- ¡Yaaaay! -gritó emocionada Alessandra cuando llegamos a casa.
- Waaah, es enorme la casa del señor... -dijo Kenya observando el lugar.
El chico llamado Guido, sólo observaba en silencio. La única vez que lo escuché hablar, fue para presentarse ante mí. Es muy guapo, y me recuerda mucho a Karla y Rafael, aunque no es escandoloso como ellos, es tranquilo, serio y callado. Sólo nos observa de reojo de vez en cuando a nosotras.
Mi padre no está muy convencido de traerlos a casa. Dice que causarán problemas... Pero no lo creo. Ellos parecen ser buenas personas. Cada uno tendrá una función en casa, Alessandra ayudará cuidando del jardín, Kenya ayudará a Marie y Guido ayudará a Baron. Ah, e irán al colegio con nosotros.
- Eh... -Nathan miró algo sorprendido a Guido y luego me miró a mí.
- ¡Ahhhh que lindo chico! -dijo alegremente Alessandra.
Nathan se ruborizóun poco.
- Nathan, ellos son Kenya, Alessandra y Guido, desde hoy trabajarán en casa -le dije a Nathan seria mientras señalaba a cada uno.
- U-Un placer, soy Nathan, encargado de a-asistir a la Señorita Camille cuando Baron no puede -dijo desviando la mirada de Alessandra quien lo miraba con ojos llenos de brillo.
- ¡Espero que seamos...! -Alessandra iba a decir algo, pero le interrumpió un golpe en su cabeza, de parte de Kenya.
- ¡Ale!, ¿No ves que asustas al pobre chico? -le regañó Kenya y posó sus manos en sus caderas- Uf, estoy rodeada de pervertidos siempre -suspiró.
¿Rodeada de pervertidos?... ¿Acaso Guido?. Lo miré. Definitivamente Guido no parece ser ese tipo de persona, parece alguien serio y maduro.
Repentinamente nuestras miradas se encontraron, y el soltó una pequeña sonrisa de medio lado.
Desvié de inmediato la mirada.
¿Se habrá sentido incómodo por mirarlo?, digo, yo me siento incómoda cuando veo a uno de los chicos mirándome, es incómodo ser pillados en el acto. ¿No?.
- Bien, Nathan, Camille, les encargo que le muestren la casa. Ah, una cosa... No se les ocurra a tocar a mi hija o hacerla llorar, digamos que eso me pondría de malhumor -dijo fríamente y amenazante mi padre.
Entonces se fue. Escuché suspirar aliviadas a Alesandra y Kenya, Guido se mantuvo como siempre, tranquilo. ¿Qué pasará por su cabeza?.
- Tengo hambre... -finalmente habló Guido.
- ¿¡Otra vez!?, te la pasas comiendo siempre Guido, no entiendo como no engordas, suertudo -dijo Kenya cruzándose de brazos.
Guido se mantuvo tranquilo.
- E-En ese caso deberíamos i-ir a la cocina -dijo nervioso Nathan, pues Alessandra no dejaba de mirarlo.
- Sí, vamos -dije sonriendo levemente.
Así los cinco, fuimos a invadir la cocina del chef.
- ¿Nuevos amigos Camille? -dijo el chef al vernos. Yo asentí- Pff, más problemas para la casa. Extraño las épocas de paz... -dijo el amargado chef mientras parecía viajar a otro mundo.
- Woow... Grandiosa... Cocina -dijo encantado Guido.
El iba a tomar uno de los utensilios del chef. Y el chef le golpeó la mano.
- Esta es mi cocina mocoso, no toques nada -le amenazó el chef frunciendo el ceño.
- Tengo hambre -le dijo Guido.
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Figlia Della Mafia
Roman pour AdolescentsFiglia Della Mafia, nos narrará la historia de Camille Galante y su padre Dave Galante. Camille no nació en el mejor momento que pudiese decirse, y con el pasar de los años, descubrirá quién es realmente y el cómo está atada a una palabra, «MAFIA». ...