Parte 24

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Jueves.

Tomé mi celular y chequee mis mensajes, abriendo la conversación con Cameron.

Comencé a escribir:

"Te he visto anoche con otra mujer."

Para luego borrarlo y reemplazarlo con:

"¿Que te ha pasado en la cara?"

Ya habían transcurrido tres semanas desde el accidente luego del show de talentos de la hermana, y después de ver lo que había visto anoche, necesitaba explicaciones.

Esperé su respuesta, pero lo único que obtuve fue el signo que marcaba que lo había leído, pero ninguna respuesta.

Me dirigí hacia el estadio, ansiando despejar mi mente en el hielo.

Al entrar al vestuario me encontré con Carly sentada en su lugar, y me dirigí hacia ella.

–¡Buenos días! ¿Cómo fue tú mañana de clases?

Preguntó mi amiga, sorpresivamente animada.

–¿Porque tan feliz? ¿Alguna novedad con Noah?

Dadas las circunstancias, me aseguré de susurrar por lo bajo el nombre.

–Muchas, de hecho.

Abrí los ojos junto con mi boca, sorprendida.

–¿Y bien? ¿Qué esperas? ¡Cuenta! –le exigí emocionada.

–Pues... Ayer fuimos a comer a un restaurante –al ver que yo seguía esperando una segunda parte, agregó–. Públicamente, donde miles de personas nos vieron, comiendo, juntos. –me terminó de explicar, acentuando las palabras para que lo entendiera.

–¡Oh! ¡Wow! ¡Es un gran paso! –ella rió por el tiempo que había tardado en sumar dos más dos

El entrenador nos pidió que nos reuniéramos en el centro del hielo una vez terminado el entrenamiento, posicionándose junto con Noah al frente.

–Buen entrenamiento, sigan entrenando del mismo modo esta ultima semana, necesitamos llegar Nueva York con nuestro mayor rendimiento, ganar ese torneo seria un muy buen logro para este equipo, y tienen el todo potencial.

Dicho esto, todas comenzamos a alentar.

No pude evitar observar cómo Carly y Noah compartían miradas, haciendo que se me escape una sonrisa.

Por la noche nos dirigimos con Nicole, Sarah y Violet hacia la cafetería y cenamos en una de las mesas del enorme lugar.

Nos encontrábamos comiendo fruta y contando experiencias vergonzosas de nuestra infancia, cuando divisé a Jeremy, el hermano de Cameron de la fraternidad, sentado junto a un grupo de personas que no reconocía.

Era mi momento para entrar en acción.

Les comenté a mis amigas que volvería pronto y comencé a dirigirme en su dirección.

Me senté en una silla que se encontraba disponible a su lado y fui directamente al grano.

–¿Qué le ha pasado a Cameron en la cara?

Él tardó en reconocerme, pero cuando lo hizo, su expresión cambio de confusión a un desinterés totalmente actuado.

–Pues nada. ¿Porque preguntas?

Ambos sabíamos que mentia.

–Vamos, sé que algo sabes.

Pude notar una pizca de desesperación en mi propia voz.

Cenizas del Pasado ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora