Capítulo 4 (Isabel)

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Apenas si escuché el "igual" que susurró Derek, cuando ya me vi casi que corriendo en la dirección contraria. ¿Felipe era homosexual? Eso fue un golpe bajo. No tengo nada contra los homosexuales de ningún tipo, pero debo admitirme a mí misma que el hecho de que Felipe lo sea, me produce coraje. Claro, ahora entendía por qué el chico se sonrojaba la mayoría de veces que miraba a Derek, ¡era obvio que le gustaba! Sentí un ardor en las palmas al oprimir mis manos en un puño en el que mis uñas se fueron en mi contra, y un dolor agudo en el momento en el que mis dientes mordieron mis labios como una acción impulsiva.

Hace tan solo unos minutos atrás, Derek estuvo a punto de besarme, lo sé, pude sentir su respiración chocando con la mía. No lo hizo. Él solo pretendía alejarme de ese extraño joven que me llamó la atención, para luego burlarse de mí porque yo como una tonta esperé que me besara, aunque procuré darle a entender que no me importó. ¿Por qué lo hizo? Supuse que solo era por orgullo.

Derek no era homosexual que yo supiera, sin embargo, en ese instante sentí que podría fijarse en cualquiera que no fuera yo, incluso en un hombre.

Felipe era atractivo, tenía una belleza angelical que algunas mujeres aborrecerían por no ser suficientemente varonil, y otras amarían por poseer una ternura infinita y algo particularmente femenino. Descubrí por casualidad que tanto él como yo no parecíamos precisamente del país en el que habíamos nacido, nuestros aspectos físicos no contrastaban con el prototipo de chica colombiana y chico mexicano. De cierta manera, eso me enojó aún más.

Me distraje lo suficiente con mis divagaciones como para llegar al restaurante más pronto de lo que esperaba. Al localizar a Fanny y a Louis, noté que Felipe continuaba con ellos; parecía que Fanny le estaba averiguando la vida al chico a más no poder. Respiré profundo, debía controlar mis celos para que no se notaran. Es irónico, antes de Derek yo podía ocultar mis sentimientos con una naturalidad impecable, en cambio ahora...

-Buenas -formulé la mejor sonrisa falsa que encontré, en especial la que iba dirigida a Felipe-. Oye, Felipe, Derek dijo que te espera en el hotel.

-Oh, gracias Isabel -replicó Felipe colocándose de pie. Sus largas y espesas pestañas hacían que sus ojos lucieran demasiado llamativos para mi gusto. Dirigiéndose a Louis y a Fanny, añadió-. Un gusto conocerlos, son bienvenidos en México cuando quieran, yo les recomiendaría "El día de los muertos", es mi día favorito.

-Qué ternura -suspiró Fanny batiendo las pestañas, parándose para despedirse formalmente con un estrechón de manos-. ¡Oh, Pipe! Déjame decirte que eres lo más tierno que he conocido.

-Opino lo mismo -concluyó Louis imitando a Fanny al despedirse del chico-, espero que te amañes en Colombia.

-Gracias -sonrió Felipe, sonrojándose. Definitivamente no me sorprendería que cualquier chico se fijara en él, no tiene nada que envidiarle a una mujer.

En cuanto Felipe se marchó, Fanny prácticamente despidió a Louis con una mirada mientras que con otra dirigida a mí, sentí que quería asesinarme. Guardó silencio todo el camino directo a casa, solo faltó que nos halláramos dentro de esta para que comenzara a reñirme.

-Muy bonito -gruñó con las manos en la cintura, provocando un ruido constante con la punta de su sandalia de tacón al tocar el suelo-. No solo te vas para el baño por más de una hora, sino que de paso envías a un desconocido a que dé la cara por ti.

-Es que...

-¡NADA! -su grito me dejó fría. ¿Era necesario tanto espectáculo?-. ¿Quién crees que soy, tu dama de compañía? ¡Soy tu mejor amiga! Al menos merezco que des la cara.

-¡Lo sé! -me revolví el cabello estresada-. Solo, bueno, pensé que no era el mejor momento para que conozcan a Derek, no sabes lo insoportable que puede ser.

-Excusas -profirió Fanny, su mirada gris se oscureció-, de ti solo estoy oyendo excusas.

-Fanny...

-Buenas noches Isabel.

Fanny no solo se dio media vuelta para dejarme hablando sola como una tonta, salió de la casa tras darle un azote a la puerta en tanto que esta se cerraba. Suspiré con cansancio, no imaginaba que se molestara tanto por una insignificancia. Decidí no darle demasiadas vueltas al asunto; comí algo ligero que saqué de la nevera, me lavé los dientes, me puse mi pijama y me acosté a dormir. No creo que sea mala amiga por no ir tras Fanny, ella seguro se fue a casa de alguna otra amiga, Fanny es bastante sociable así que gente que le ayude no le falta.

Si yo fuera culpable de algo tal vez sí lo haría, mas no era así. Hay situaciones que deben transcurrir y otras que no, yo solo les evité la molestia de conocer a Derek.

♥♡♥♡♥

En medio de la noche, tras despertarme en un impulso, observé el techo y parte de las paredes a través de la oscuridad. Nuestro cuarto siempre ha tenido buena iluminación, inclusive cuando era de noche. No me atreví a ver la cama de Fanny pero sabía que estaría vacía. Pensé que sería bueno cambiar de posición; el problema se dio cuando no pude moverme. Experimenté como el aire se atoró en mis pulmones y un temor horrible se apoderó de mí por ese hecho: podía observar, rodar los ojos alrededor de la habitación, mas no podía mover ni un músculo, ¿qué era eso?

-No te exaltes -escuché la voz de una anciana aunque no lograba ver a nadie-, esto es solo una parálisis de sueño.

"¿Parálisis de sueño?" quise preguntar, de todas maneras, no pude siquiera mover la lengua. Escuché unos pasos que se aproximaban desde los pies de la cama hasta quedar justo a mi lado izquierdo. Gracias a que la oscuridad no era profunda, vi a una anciana a mi lado. Era jorobada, bastante arrugada, sus ojos se escondían con desconfianza bajo sus párpados. Su nariz y sus orejas eran enormes, su cabello blanco era muy largo y le caía desparramado por todos lados. Claramente, era una mujer horrenda y eso solo hizo que mi miedo creciera como la espuma.

-Eres muy bella, Isabel -me sorprendió ver que al hablar no le faltaba ningún diente-, es inútil negar que eres hija de Mariana. En su época natal, ella era idéntica a ti... si no hablamos del cabello, por supuesto.

¿De qué hablaba la anciana? ¿Por qué conocía el nombre de mi madre? El temor continuaba intacto en mi interior y no podía hacer nada para evitarlo. Mi mente que trabajaba creando ideas conspirativas de la vieja contra mí, me hacía suponer que cuando menos lo previera, ella me atacaría con alguna mala intención.

-Me encantaría que pudieramos hablar -relató con su irritante voz chillona y cansada-, pero solo puedo aparecerme ante ti en una parálisis de sueño, por lo que nunca podrás hablar. Me encantaría contarte todo justo ahora para aclarar cualquier duda que tengas pero creo que no es el mejor momento -ella no dejaba las manos quietas un solo segundo, por poco y me salta el corazón del pecho al suponer que en dicho caso iba a tocarme-. No pienses que soy tu enemiga, solo voy a darte algo de tiempo para que asimiles la situación; cuando menos te lo esperes nos volveremos a ver.

Justo cuando pensaba que no podía continuar soportando tanto miedo, empecé a sentir los miembros de mi cuerpo con un leve hormigueo recorriendome hasta la punta de los dedos. Parpadeé y me moví para asegurarme de que podía hacerlo. La anciana despareció por completo. Ahora que conseguía moverme, ver y escuchar a la vieja me parecía algo muy similar a una pesadilla lúcida, jamás había vivido algo similar.

Después de beber agua para estabilizar mis nervios, regresé a la cama; dormir me sentaría bien.

★★★★

Capítulo dedicado a Sara0620

Una Mirada hacia el Pasado #2Where stories live. Discover now