MAFIA XLVII: Cálmate

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Se sentó nuevamente en el borde de mi cama y posó su codo sobre su rodilla, llevando su mano sobre su frente. Apretaba fuertemente sus dientes y su mirada estaba llena de gran odio. Las tenía abierta a más no poder. Y una de sus piernas temblaban.

Nunca vi tan enojado a mi padre.

- No fue su intención, P-por favor padre, cálmate -le dije acercándome a él.

- Ese niño yo juro que lo... -y antes que termine lo abracé.

- No matarás a nadie papá, a nadie, porque sí se te ocurre matar a uno de mis amigos te odiaré de por vida -le dije y luego me separé de él y le sonreí.

El quedó atónito. Entonces chasqueó la lengua. Y desvió la mirada.

Sin decir nada salió de mi habitación.

Al menos había recobrado el juicio...

- Tranquilas manos mías, papá nunca me lastimará -dije mirando mis temblantes manos.

Si, temblaba de miedo. Nunca había visto a mi padre en tal estado.

Pero algo me sacó de mis pensamientos, y fue el ruido de objetos siendo lanzados y destruidos.

Salí corriendo a ver de dónde provenían, y apenas salí al pasillo ya podía notar objetos rotos y tirados en él.

El ruido no cesaba, y mientras más me acercaba más fuerte se hacía.

Y cuando por fin iba a llegar a papá, algo me jaló de las muñecas y me apegó a ella.

- Shss, déjalo soltar su furia -me dijo Marie sonriente- Es su forma de expresarla, su forma de controlarse -me dijo.

No dije nada. Solo seguí escuchando como los objetos eran lanzados de aquí para allá.

Si se pone así por algo tan pequeño... ¿Qué pasará si se entera... Del beso?.

Sacudí mi cabeza. No era momento de pensar en ello. El ruido de objetos rompiéndose, y espejos lanzados y golpeados, me hicieron pensar.

Luego de unos minutos se detuvo, los ruidos ya no estaban allí. Y él se encerró en su cuarto, supongo que se siente culpable por no protegerme de ser "vista".

Marie y yo pasamos en los pasillos, PARECÍA una escena de un lugar abandonado. Todas las cosas rotas lanzadas de un lado a otro, inclusive se veía sangre en algunos lugares de la pared.

Más tarde a la hora de la cena, papá no vino a acompañarnos. Así que, antes de acostarme a dormir, fui a visitar a Guido, donde curiosamente estaban reunidas también Alessandra y Kenya, bueno, no me extraña.

Cuando entré empezamos a hablar de cualquier tema, y de varios.

Pero hubo uno que me llamó bastante la atención, el tal Ray Rizzo.

- Su cicatriz es alrededor de todo su ojo derecho, por lo que no es de sorprender que use gafas o parches en el mismo, además escuché que no dura más de una semana con una chica, y que es experto hacie... -Alessandra hablaba muy emocionada de ese chico, casi se le caía la baba.

- Ejem -dijo Guido interrumpiendo lo que iba a decir- También escuché que se mete en constantes peleas, ¿Qué le ves a ese tipo? -dijo Guido con algo de molestia.

- ¿No estarás con hambre Guido?, Se te ve de malhumor desde que llegaste del colegio -dijo Kenya sonriendo dulcemente.

- Es por culpa de Ale -dijo cruzándose de brazos.

- ¿Y yo que hice ahora? -dijo sintiéndose ofendida.

- Nada -dijo Guido entrecerrando los ojos y cruzándose de brazos- Ya váyanse de mi cuarto, tengo sueño -dijo empujando a las tres fuera de su cuarto y cerrando fuertemente la puerta.

- Al parecer alguien no se llenó con la cena -dijo Kenya.

- ¡Uuuuurg!, Ya verá ese divo -dijo Alessandra inflando tiernamente sus mejillas- Le daré donde más le duele, maldito -dijo cruzándose de brazos.

Es raro que nos haya expulsado de su habitación, sin dudas...

Y yo espero, que papá ya esté mejor y se haya calmado. Creo que se habrá herido la mano.

 Creo que se habrá herido la mano

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Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now