Papá, casi terminan las clases.

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Han pasado tantos meses desde que empecé el preescolar. Tantas cosas que ya sucedieron. Y tantos cambios que ni yo ya no sé cuáles eran, pues me acostumbré rápido a ellos.

Mi padre ya se había recuperado y todo volvía a la normalidad.

Estábamos a un mes de terminar el preescolar.

- Que rápido se ha ido este año -dijo Karla sentándose a mi lado.

- ¿Eh? -dije mirándolo- ¡Hey!, se supone que me escondí de ustedes para estar sola... por hoy -le sonreí.

- Entonces no eres buena ocultándote porque te encontré -me dijo sonriente mientras tocó mi nariz con su dedo índice tiernamente- ¿Por qué deseabas estar sola? -me preguntó.

- Es que... -dije mirando el suelo- quería recordar todo lo que sucedió éste año -le dije.

- Vaya que han sido muchas cosas, ¿No? -me dijo- ¿Recuerdas el cumpleaños de Anthony?, creo que fue un día divertido -me dijo.

- Y el día en que fue cumpleaños de Vin -dije entre risitas- ese día fue un día de sorpresas -dije mirándolo.

- Sin dudas, hemos podido descubrir muchas cosas del rudo de Marcus para molestarlo todo el año -se rió él.

Sin dudas eso fue lo mejor del cumpleaños de Vin.

- Por causa de eso Marcus no quiso festejar su cumpleaños en su hogar -contesté- pobre, Maicon hasta ahora sigue molestándolo -le dije.

- Oh, también la sorpresa del año fue que te hayas aliado con tu "enemiga", Químera -me dijo.

- Aham, así como también la sorpresa de saber que tenemos a dos excelentes francotiradores entre nosotros, ¿Verdad? -le sonreí y el se sonrojó.

- Gra-gracias -se veía muy tierna- no es que sea el mejor -dijo rascándose la nuca avergonzada.

Y sí, sigo sin descubrir su verdadero sexo. Debería descubrirlo antes de que acabe el año.

- Y sin dudas el día que más me dió miedo fue el día en que anunciaron tu escapada -me dijo Karla.

- Oh sí, ese día -le dije sonriendo- también está el día del padre... al que no vine je, y el día de las olimpiadas escolares que fue divertidísimo, y algo peligroso -sonreí- el grado de Anthony y Marcus quedaron en primer lugar en la primaria, y en segundo el de Claude, Owen y tú. Nuestro grado ni clasificó, literalmente éramos solo la atracción invitada -dije nerviosa.

- Lo interesante fue en secundaria y bachiller, allí si fue una guerra campal, literalmente -me dijo.

- Aham -le dije- el año siguiente ellos ya no estarán, ¿Cierto? -dije mirando algo triste el cielo.

- ¿Marcus y Anthony? -me preguntó Karla y asentí- bueno... es inevitable -dijo incómodo- todos nos separaremos cuando cumplamos 12 años -me dijo sonriente- no podemos discutirlo -y entonces me miró.

Extrañaré un poco a Anthony y Marcus, será menos ruidoso sin ellos, y más calmo también.

Demás diría yo.

Bueno, si pienso en ello ahora, me deprimiré.

- Karla, ¿Eres niño o niña? -dije mirándola.

Ella, o él, me sonrió, entonces me dió un beso en la mejilla.

- Soy lo que desees -me contestó- pero dicen que nací siendo "un niño" -me guiñó el ojo y se fue.

Así que realmente si era un chico. Espera... eso significa que...

- ¿Por qué estás roja Camille? -dijo Sasha acercándose a mí.

Sasha... no me preguntes eso ahora... yo que tú me preocupaba por Karla. El... ha ido a nuestras pijamadas varias veces, fue a comprar ropas con nosotras, fue a jugar a las muñecas con nosotras.... lo invitábamos creyendo que era niña... y.... ay Dios, esto es vergonzoso.

- Melhor llamare a una maestra, parece que estás con fiebre -me dijo preocupada mientras la acompañaba.

- E-estoy bien, volvamos a clase -le dije.

Y así lo hicimos. Volvimos a clases, tuvimos más un día normal de clases.

Luego de ida a casa fuí hablando con mi padre.

- Un mes eh -dijo mi padre sonriente- no puedo creer que ya hayan pasado 6 años desde tu nacimiento -entonces me revolvió el cabello- creces muy rápido -me dijo.

- Si papi, hace 6 años que vine al mundo para ti -le sonreí.

- Tienes razón, viniste a ser "mi mundo", todas mis acciones giran ahora entorno a ti -me sonrió- mi pequeña malévola -me dijo burlón.

- Yo no soy malévola papi -dije inflando mis mejillas y el sonrió.

Entonces llegamos a casa.

Y ví a Marie esperando en la puerta.

Ahora que recuerdo, aún me queda una cosa por hacer antes de que acabe el año.

Marie debe ser mi mamá. Debo hacer que se case con papá.

- Que lindo vestido usa hoy Marie, ¿Verdad papi? -le dije sonriente.

El no respondió solo continuó caminando.

- ¡Marie! -dije saltando a ella.

Ella me sostuvo con firmeza en el aire.

- Hola pequeña, ¿Qué tal tu día? -me dijo.

- Estupendo -le dije.

Mi padre bufó. Recargándose en la puerta.

- ¿Qué sucede Dave? -dijo Marie- ¿Acaso también quieres contarme sobre tu día? -sonrió burlona Marie.

- Ja -dijo mi padre- me da igual -dijo frío- además para que quede claro, lo que sucedió en el pasado ya fue -dijo mirando indiferente a Marie- ahora tengo sólo espacio para amar a una mujer, y esa es mi querida hija. Ya a ti te devolví mi gratitud por cuidar siempre de mi hija, y también te dí hasta el trabajo sin conocerte. Así que no te crees ilusiones -y dicho esto se fue.

Marie se veía desilusionada. Suspiró tristemente.

- ¿Estás bien Marie? -le dije abrazándola.

- Sí pequeña, no te preocupes. Con estar a tu lado yo ya soy feliz -me sonrió.

Eso no es cierto. Bueno, en parte. Sé que eres feliz a mi lado, pero serás el doble de feliz al lado de mi padre.

No te preocupes Marie. Algo se me ocurrirá. Ya verás.

 Ya verás

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Figlia Della MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora