Parte 18

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Me soné la nariz y sequé las lagrimas de mis ojos con la manga de mi sudadera, luego le extendí los pañuelos a Violet para que los usara.

A los pocos minutos, los títulos comenzaron a aparecer lentamente en la pantalla del ordenador.

Sarah se puso de pié y encendió la luz del dormitorio, al morarnos entre nosotras, las cuatro comenzamos a reírnos de nuestros rostros llorosos.

Habíamos terminado de ver la película más triste del mundo y cuando el personaje principal murió trágicamente en un accidente de motocicleta, todas nos lanzamos a un mar de llanto el cual no logramos detener hasta que la película terminara.

–¿Quién ha tenido la idea de ver una película dramática antes de ir a una fiesta? –preguntó Sarah mientras se dirigía al baño para lavarse la cara.

–¡Has sido tú! Pero no hay forma de que no vayamos. –le comenté a mi amiga.

Realmente quería que me acompañaran a la fiesta de la fraternidad de Cameron.

–Claro que iremos, solo que me tendré que poner unos cuantos quilos de maquillaje para ocultar esta cara roja e hinchada.

La rubia se encontraba observando su reflejo en el espejo, con cara de desaprobación.

Todas reímos ante su comentario.

–Ahora que lo mencionas, si no comenzamos a prepararnos, llegaremos tarde. Las estaremos esperando a las once en punto en la entrada principal. 

Nicole se levantó de la cama de Violet rápidamente, para luego acompañarme hacia nuestra habitación.

Había elegido ponerme una chaqueta de jean con una top bordó debajo y un pantalón negro, mi cabello se encontraba suelto, con pequeñas ondas al igual que siempre.

Había decidido no maquillarme mucho, ya que me gustaba mi rostro cuando lucia natural.

Nicole, en cambio, había optado por un vestido demasiado escotado y un maquillaje que le quedaba de muerte.

Las esperamos a nuestras amigas hasta que aparecieron por el corredor, ambas se encontraban arregladas y se veían lindísimas, verlas caminar hacia nosotras me dio la impresión de que esa noche estaría divertida.

Entramos dificultosamente en la casa repleta de jóvenes, y pude ver que los sillones que normalmente se encontraban esparcidos por la sala, ahora estaban acorralados contra las paredes, con un par de personas en ellos.

Les indiqué por arriba de la música que me siguieran a la cocina, porque allí de seguro estaría la luz prendida, y la música no sonaría tan fuerte.

–Avísenme si ven a Cameron por alguna parte. –susurré lo más fuerte posible, con el objetivo de que me escucharan solo ellas.

Me encontraba sirviendo alcohol en un vaso cuando sentí como alguien me tomaba por la cintura, produciéndome un susto de infarto.

Por fortuna, no había colocado la mezcla en mi vaso, y todavía se encontraba lo suficientemente vacío para que no se volcara.

Volteé rápidamente para ver quién era el culpable de mi sobresalto.

Cameron se encontraba detrás mío, partiéndose de risa.

–¡¿Estas loco!? ¡Casi me matas de un susto!

Mi enojo no lo intimidó ni un poco, sino que provocó que aumentara su volumen de la carcajada.

–Lo siento, lo siento, no era mi intención –me respondió, con los brazos alzados y todavía riendo–. Bueno tal vez si la era. –dicho eso, volvió a reír.

Cenizas del Pasado ©Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora