Papá, quiero volver a casa.

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Salí corriendo de clases. Este no es mi lugar. ¡Esta no es la escuela que imaginaba!. ¡Papá!, ¡Vuelve por mí!.

Estaba tan perdida en mis pensamientos, que ni siquiera me dí cuenta de que alguien estaba parado frente mío, e inevitablemente chocamos.

- ¡Arg!, ¡Maldita fíjate por dónde...!, ¿Camille? -era Marcus. Definitivamente.

Yo caí al suelo por el impacto. Y lo miré fijamente a sus ojos mientras mis lágrimas aún caían.

Espera, ¡MIERDA!, ¡Marcus me vió llorando!, me molestará toda la vida. Entonces restrege rápidamente mi rostro tratando de limpiar mis lágrimas.

- Tonta, usa un pañuelo -dijo con su grotesca actitud mientras sacaba un pañuelo de su bolsillo. Estaba por limpiarme mis lágrimas cuando repentinamente se quedó colorado y me lanzó el pañuelo en el rostro- ¡Li-limpiate t-tú misma!, ya estas gr-grande -dijo dándome la espalda.

Arg, por un momento pensé que tenía un lado lindo. Obviamente es Marcus, y no tiene ese lado "bonito".

- ¡Marcus! -gritaba Anthony en los pasillos mientras buscaba a alguien.

Y ese alguien era Marcus. Era lógico.

Entonces miró hacia nosotros y vino sonriente a nosotros.

Al llegar agarró a Marcus del cuello y golpeó su cabeza repetidamente mientras Marcus trataba de zafarse. Claro que lo golpeaba de broma, es decir sin lastimarlo pero con intención de molestarlo.

- ¿Te molestó este idiota Camille? -dijo sonriente Anthony- yo me encargo de él -dijo mirándome con ternura mientras Marcus se quejaba.

- ¿De nuevo escaparon?, eso está mal chicos -dijo Karla acercándose a nosotros. Vestía uniforme de chico... Espera... ¿De chico?.

- Mira quién lo dice -dijo Owen apareciendo repentinamente detrás mío.

Eso me asustó un poquito. Owen me ayudó a levantarme. Y traía uno de sus tantos peluches en manos. ¿Que nunca se despega de él?.

- ¡No pueden escapar de clases!, ¡Va contra las reglas! -dijo Claude quien venía eufórico hacia nosotros.

- También estas fuera de clase Claude -dijimos todos al unísono.

Pobre Claude, sentí su corazón detenerse.

- Ahora que lo mencionan, ¿Camille porque no estás en clase tú? -dijo Karla mirándome y todos también me miraron.

- Yo... ehm... quiero volver a casa -dije segura.

Todos me miraron sorprendidos.

- ¿Estás segura?, ¿Alguien te molestó? -dijo Anthony preocupado.

- No, no. Nadie me molestó -les mentí. No podía decirles nada. Estoy segura que harían una locura.

- ¿Entonces que sucedió? -dijo Owen acercándose a mí.

Entonces retrocedí un paso y desvié la mirada.

- Siento que no pertenezco a este lugar -les dije.

- Claro, eso es lógico -dijo Claude golpeando su mano- no te gusta este lugar porque no estas acostumbrada a la violencia -y eso provocó que soltara una risa.

- ¿Y ahora de qué ríes loca? -dijo Marcus mirándome molesto.

- Es que... bueno conozco alguna cosas. Tengo a un ejemplar padre experto en eso, ¿Recuerdan? -dije riendo y todos sonrieron- pero... yo no sé usar armas, y soy muy débil... -dije agachando mi cabeza.

- ¿Y quién dijo que eres débil? -dijo Anthony- lo de las armas puedes aprender a usarlas, y ¿débil?, no eres para nada débil. -sonrió.

- Eso es verdad. No eres nada débil, eres muy determinada y fuerte, desde pequeña siempre has sido así. Y eres muy observadora y analítica -dijo Claude acomodándose sus gafas.

- Vamos, deberías volver a clases. Seguro Sasha estará preocupada -dijo Karla.

Aun no puedo ver directamente a Karla. Es raro verla sin saber si es niño o niña. Aunque... esta vistiendo de niño. ¿Será niño?, porque dudo que la escuela lo deje vestirse de lo que quiera... aunque esta escuela es especial. Dios, Karla deberías dejar de confundirme. Pero te aprecio así.

- Gracias chicos, aunque ahora me preocupa otra cosa -dije mirando al profesor que estaba parado detrás de ellos.

- ¿Qué sucede? -dijo Claude.

- ¿Está detrás verdad? -dijo Anthony preocupado.

Todos giraron lentamente, y al girar llegó también el profesor de Claude y Karla. Y los cinco fuimos a parar en la dirección.

Sin embargo cuando el director llamó a mi padre, puso una cara espeluznante, estaba lleno de miedo. ¿Qué habrá dicho papá a el director?. Nada bueno estoy segura.

Y poco después de eso volvimos a nuestras clases.

Bueno... yo volví a clase. Los demás me siguieron hasta clase. Donde Sasha y la maestra me recibieron muy preocupadas. Pero se calmaron al ver a los demás chicos.

Ellos volvieron entonces a clase. Y para mí suerte, "defensa personal" es la última clase del día. Así que justamente apenas llegué a clases, terminó el horario de ese día. Estoy aliviada de que ya no usaré más cuchillos por hoy. Aunque eran falsos... pero igual.

Yo... no me imagino siendo capaz de dañar a alguien. No quiero lastimar a otros. ¿Acaso estoy destinada a dañar a los demás?.

Entonces esperé en clases con la maestra. Y ví como poco a poco cada alumno se iba retirando con sus padres. Hasta Sasha ya se había ido. Y quedé sola... con Químera, para mi suerte estaba la maestra. O creía que estaba con suerte. Pues justo la maestra decidió tener ganas de ir al baño.

Creo que solamente debo ignorar a Quimera si me dice algo.

- Oye, ¿Se olvidaron de ti?, ¿Tus padres? -dijo Químera mirándome burlona.

Simplemente la ignoré. Miraba mis zapatos. En verdad no quería discutir con ella.

- Hey, te estoy hablando, ¡No me ignores! -dijo ella irritada.

Por favor Químera, no te estoy molestando. ¿Por qué tú a mí sí?.

- Aah, claro, te sientes importante por ser hija del jefe JAJAJA, niña maldita -dijo parándose en mi frente- Ya sé porque se olvidaron de ti, ¡No tienes mamá!, y tu padre es un despiadado sin corazón que no ama ni a su propia hija, ¡Ya lo entendí!, jajaja -¡Basta!, mi padre no es así Químera.

Ella siguió y siguió diciendo cosas horribles de mi padre. ¡Para!, ¡Mi padre no es así conmigo!.

Y no sé cómo pasó, pero fue tan rápido, yo solamente ví a Químera en el suelo. Su mejilla izquierda estaba roja. Y mi mano derecha estaba arriba. Las lágrimas salían de mis ojos.

No quise hacerlo, ¡Lo juro!, solamente... me molestó que dijera esas cosas de mi padre. Y yo, yo siempre protegeré con lo que pueda a mi padre.

La maestra llegó, y justamente vió a Químera en el suelo. Yo... lo siento profesora.

Papá, llévame a casa pronto. Esto es vergonzoso.

 Esto es vergonzoso

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Figlia Della MafiaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant