Capítulo 26

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—Hay algo que s-siempre quise saber.

Alissa se veía inmutable ante las luces naranjas que dejaban atrás, Louis no sabía si existía algo que ella consideraba amor, o algún tipo de sentimiento que no infligiera el dolor.

—Habla.

—¿Por qué jamás reaccionas a él?

Alissa curvó sus labios delgados en una mueca sarcástica.

—Así que te diste cuenta.

—¿C-cómo es posible que simplemente apretaras los dientes cuando te dio una orden?

—Su voz de alfa —Alissa bufó divertida—, ¿crees que con ese patético precepto iba a caer de rodillas?

—Te ordenó que me dejaras en casa.

Louis estaba sentado en el lado del copiloto, muy débil como para salir corriendo de su destino.

—¿De dónde crees que conseguiste la inmunidad a los alfa?

—¿Qué quieres decir?

—¿No lo adivinas?

El leve movimiento negativo lo mareó, entre más tiempo pasaba el dolor se hacía agudo y el calor mezclado con la incomodidad en su piel se sentía desgarrador.

—Un súmmum no puede ser aplastado por nadie.

—¿Qué?

—¿Crees que sólo se trata de alfas? —Alissa apretó el volante tanto que sus dedos perdieron el color, pero su semblante no se vio afectado— No Louis, el orden máximo de la naturaleza nos pone a los súmmum en el mismo nivel, el grado máximo de perfección.

—Una especie diferente —aquello tenía sentido.

—Tú no tienes el linaje puro, pero al parecer has jugado bastante bien.

La esquina que el auto pasó era desconocida, la ciudad parecía caer en calma en ese lugar. Louis se preguntó si su padre ya habría llegado a casa, ¿los estaría buscando? O si quiera ¿Cuánto tiempo había pasado? En su estado todo parecía realmente lento.

—Por eso debes estar arriba de todos.

—No debo, lo estoy, así esté tan lejos de casa y en un lugar que por defecto no me toca.

—¿Y qué sigues haciendo a aquí? —su tono era roto al sentir su garganta seca y adolorida.

Ella por un momento flanqueo, sus ojos cambiaron tan rápido como las luces en la carretera y de nuevo apareció la siempre inalterable omega.

—No entenderías.

Louis la observó en su turbación y lo obvio se hizo claro.

—Oh, ya entiendo, nosotros somos tu impedimento —Louis giró totalmente a ella y por un segundo, las miradas lacerantes eran similares—, mejor dicho, yo soy tu última barrera para poder salir de aquí.

—Cierra la boca, no sabes nada —Alissa siseó sin apartar la mirada de las calles.

—Él no es lo suficiente para que te quedes, necesitas a alguien de tu mismo estatus que te haga sentir valiosa, todo lo que Robert te ha dado sólo es basura a comparación de lo que crees merecer.

—¡Cállate, maldita sea! —ella golpeó tan fuerte el volante que la marca roja en su mano fue instantánea.

—Justo en el blanco.

Louis sonrió arrogante, no obstante, sintió pena por Robert, era lógico que algo así lo supiera desde siempre y no entendía por qué seguía con un monstruo así, segundos después vino a su mente Liam y se sintió aún peor.

Trágicamente Omega|Larry Stylinson|OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora