MAFIA XXXIII: Dolores

6.9K 528 49
                                    

Desperté en el hospital. Esta vez parece que la paciente soy yo y no mis amigos.

Me encontraba sola.

¿Cómo llegué aquí?, ¿Dónde está mi padre?, ¿Qué sucedió conmi...?

- ¡Aaaaaaah!, ¡Mierda! -dije sobándome la parte baja de mi vientre- esto duele mucho... -dije retorciéndome en la cama.

- ¡Cami!, ¡Hija! -dijo mi padre ingresando velozmente a la habitación con una cara de preocupación extrema- ¿Qué te duele?, ¿Llamo un doctor? -el fruncía el ceño muy preocupado.

- Lla-llamalo... ¡Duele! -le dije aún retorciéndome.

El estaba bastante preocupado salió corriendo.

Dioooos, ¿Qué es este dolor?, ¿Estoy pagando mis pecados?, ¡Mieeeeerdaaaaa!

- ¡D-duele! -dije sintiendo aún las punzadas.

La doctora vino con mi padre. Mi padre parecía sentirse impotente, me miraba como queriéndome ayudar, pero no pudiendo hacer nada.

- Tranquila nena, cada señorita tiene un cuerpo especial, a algunas le duelen más que a otras, pero el dolor es normal, nuestro cuerpo suele dilatarse 1 cm allí abajo, es para preparar a nuestro cuerpo, recuerda que cuando seas más adulta, un bebé nacerá por allí -me dijo la doctora- Podemos darte una pastilla para calmar el dolor, ¿Dónde está tu madre?, Sería bueno que ella te acompañe en estos momentos, ¿Primera vez no? -me dijo sonriendo la doctora o enfermera, sea quien sea.

¿¡En serio es normal!?, ¿¡QUÉ!?, ¿¡SE SUPONE QUE ESTE DOLOR ES NORMAL!?, ¿QUÉ MIERDA!?, ¡SIENTO QUE ESTOY POR MORIR Y ME DICE QUE ES NORMAL CON UNA SONRISA!

- ¿¡Cómo puede ser normal!?, S-se desmayó del dolor -dijo mi padre preocupado y algo molesto.

- Señor, es normal, completamente normal, mire, no le pediré que comprenda porque un hombre nunca entenderá por completo, pero le pediré que trate de brindar todo el apoyo a su hija en estos momentos -le dijo la enfermera- Ah, y mantenga la calma, ya se le pasará -dicho esto se fue en busca de las pastillas.

El dolor empezó a disminuir un poco, ahora era más aguantable.

¿Así que realmente es normal tener punzadas tan fuertes de vez en cuando?.

- ¿Quieres algo Camille?, ¿Puedo ayudar en algo? -me preguntó mi padre.

- Si... Quiero ver a Nathan -le dije.

En verdad deseaba ver a Nathan. El probablemente me trataría de animar aunque esté viendo que estoy mal.

Ah... Es verdad... El me está evitando y está distante de mí desde hace dos meses...

Nathan... ¿Por qué me evades repentinamente?, ¿Hice algo malo?.

- ¿Y por qué él?, ¿No puedo ayudarte yo? -dijo mi padre algo decepcionado y triste.

- Ah, no es eso, Ehm... Olvídalo papá, no necesito a nadie más aquí que tú -le sonreí- ¡Aaah! -me dio otra punzada.

- ¿Vuelve a doler?, Dios, esa enfermera se tarde con las pastillas, iré a buscarla, papá ya vuelve cariño -me sonrió y se fue.

Aunque quisiera ver a Nathan aquí, no lo vería a él, sino a Badra. Esto es complicado...

Las mujeres somos complicadas.

¿Y tengo que aguantar esto por varios días más?, ¿Qué clase de demonio somos?, ¿Sangrar por tantos días?, ¿Cómo es que seguimos vivas?, Dios...

Debí nacer hombre. Aham.

Luego me dieron de alta a las pocas horas, con unas pastillas que debía tomármelas a su debida hora. También me dieron varias recomendaciones de que hacer y que no hacer... Y todo frente a mi padre... Algo vergonzoso.

Figlia Della MafiaWhere stories live. Discover now