encontrarais -afirmó-

-¿Por qué entraste al bosque sin avisarnos? -seguí interrogandolo-

-Vi a un hombre armado y lo seguí, entró en el bosque y yo fui a por el, pero consiguió escapar haciendo que yo me perdiera -explicó-

Se escucharon unos pasos venir hacia aquí, nos alarmamos y sacamos nuestras pistolas señalando a aquellas otras personas.

-¡¡FBI!! -chillamos-

-Eh, somos nosotros -habló una voz masculina que se me hacía muy conocida, así es, era Reid, y al lado suya estaba JJ-

-Volvamos al hotel, mañana seguimos, ya es bastante tarde -ordenó Hotch-

Andamos rápidamente los cinco hacia la salida del bosque. Creo que tardamos unos ocho minutos, pensé que nos habíamos perdido pero no fue asi. Conseguimos llegar de vuelta al hotel.

Todas las luces de cada habitación estaban encendidas, todos estaban alarmados.
Prentiss y Morgan estaban en la recepción acompañados de García.
Al entrar dentro los tres se acercaron a nosotros.

-Hotch, ¿dónde estabas? ¿Estás bien? -le preguntó Prentiss-

-Si, estoy bien. Vi a un hombre armado, parecía sospechoso y lo perseguí. Entró en el bosque y yo fui detrás suya, pero estoy bien, gracias -explicó brevemente-

Parecía cansado.

-Esta bien, mañana seguimos, a descansar ahora -habló Rossi-

Todos asentimos y subimos a nuestras habitaciones. Reid iba detrás mía, yo entré primero en la habitación y después él. Cerró la puerta con seguro y se quitó el chaleco antibalas. Yo hice lo mismo.

-Vaya noche -se quejó-

-La verdad es que si -dije bostezando- me he cansado mucho -añadí-

-Igual yo -se metió en las sábanas de la cama-

Me daba un poco de vergüenza dormir con él, sentía pequeñas mariposas en el estómago. Me quedé un pequeño rato pensando, hasta que unas palabras me sacaron de mis pensamientos.

-¿No quieres dormir? -su voz sonaba soñolienta-

-Si -respondí, tumbándome en mi parte de la cama-

Spencer estaba de espaldas a mi y yo estaba de espaldas a él. Puse la alarma de mi móvil a las ocho y me dejé dormir.

Me desperté con el irritable sonido de mi alarma. Me levanté lentamente para no molestarlo, él seguía dormido. Le miré unos segundos.
Cogí la ropa que me iba a poner hoy; un pantalón vaquero grueso, azul claro con una camisa blanca de manga larga, una chaqueta negra y unas botas sin tacón también negras.
Hice mis necesidades, me lave la cara, los dientes, me peiné y finalmente me vestí. Mi rutina de siempre por la mañana. Tardé muy poco.
Al salir Reid aún dormía y si no lo despertaba llegaría tarde.

-Reid -dije sacudiendo su hombro- eh, despierta -seguí sacudiéndolo-

-¿Qué hora es? -su voz estaba un poco ronca-

-Las ocho y cuarto -respondí mirando el reloj que llevaba en la muñeca-

-Lo siento, supongo que de lo cansado que estaba ni escuché la alarma -se frotó los ojos-

-No pasa nada. Ahora ve y vístete, llegarás tarde.

Reid asentió y tomó la ropa con la que se vestiría hoy y entró al baño. Mientras esperaba que Reid estuviera listo, hice la cama.

Escuché unos fuerte golpes en la puerta. Fui lentamente hacía la puerta para a continuación abrirla.

-¿Qué pasa? ¿Por qué tocaste así? -pregunté confundida-

-Encontraron otro cadáver -habló enfadado el agente Derek Morgan-

Mi objetivo [Spencer Reid]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum