Capítulo 15 (Isabel)

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El dolor en la sien era apenas soportable. Abrí los ojos con gran esfuerzo, sintiendo en seguida, algo pegajoso bajo mi nariz. Me pasé los dedos por la zona y descubrí que la sangre fluía de mí, deslizándose por mi boca y bajando por mi cuello. Me incorporé como pude, vagamente asustada, a simple inspección no comprendía la situación.

-El cerebro humano es tan fuerte como débil -alcé la vista para encontrar a quién le pertenecía aquella voz con tanta potencia. Era el hombre de cabello rojo y mirada de hielo de antes, el que conseguí mirar solo por limitados segundos pues la luz que emitía era cegadora-. La sangre solo es una reacción de este ante la información que les hice ver, nada de qué preocuparse.

-¿Y quién dice que nos preocupa? -reconocí la voz de Scott atrás de mí. Al girarme para verificar, me fijé en que todos acababan de despertar al igual que yo.

Noté que la sangre nos manchaba las bocas a todos de una manera asquerosa, exceptuando a los Majinghost; seguro no les afecta porque la información que poseen no reposa en un cerebro como tal, lo único humano que guardan en su interior es la sangre de Derek, aparte del corazón que le implantaron a Haruka en algún momento.

-¿Qué fue todo eso? -cuestionó Kristen sin que nadie tuviera en cuenta lo dicho por Scott-. ¿Por qué vimos esos recuerdos?

-Se dice que no hay enemigo más fuerte para alguien que su propio ser -nadie se atrevía a mirar al sujeto de cabello de fuego; los Majinghost tampoco, quienes para mi sorpresa, se mostraban tranquilos; supongo que sabían que revelarse contra ese hombre que parecía un mismísimo ángel, no era una idea nada inteligente-, y los recuerdos esclavizan la mente de cualquier escencia humana o no, si no sabe controlarlos. No podía permitir que destruyeran todo a su antojo, no ustedes que carecen de la autoridad para algo así.

-¿Y ahora qué sigue? -alegó Haruka, despectivamente. Se notaba que obedecer no era lo suyo.

-Vinieron aquí por la muñeca, así que es obvio que lo que van a hacer, es conseguirla.

-¿Iremos hasta el fondo del océano? -me atreví a abrir la boca para cuestionar. ¿Mi inmortalidad me permitía respirar bajo el agua? Lo lógico sería que sí, sin embargo, no lo sabía a ciencia cierta.

-Al menos alguien que piensa aquí -se burló el pelirrojo, lo supe por su tono de voz.

-Pero, ¡Poseidón! -se alarmó Disirídia, sacudiendo la cabeza-. No todos aquí pueden respirar bajo el agua, me atrevería a afirmar que la gran mayoría no puede.

-Para eso estás tú, Disirídia -se quedó un momento en silencio para luego seguir-. Ve con las sirenas, ellas les dirán todo lo que tienen que hacer.

En cuanto el hombre (el cual llevaba por nombre Poseidón según lo que había oído segundos atrás), se marchó, Disirídia hizo un gesto que me produjo algo de temor.

-¿Realmente existen las sirenas? -la voz cantarina de mi amiga salió a flote. Volteé a verla solo para encontrarla sonriendo de oreja a oreja; imagino que las estaba imaginando como Aquamarín o algo muy similar.

-Sí -respondió Disirídia con el semblante serio-. Sin embargo, ellas no son tan amigables como las pintan. No quiero decir que sean malas... -respiró profundo, como si midiera las palabras-. Ellas detestan a los seres humanos y a todo ser que dañe la naturaleza y la escencia pura del planeta, así que ninguno de ustedes sería de su agrado.

Vaya, pensar en que aparte de que existen, las sirenas nos detestan, es algo nuevo que no sabría cómo catalogar.

♥♡♥♡♥

No me lo creo. ¿Los Majinghost están optando por un comportamiento obediente? Por lo que alcanzo a detallar, Poseidón logró influenciarlos más de lo que yo podría suponer. ¿Qué habrán visto? Claramente debió ser un recuerdo como sucedió con nosotros. Es probable que ahora que pueden sentir gracias a la sangre de Derek, rememorar aquello haya sido... ¿doloroso?

Frente al océano, todos los que vinimos del futuro esperábamos a que Disirídia llamara a las sirenas. Estoy demasiado ansisosa, ¿todos nos sumergiremos dentro de lo más profundo del agua? Si cuento a los Majinghost, podría jurar que son demasiados.

Algunos minutos después, el agua marina comenzó a moverse de una manera particular; nunca antes he vi una fluctuación similar, casi parecía que el océano danzara. En seguida, dos cuerpos se alzaron desde adentro, mostrándose hasta la mitad. ¡Eran las sirenas! Aunque estábamos algo alejados de allí, vi que aquello de que son hermosas es real, no tienen nada que añorar de una reina de belleza, de hecho, son tan bellas que da envidia mirarlas.

Cuando Disirídia nos hizo una señal para que nos aproximáramos luego de haber intercambiado un par de palabras con aquellos seres míticos, así lo hicimos. De cerca, las sirenas son casi una alucinación. ¡Qué hermosas! Demasiado... sus cabellos parecen de oro y plata, si no estuvieran mojados, brillarían con intensidad, estoy segura. Su color de piel es el justo, ni muy blanco ni muy bronceado, sin duda la piel que cualquiera podría desear. El sostén que usan está hecho de alguna planta o especie marina y contrasta con la belleza que poseen. Sus ojos combinan con el tono de sus cabelleras y sus rostros son bellísimos, no sabría encontrar una descripción sin estropear su belleza casi perfecta.

-Les presento a Heliasak y a Alli -relató Disirídia para nosotros, señalando con la mano, primeramente a la sirena de cabellos plateados, seguida por su acompañante-, ellas se van a encargar de liderar el recorrido por el océano.

-No creerás que vamos a obedecer -refutó Haruka haciendo un mohín de desprecio.

-Debes hacerlo -la preciosa voz de Alli, la sirena de cabello dorado, vibró en el aire y fue inevitable no escucharla-. Si el deseo no es pedido por nadie, la dimensión del tiempo sufrirá una avería y todo se paralizará. Ninguna época volverá a correr y el planeta dormirá en ese estado para siempre. Si destruyes esta época, cualquier época futura se perderá automáticamente y por ende, el orden de la vida en la Tierra sufrirá una crisis colosal, además de elimanar su existencia y muy probablemente la de todos.

>>Estoy convencida de que no quieres desaparecer así que obedecerás. Si en algún momento tú o alguno de los aquí presentes, intenta romper alguna de las reglas de la situación que les espera, serán castigados con la muerte ya que todo esto se debe a la Voluntad que proviene de las estrellas, no es un juego.

Haruka rechinó los dientes con molestia mientras los otros Majinghost murmuraban entre ellos. Todo era más complejo de lo que pensaba y no sabía lo que nos esperaba con exactitud. Lo único que me atreví a repetirme para darme fuerza, fue que todo pasaría conforme a la decisión de Dios, y solo por ese hecho sería Perfecto.

Una Mirada hacia el Pasado #2Where stories live. Discover now