Capítulo 6 (Derek)

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Eso de esperar a que Isabel me llamara no me convencía del todo. ¿Qué tanto tendría que pensar? En mi opinión, tanta pensadera solo era sinónimo de perdida de tiempo, tiempo que podríamos estar utilizando en la búsqueda del abuelo y los demás. Decidí que lo mejor sería buscarla en el callcenter en el que trabajaba, el cual por cierto, no me costó demasiado hallar. Cuando la vi salir de allí, no me aventuré a hablarle en seguida, solo decidí seguirle los pasos sin que lo notara.

Cerca de la carretera, percibí que alguien se acercaba a ella, quien a su vez, se encaminó hasta el personaje en cuestión. En tanto que me esforzaba por saber de quién se trataba, tuve que presenciar como él se atrevió a besarla mientras ella no hizo nada para detenerlo, contrario a eso, pareció corresponderlo. Sentí un nudo en la garganta y una ira insoportable. ¿Estaba celoso? Era probable; nunca antes lo había estado y sinceramente no me gustaba en lo absoluto como se sentía; algo me oprimía el pecho sin indulgencia, como si pesara.

-¡Isabel! -grité justo en el instante en el que sentí que ya no podía seguir soportando observar la escena. Para ser sincero, quise matarlos a ambos por varios segundos y a pesar de saber que no tenía motivos razonables para ello.

Fue allí cuando el sujeto, quien sostenía a Isabel del cabello, la soltó en lo que ella cayó al suelo instantáneamente. ¿Qué sucedía? Corrí hasta ella para comprobar qué le ocurría; apenas si llegó a pronunciar mi nombre en un gemido antes de perder el conocimiento.

-Llegaste justo a tiempo, Derek -replicó el tipo atrás de mí, pude adivinar que sonreía.

No me pregunté mucho sobre la razón por la que sabía mi nombre, y en cuanto me di la vuelta supe el porqué. Era el mismo cretino al que vimos la otra noche Isabel y yo, me bastó tenerlo cerca para comprobar quién era; un Majinghost, uno que reconocía particularmente más que a otros ya que era el responsable de la muerte de mis padres; ya decía yo que lo había visto. Lo único que tenía robótico era su ojo derecho el cual cubría con un parche, por ello imagino que Isabel siquiera se lo planteó.

-¿Qué le hiciste? -interrogué frunciendo el ceño mientras cargaba a Isabel entre mis brazos. Supuse que de querer matarla, habría actuado de otra forma... algo más tramaba y yo debía averiguarlo.

-Usé algo de hipnosis sobre ella, pero no creas que te diré más-sonrió despectivo-. Conformate con saber que este planeta va a ser destruído aquí y en cualquier otra época.

Dio la vuelta para marcharse. ¿Realmente creía que yo lo dejaría ir así de simple? Asestándole una patada por detrás, redirigí su camino haciéndolo caer en plena carretera; Isabel apenas si me estorbó. Los vehículos no tardaron en frenar en seco formándose así un trancón. Los pitidos de los autobuses, motocicletas, automóviles y demás, no se hicieron esperar. El suelo se agrietó notoriamente en el sitio en el que M-1321 aterrizó. Algunas personas se aproximaron al Majinghost con gestos de sopresa o angustia, poco imaginaban que ese golpe no significaba nada para él.

-Tú y tu falta de modales, Derek -voceó M-1321 sonriendo ampliamente luego de levantarse. Generalmente, los Majinghost no eran muy expresivos, mas desde que llevaban mi sangre, no me sorprendería que la cosa cambiara. Fugazmente me cuestioné sobre el paradero de los otros, porque para mí quedaba claro que continuaban existiendo.

En un movimiento rápido y prácticamente imprevisible, el Majinghost usó la telequinesis para hacer flotar todos los vehículos y personas que tenía cerca a menos de un kilómetro a la redonda, y al manipular los motores de cada aparato, provocó una enorme explosión en el aire que no dejaría vivo a nadie.

La respiración se atoró en mis pulmones, debí suponer que le haría daño a la gente, a fin de cuentas, para eso fueron creados, pero ¿cómo es que consiguió manipular los motores si se supone que tanto la telequinesis de los Majinghost como la mía, se limita en la maniobra de la parte superficial de cada elemento? Ni los Majinghost ni yo podemos intervenir en la acción de las partes internas de un objeto o personas a menos que estas estén expuestas, así que no era mi sangre la causante... Aquello solo podía deberse a una cosa: la energía que había absorbido de Isabel.

Una Mirada hacia el Pasado #2Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon