Parte 25

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Lunes.

Amanecí con energía, lista para comenzar la semana. Mi fin de semana había sido un tanto aburrido, pero aproveché para concentrarme en el torneo que se acercaba este viernes.

Tomé mi celular y me encontré con una llamada perdida de Aaron a las 4:00am, la cual decidí ignorar por completo.

Luego de mis clases y de sentir cómo los ojos de Cameron impactaban contra mi espalda durante toda la clase de Psicología, caminé con mi bolsa de ropa hacia el estadio.

Era un día hermoso, el sol brillaba a lo lejos, y mis gafas de sol me hacían ver el campus de distintos tonos azulados.

En la entrada me encontré con Tobias y el grupo de amigas de Lizza. Se encontraban hablando entusiasmados, y el pelirrojo la abrazaba a ella con fuerza.

Decidí ignorarlos y los atravesé, dirigiéndome escaleras abajo en dirección a los vestuarios.

–Toreras, esta semana nos enfocaremos en los últimos detalles que nos falta corregir, y quiero que estén atentas a lo que tanto yo, como Noah, les pedimos que corrijan –mientras el entrenador nos daba aquellas ordenes, todas asentimos con la cabeza–. Nos vamos el viernes, eso quiere decir que tenemos tres entrenamientos más, pero empezaremos a estar listas para competir desde ahora.

Luego de que nuestros entrenadores nos dieran su pequeña charla motivacional, Noah nos enseñó los próximos ejercicios.

Ibamos por la mitad del entrenamiento y, luego de finalizar mi parte en un ejercicio, me dirigí a la fila en la que se encontraba Carly.

–Estoy muy ansiosa por este torneo. ¿Dices qué nos pondrán en la misma linea? Seria genial. –le pregunté a Carly como si fuera una niña emocionada por su cumpleaños.

–Yo estoy muy ansiosa por verte la cara cuando te enteres quien se encuentra entre la audiencia.

Al escucharla decir eso, me alerté por completo.

Comencé a mirar hacia todas las direcciones, hasta encontrar con mis ojos una figura conocida.

Era Cameron, y se encontraba con la misma sudadera negra que llevaba la primera vez que se había aparecido a espiar mi entrenamiento, solo que esta vez llevaba una chaqueta de cuerpo por encima, y no se había quitado las gafas de sol.

Comencé a sentir los nervios dispersarse por mi cuerpo, para luego recordar todo lo que estaba sucediendo, haciendo que mi nerviosismo se convirtiera en enojo, y luego frustración.

–Wow, nunca había visto que a alguien le cambiaran los rasgos faciales tan rápido.

Me reí ante la observación de mi amiga.

Carly ahora era la próxima para hacer el ejercicio.

La observé patinar, dándome a mí misma un recordatorio de lo que debería que hacer en el siguiente turno.

Al terminar el entrenamiento, le comenté a mi amiga lo que había pasado. Sin olvidar ningún detalle, pero ocultando el episodio con la hermanita.

Comprendí que ese tema era de familia, y probablemente al morocho no le haría gracia que ande divulgando sus problemas personales.

Me apresuré por desvestirme y darme una ducha rápida, con miedo de que, si tardaba mucho, Cameron iba a cambiar de opinión y marcharse.

Al salir fuera del estadio divisé al morocho alejado de la multitud, recostado sobre su vehículo negro, el cual combinaba en perfecta armonía con su vestimenta oscura.

Cenizas del Pasado ©Where stories live. Discover now