Parte 10

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Viernes.

Corrí apresuradamente por el corredor, eran las 9:05 am y se suponía que hace unos minutos había comenzado la clase de Biología, era la primera vez que tenía esa asignatura en la semana, y realmente no quería comenzar con el pie izquierdo.

Al llegar, abrí rápidamente la puerta, y pude observar cómo la clase entera volteó a observarme.

Me disculpé rápidamente, subí los escalones y me senté en unos de los pocos lugares que quedaban libres.

Me tomé unos minutos para calmar mi respiración que se encontraba agitada, mientras escuchaba la última parte de la introducción del profesor hacia los alumnos.

Agradecí que no se trataba de un viejo amargado, aquel hombre era más bien joven y realmente apuesto a decir verdad. Llevaba unos pantalones beige y una camisa blanca arremangada hasta los codos.

Cuando comenzó a hablar sobre la materia, me recogí el pelo en un rodete despeinado, me coloqué mis anteojos de leer y abrí mi laptop, lista para comenzar a anotar en mis apuntes.
Estaba por apretar la primer tecla de mi computadora cuando la voz del joven sentado a mi lado me alertó, haciendo que diera un pequeño salto en mi asiento.

–Te sientan bien los anteojos.

Al voltear la cabeza, me encontré con el pelirrojo, que miraba hacia el frente y sonreía de costado.

Llevé la mano hacia mi frente, recostando mi cabeza en ella y cerrando los ojos.

No podía creer mi mala suerte, las clases debían tener por lo menos unas cien asientos.

Al incorporarme nuevamente en mi asiento lo miré, y él volteó ligeramente hacia mi dirección, para dedicarme otra sonrisa que, a diferencia de la otra, parecía amigable.

Mordí mi labio inferior mientras negaba con la cabeza en respuesta, y me concentré en lo que realmente importaba, tomar apuntes.

Cuando el profesor dio por terminada la clase, me apresure por guardar rápidamente mis cosas y dirigirme hacia la salida.

Tobias parecía no tener ningún apuro, ya que se encontraba todavía sentado, revisando su celular con tranquilidad.

Al cruzar la puerta de la entrada, una mano se posó en mi hombro para hacer que volteara.

Tobias me miraba inexpresivo, y se mantuvo de esa forma por un largo rato.

–¿Qué quieres?

Mi comentario sonó duro y amenazador, pero la vulgar pregunta no pareció importarle, porque en vez de prestarme atención, se despidió de un joven que había salido de la clase mientras le daba un toque en la espalda.

Cuando por fin decidió volver a interesarse por mí, que seguía de pie en frente suyo, omitió mi pregunta para contestarme con otra pregunta.

–¿Qué hacías ayer con el idiota de Glitches?

Lo miré frunciendo el ceño ante su insulto, suponiendo que aquel era el apellido de Cameron.

–¿Y eso a ti que te importa?

Contesté a la defensiva, levantando mis manos hacia los costados.

–Yo pregunté primero, contesta. –exclamó.

–Error, yo pregunté primero. ¿Qué necesitas de mí? –lo corregí con superioridad.

Al ver que no respondía, decidí terminar con la pelea de niños y darme la vuelta, lista para comenzar a alejarme.

Cenizas del Pasado ©Where stories live. Discover now