Parte 30

496 48 2
                                    


Lunes.

Caminamos tranquilamente por el corredor del edificio de las clases luego de asistir Psicología, deteniéndonos en frente de uno de los puestos de comida y ordenando un sandwich con unos refrescos.

Aquella era la ultima semana antes de comenzar los exámenes cuatrimestrales y me encontraba algo nerviosa por ellos.

–¿Te encuentras bien? Te noto un poco tensa. –preguntó Cameron mientras caminábamos en dirección hacia una mesa libre.

Él cargaba ambos sandwiches en una mano y las dos botellas en la otra como si nada.

–Si, los exámenes me están estrenando un poco, eso es todo. –le comenté tranquilamente.

All llegar hasta la mesa, me entregó mi almuerzo.

–Pues no te preocupes, te aseguro que los pasaras. –contestó con confianza antes de darle un mordisco a su sandwich.

–Comenzaré a estudiar hoy de todas formas.

–Esta bien, pero no te estreses, en serio. No lo vale.

Luego de acabar con nuestra comida, nos levantamos y arrojamos los desechos en la basura.

–¿Quieres salir a comer hoy? Yo invito. –me ofreció Cameron con una sonrisa.

–¿Es una cita? –Le pregunté jugando.

–Solo si tú quieres que lo sea.

Sonreí ante su ingenio, abrazándolo y acercándome para responder a su propuesta con un beso lento.

–Pues si "taanto" quieres salir conmigo, salgamos.

Sonrió mostrando su hoyuelo, mientras soltaba una pequeña risa que hizo que mi corazón se derritiera.

Me introduje dentro del vehículo con rapidez, habíamos quedado con el morocho que iríamos a comer luego de mi entrenamiento y estudio.

Había elegido ir con un vestido negro y corto para la ocasión, Cameron me había mandado un mensaje diciendo que me arreglara, pero resultaba hacer más frio de lo que esperaba.

Me estremecí y abracé mi cuerpo con mis propias manos para contener el calor.

Él notó mi reacción y se estiró hacia el asiento trasero, tomando su chaqueta de cuero y entregándomela para que la usara.

Como siempre, su aroma perfumó mis alrededores, embriagándome.

–Tienes que empezar a traer abrigos, esta comenzando a hacer más frio y hasta dicen que puede comenzar a nevar en una semana.

–Pero me gusta usar tu chaqueta.

Jugué para escucharlo reír ante mi comentario.

–Entonces yo debo recordar traer dos. –habló

El simple hecho de pensar que el morocho fuera capaz de traer doble abrigo solo para tenderme uno, hizo que una sonrisa de ternura se dibujara en mi rostro.

–¿A dónde iremos? –le pregunté al darme cuenta que nunca habíamos arreglado ningún lugar.

–Es una sorpresa. ¿Has estudiado mucho?

Contestó sin mas mientras ponía en marcha el motor.

Al darme cuenta de cómo vestía, entendí que el código de vestimenta que me había dado también hacia aplicado en su atuendo, su camisa blanca con las mangas arremangadas hasta los codos y sus pantalones de vestir negros lo hacían lucir como un empresario sexy.

Cenizas del Pasado ©Where stories live. Discover now